La muerte del último "Ántrax"
sábado, 8 de junio de 2024
La muerte del último "Ántrax"

Hasta sus últimos momentos, no había razón para creer que un personaje de su perfil fuera a ser blanco de un ataque tan certero, pues aquella tarde en que lo sorprendió la muerte, Eliseo Imperial Castro, alias Cheyo Ántrax viajaba solo en una camioneta de modelo viejo, y como en el corrido de Lamberto Quintero, iba con rumbo a El Salado. Fue el final de un jefe de sicarios que se preciaba de ser uno de los últimos Ántrax, ese brazo armado que fundara Vicente Zambada Niebla y sus hermanos para las “ejecuciones de la empresa”.


Por la forma en que quedó orillada la camioneta Chevrolet Colorado en la que viajaba “el último Ántrax”, en Culiacán se empezó a conjeturar que Eliseo Imperial Castro tuvo tiempo de conversar de carro a carro con sus asesinos.

 

La tarde del jueves 30 de mayo pasado, las redes sociales y la estructura del Cártel de Sinaloa se cimbraron con el asesinato a mansalva de Cheyo Ántrax, uno de los últimos fundadores del grupo de sicarios de Los Ántrax, el cual fungió como brazo armado de los hermanos Zambada en una época en que guerreaban contra los Beltrán Leyva.

 

Esta célula se hizo famosa en redes sociales debido a que su líder José Rodrigo Aréchiga Gamboa, El Chino Ántrax mandó diseñar narcocorridos, y generó todo un concepto de los nuevos narco juniors de la farándula buchona.

 

Con una suerte de lujos como presunción, El Chino se labró una fama en el que supuestamente reclutaba jóvenes para formar parte de la estructura de seguridad del Cártel de Sinaloa, del ala de los Zambada.


 

Pero la muerte del Cheyo sorprendió debido a que se trata de un sobrino político del Mayo, primo cercano de El Mayito Gordo, al ser hijo de Eliseo Imperial, hermano de Margarita, la madre de quien estuvo ocho años en prisión tras ser extraditado a California.

 

Hasta el momento, no hay información que profundicen en los motivos del asesinato de un personaje de alto perfil de los Zambada, de hecho, se dijo que el jefe de sicarios finado acababa de estar en una reunión de jefes del equipo del Mayo. Sólo que sus asesinos pudieron haber platicado con él antes de accionar sus armas.

 

EL PERFIL

 

Imperial Castro y El Mayito Gordo llegaron a ser inseparables, en redes sociales es posible encontrar una foto donde ambos iban juntos al jardín de niños, ya que la madre del Mayito era tía de Cheyo. Se trata de Margarita Imperial, una de las parejas sentimentales del capo de El Álamo, Sinaloa.

 


En los corridos, a Cheyo siempre lo dibujaban como un “soldado Imperial”, guardaespaldas de su primo El Gordo y quien lo acompañó hasta el día en que un grupo élite de la Marina, lo detuvo en las inmediaciones de El Salado, pueblo en donde se encuentra la mata de los Zambada y los Imperiales.

 

En enero pasado, cumplió 40 años de edad. El Departamento del Tesoro y la DEA guardaban un amplio perfil sobre este sobrino político del Mayo Zambada.

 

Desde julio de 2014, meses antes de la captura de El Mayito Gordo, la Corte Federal del Distrito de San Diego, California, emitió una orden de captura en su contra.

 

Según el documento, a Imperial Castro se le acusó junto con los hermanos Alfonso y Javier Lira Sotelo, de tráfico de metanfetamina, cocaína, mariguana y lavado de dinero.

 

La DEA no lo involucró en el mismo expediente que a su primo, sino que le abrió un proceso por formar parte de una red con los Lira Sotelo que pasaban droga de Tijuana a California.

 

“Las actividades de narcotráfico y lavado de dinero de Eliseo Imperial Castro y Alfonso Lira Sotelo sirven para expandir la influencia del Cártel de Sinaloa en California”, señaló el Departamento del Tesoro en 2016, en que colocó a Cheyo en su lista negra, al igual que a los Lira Sotelo.

 

En noviembre de 2014, elementos de la Marina realizaron un operativo tierra y aire en la comunidad de El Ranchito de los Burgos, en donde El Mayito Gordo tenía una casa con una amplia palapa.

 

Al tratar de escapar, Zambada Imperial se hizo pasar por un albañil que realizaba una obra en una escuela primaria cercana, pero los marinos lo reconocieron y lo aprehendieron. El Cheyo Ántrax logró huir ese día, y desde entonces había pasado a un bajo perfil.

 

Diez años después de aquel operativo, Eliseo Imperial fue asesinado por sicarios que lo “atoraron” rumbo a El Salado, la tierra en la que vivió y creció en el mundo del narco sinaloense.

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