Robert F. Kennedy Jr., candidato independiente a la presidencia de los Estados Unidos, anunció en un acto público la suspensión de su campaña para convertirse en presidente del país vecino, y ofreció su apoyo al aspirante republicano, Donald Trump.
Un movimiento polémico que va en sintonía con toda su trayectoria política, protagonizada por su controvertidas visiones sobre temas como la vacuna del Covid o el rechazo frontal de los miembros más prominentes de la saga política.
“No estoy terminando mi campaña, simplemente la estoy suspendiendo y no le estoy poniendo fin. Mi nombre permanecerá en la papeleta electoral en la mayoría de los estados”, explicó.
El político de 70 años, hijo de Robert F. Kennedy y sobrino del expresidente John F. Kennedy, ambos asesinados en la década de los años sesenta, según las encuestas contaba con menos de un 5 por ciento del apoyo del electorado.
Su candidatura presidencial también se ha visto afectada por una serie de historias perjudiciales que han socavado sus esfuerzos por presentarse como una figura seria.
Entre ellas la acusación, destapada por Vanity Fair, de que había manoseado a una niñera de la familia. Además, señalan medios estadounidenses, la campaña también ha tenido problemas económicos en las últimas semanas, y terminó julio con una deuda de 3,5 millones de dólares.