En una de sus conferencias semaneras, mientras fustigaba a un medio radiofónico por una foto publicada, el gobernador Rubén Rocha Moya soltó una frase: “aquí no hay candidez”, al referirse que el medio retomó la imagen de él y Héctor Melesio Cuén Ojeda tomándose un chocolate en Casa María. Por eso, ahora que alega que es inocente de toda responsabilidad, se le puede recordar que no hay candidez tanto en medios de comunicación como en sus discursos de odio que desembocaron en el asesinato mafioso contra el exrector de la UAS, Héctor Melesio Cuén Ojeda, en una reunión a donde él también estaba convocado, pero que sospechosamente salió volando en un avión propiedad del compadre de Ismael El Mayo Zambada, Jesús Vizcarra Calderón.

Por Santiago Rentería.

La guerra mediática entre el gobierno encabezado por el gobernador Rubén Rocha Moya y el finado líder moral de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Héctor Melesio Cuén Ojeda, comenzó en abril de 2023 cuando el periódico Noroeste y su asociado Revista Espejo, publicaron con amplios titulares una supuesta investigación de la Unidad de Inteligencia Patrimonial de la Fiscalía General del Estado, en contra del líder del Partido Sinaloense y su familia.

Con documentos filtrados desde esta área que nunca había funcionado con Quirino Ordaz Coppel, periodo en el que se creó, estos medios comenzaron a sembrar el discurso de que Cuén y su familia se habían enriquecido de manera inexplicable, pero curiosamente nunca se le fincaron cargos en su contra.

Todo fue tan burdo, que incluso el medio Los Noticieristas no ocultó el origen de la “investigación” de la UIPES, ya que publicó en su portal los documentos en versión PDF en enviaron a los medios desde el Tercer Piso, para quien quisiera difundirlos.

En cambio, a los que sí se les fincaron delitos que abrieron carpetas de investigación, usando las supuestas investigaciones de Noroeste, fueron a las autoridades universitarias, desde el rector Jesús Madueña (ya depuesto), al todavía encargado del despacho de Rectoría, Robespierre Lizárraga Otero, hasta todos los integrantes del Comité de Compras, ya que, según alega la Fiscalía, no licitaron compras que no podían licitar, al ser productos perecederos, como las tortillas, carne y pollo.

Desde mayo de 2023, cada semanera era aprovechada por Rocha Moya para enjuiciar a través de su pódium a los universitarios y a Cuén, quien empezó su defensa por la vía de los amparos. Sin comprobar todavía nada, los llamó corruptos y reportero que se atrevía a cuestionarlo, también era embestido por el dedo flamígero del gobernador.

COMPRA DE VOLUNTADES

Desde luego, la Fiscalía jugó el rol central, filtrando documentos de las investigaciones a medios de comunicación. Noroeste y Espejo se llevaron la mejor parte con contratos millonarios, pero quien sacó más ventaja fue el director del otrora periódico panista de la familia Clouthier, Adrián López Ortiz, ya que la empresa que regentea pasó de deber 59 millones de pesos al SAT, a no tener deudas, más convenios de más de 11 millones de pesos anuales, así como la creación de dos café-restaurantes de nombre Yameto.

La bonanza del director de Noroeste no pudo ser ocultada, ya que también desde los medios universitarios lograron documentar la vida de lujo de López Ortiz y la inclusión de su nombre en otra empresa subsidiaria que también recibe millones de pesos del erario. De ahí que, hasta muerto Cuén, siguió siendo el cadáver más golpeado por este medio de comunicación.

LA CAMPAÑA NEGRA

En enero pasado, el diputado de MORENA, José Manuel Luque Rojas, quien salió de las filas universitarias, cayó en un lapsus en la Tribuna del Congreso en donde le deseó la muerte al líder del Partido Sinaloense.

“Discúlpenme, pero la verdad es que son muy mal ejemplo, el peor ejemplo que ustedes puedan imaginarse de democracia lo representa este partido (PAS), que no ha tenido más que un solo dirigente desde que se fundó y no va a tener otro hasta que se muera, que espero que sea en estas elecciones que viene “, dijo Luque, aunque luego en sus justificaciones argumentó que, lo que quiso decir, es que se refería al partido, no a Cuén.

Con toda la bancada morenista y sus aliados en contra de Cuén y los universitarios pasistas, el Congreso dirigido por Feliciano Castro Meléndrez (quien se perfila para ocupar la vacante de Enrique Inzunza en la Secretaría General de Gobierno), pelearon por tener en firme la Ley de Educación, la cual ya fue declarada inconstitucional por un juez federal -no hubo tribunal colegiado, pues el Legislativo se desistió-.

Durante la campaña electoral, en donde Cuén Ojeda fue como candidato a diputado federal plurinominal por el PRI, Enrique Inzunza Cázarez se dedicó a presagiar la “muerte” del PAS en las urnas, al aseverar en todos los foros y medios a modo donde se paraba, que perdería el registro. También señalaban que Cuén no llegaría a entrar a la Cámara de Diputados.

Ninguno de los dos escenarios se cumplió, pues Cuén sí entraba en la lista pluri, y el PAS obtuvo más de 70 mil votos directos (ocupaba menos de 30 mil para desaparecer).

Lo único preciso que sí se cumplió, con una farsa operada por el Estado para encubrir el crimen, fue el deseo expresado por Luque: la muerte de Héctor Melesio Cuén Ojeda, que terminó con su liderazgo de 12 años en el PAS y 18 en la UAS.