Con poco más de 120 millones de pesos repartidos en algunos medios informativos en los primeros tres años de su sexenio, el gobernador Rubén Rocha Moya ha buscado controlar la narrativa mediática en Sinaloa, consiguiendo así tener a su favor un discurso favorable. Lo ha hecho en el marco de sus ataques a la Universidad Autónoma de Sinaloa, sacando más recursos de lo que el presupuesto oficial marca, con destino a los bolsillos de directivos, y lo hace así ahora que ha surgido una oleada de inconformidad por el estallido de la violencia que todos los días cobran víctimas, desapariciones y robos patrimoniales a los ciudadanos.

Por Santiago Rentería.

Desde que llegó al poder en Sinaloa, una de las ramas que comenzó a controlar el gobernador Rubén Rocha Moya fue la narrativa de medios de comunicación y lo logró gracias a los contratos que empezó a entregar a los más grandes del estado, sobre todo corporativos que acaparan redes sociales y seguidores.

Pero fue hasta principios del 2023, en que reestructuró todo un nuevo esquema de compra de medios cuando empezaron a aparecer grandes titulares en periódicos como Noroeste y radios como Los Noticieristas y Línea Directa, sobre las supuestas investigaciones de la Fiscalía General del Estado dirigida por la destituida Sara Bruna Quiñónez Estrada, en contra de Héctor Melesio Cuén Ojeda, su familia y el grupo universitario que lo acompañaba en el Partido Sinaloense.

De acuerdo con datos de la Plataforma Nacional de Transferencia, el Gobierno del Estado ha presupuestado de 30 millones hasta casi 33 millones de pesos anuales en el sexenio de Rocha Moya, lo que es una cantidad de cerca de 120 millones de pesos gastados nada más de manera formal, en contratos con medios de comunicación.

Paralelo a estos convenios, que amordazan y obligan a medios y periodistas a guardar silencio, mientras ven pasar el atraco frente a sus ojos, el gobierno también ha operado para beneficiar a los dueños y directivos de estos medios, quienes cobran bajo esquemas de triangulación que en ocasiones se vuelve indetectable.

Uno de estos medios, como DePrimeraNoticias lo ha documentado a lo largo del sexenio de Rocha Moya, ha sido Noroeste, que pasó de tener un convenio de dos millones de pesos al año a tener 11 millones, pagados además a través de otra empresa subsidiaria.

Este medio, uno de cuyos accionistas es Manuel Clouthier Carrillo, se ha visto beneficiado con carretadas de dinero, mientras que Clouthier se convirtió en uno de los más férreos críticos de la Cuarta Transformación, pues desde su cuenta de X, antes Twitter, atacó a Andrés Manuel López Obrador y a Rubén Rocha Moya, sobre todo al sugerir que era el asesino intelectual de Héctor Melesio Cuén Ojeda.

Sin embargo, tras ser crítico al morenisno, Clouthier tiene meses que bajó su perfil en las redes sociales.

LA SEMANERA: NO ENTRA NADIE QUE CRITIQUE

Nada más en la conferencia semanera de los lunes, el Gobierno de Rocha gasta alrededor de tres millones y medio de manera anual, lo que implica un costo mensual de casi 300 mil pesos por transmitir esta conferencia, que en realidad no tiene mucho de ciencia, ya que todo el trabajo editorial lo hace la Dirección de Comunicación Social.

Estos contratos anuales son entregados, simulando un concurso de invitación a tres proveedores, a Pedro Villarreal Uribe, quien ha recibido además contratos de publicidad para espectaculares o para otras transmisiones que no sean la semanera.

En 2023, Pedro Villarreal obtuvo un contrato de diez millones 436 mil 926 pesos por un servicio de streaming, transmisiones en vivo, paquetes para audio, escenografía e iluminación.

Es decir, para la imagen del gobernador no se han escatimado recursos públicos, para tener una conferencia de ambiente controlado como la Semanera, en donde los periodistas tienen su turno si preguntan situaciones a modo para el jefe del Ejecutivo.

De hecho, a la Semanera se le tiene vetado entrar a los periodistas críticos o medios independientes que no forman parte de la nómina estatal, y quienes se salen del guion, son presionados para cambiar a sus reporteros, como ha ocurrido en lo que va del sexenio de Rocha Moya.