El gobernador Rubén Rocha Moya anunció un paquete de obras para las cuales ni siquiera se cuenta con el presupuesto aprobado, pues, aseguró que están programadas para 2025 y el cierre de su sexenio en 2027. En total se buscará conseguir la cantidad de 74 mil millones de pesos para obras faraónicas mientras en los pasillos del Palacio de Gobierno brota la información que con esto, serán sus hijos y el socio de ellos, Enrique Díaz Vega, ya exsecretario de Finanzas, los más beneficiados de esta adicción a la obra y a generar esquemas de triangulación de los pagos.

Por Santiago Rentería.

El Gobierno encabezado por Rubén Rocha Moya se prepara para su cierre de sexenio apenas llegando a la mitad, en cuanto a la obra pública se refiere, pues pretende gastar un monto de 74 mil millones de pesos en los siguientes tres años con proyectos faraónicos sobre todo de vialidad, los cuales, es público que beneficiará a las empresas de sus hijos y de sus socios.

Fue el 6 de agosto cuando Rocha Moya salió a emitir la lista de obras propuestas a la nueva administración que está por empezar de Claudia Sheinbaum Pardo, pero sobre todo, llamó la atención que el jefe del Ejecutivo insiste en construir un periférico en la capital del estado, y justo empezar por la zona norte, donde la inmobiliaria Housesin Desarrollos, propiedad de su exsecretario de Finanzas, tiene amplios intereses junto con la familia Gaxiola Coppel, su otro secretario de Economía, empresario de larga data.

De acuerdo con la lista presentada en la semanera, de los 74 mil millones que se buscan gastar en Sinaloa, (que supera con mucho el presupuesto global de un año de toda la entidad), un monto de 49 mil 432 millones serán para obras clave en los intereses de este círculo empresarial y familiar que rodea al gobernador.

Se trata del ya mencionado periférico zona norte, que empezaría de la carretera México 15, por los terrenos comprados por Díaz Vega o contiguos a estos predios, que tendrá una longitud de por lo menos 14 kilómetros en su primera etapa.

Además, de manera contradictoria, Rocha Moya metió en el paquete la obra que proyectó y buscó financiar a través de Banobras su enemigo político, Jesús Estrada Ferreiro, a quien despojaron de la alcaldía de Culiacán.

En aquellos meses, Rocha rechazó el proyecto de Estrada, aduciendo que no era necesario un Metrobús en Culiacán, en aquel momento Jesús Estrada calculaba en tres mil millones de pesos mantener las dos rutas de norte a sur y de poniente a oriente dicho medio de transporte.

De hecho, los 120 millones de pesos gastados en la ampliación del malecón que no conduce a nada, obra que fue asignada a una constructora “amiga”, eran parte del proyecto del Metrobús de Estrada. Ahora el Gobierno pretende siempre sí, hacer la obra.

Así, la mayor parte de los 49 mil millones serán destinados, además de los proyectos arriba mencionados, en la carretera Topolobampo-Chihuahua, el libramiento Los Mochis-Topolobampo, la modernización de la presa derivadora sobre el río Culiacán, la construcción de la carretera Las Brisas-Estación Don, la construcción de la presa Las Juntas en San Ignacio, y dos circuitos interiores para Culiacán: el Arco Norte y Arco Poniente.

POCO A LA SALUD Y EDUCACIÓN

Contrario a los miles de millones que se ejercerán en vialidades (cuya debilidad siempre son las licitaciones o adjudicaciones directas), la administración estatal pretende dedicar un pequeño porcentaje a obras de salud y educación.

Un total de mil 980 millones de pesos se proyectan para un hospital de especialidades en Culiacán (mil 380 millones de pesos), las remodelaciones del Hospital General de Mazatlán y del Hospital Civil de Culiacán, así como la construcción de dos Centros de Autismo en Culiacán y Los Mochis, y un Centro de Transfusión, también en la capital del estado.

En infraestructura educativa se tiene estimado invertir cuatro mil 805 millones de pesos, la mayor cantidad para la rehabilitación de dos mil 500 planteles escolares, donde se aplicarán tres mil 750 millones de pesos; la rehabilitación eléctrica en 45 escuelas, con 500 millones de pesos; la construcción de siete escuelas nuevas, donde se invertirán 250 millones de pesos, y una erogación de 105 millones de pesos para el Programa de Aires Acondicionados, con la instalación de siete mil equipos.

EL DIABLO ESTÁ EN LOS DETALLES

El gobierno de Rocha ha sido observado como adicto a fragmentar la obra pública para no rebasar el millón 800 mil pesos que permite la ley para no licitar, un concurso que supone una competencia pareja para las empresas que participan.

Sin embargo, fuentes de la Secretaría de Obras señalan que, en la asignación mediante licitación, funcionarios y empresas se ponen de acuerdo para entregar a una y a otra los contratos, generando un carrusel, en donde quienes participan salen beneficiados con convenios, y así se simula que todo se cumple de acuerdo con las auditorías.