No solo Felipe Calderón encumbró a Genaro García Luna hasta convertirlo en uno de los personajes más intocables de su gobierno. También la cúpula empresarial mexicana fue responsable del empoderamiento del llamado “superpolicía”, a quien respaldaron, recomendaron y con quien hicieron millonarios negocios. Ahora todos ellos guardan silencio, mientras Felipe Calderón huye al extranjero y otros políticos ponen sus barbas a remojar por todos los secretos de García Luna que, dicen, pueden volverse moneda de cambio con la justicia estadounidense para una reducción de su condena.

Por Redacción De Primera Noticias.

En septiembre de 2006, una vez que Felipe Calderón Hinojosa fue declarado presidente electo, el general Tomás Ángeles Dauahare lo visitó en su casa de campaña en la Ciudad de México.

En sus manos llevaba un amplio expediente en el que se involucraba a Genaro García Luna con el Cártel de Sinaloa. En el despacho de Calderón se encontraba Juan Camilo Mouriño. Ante la petición del general de hablar en privado, el presidente electo le respondió que Mouriño era hombre de su confianza y que no había ningún problema.

“Ahí en esa reunión, el general divisionario le dijo a Calderón que Genaro protegía al Cártel de Sinaloa, y para sustentar su grave acusación le hizo entrega de un expediente que le pedía que revisara a detalle. El presidente lo recibió y le dio las gracias al militar, que abandonó la casona seguro de que algo pasaría”, escribió el periodista Salvador García Soto.

Para sorpresa del general, el expediente incriminatorio no tuvo ninguna repercusión.  El 1 de diciembre de 2006, después de la investidura relámpago de Calderón como presidente de la república, se enteró de que el nuevo mandatario había confirmado a García Luna como titular de la Secretaría de Seguridad Pública Federal.

Antes de que lo nombrara responsable de la seguridad y el combate al crimen organizado, Felipe Calderón ya contaba con información de distintas fuentes que le revelaban de los presuntos nexos de García Luna con el Cártel de Sinaloa. Pero Calderón decidió ignorar toda la información que se le proporcionó. ¿La razón? Los vínculos de García Luna con la oligarquía mexicana que lo encumbró y lo posicionó como su candidato fuerte para ocupar el puesto de secretario de Seguridad Pública Federal. 

De acuerdo con la periodista Anabel Hernández, fueron los empresarios Carlos Slim Helu y su sobrino Héctor Slim Seade quienes presentaron a Felipe Calderón con Genaro García Luna. Fueron ellos, junto con el empresario de origen judio Eduardo Margolis Sobol, quienes impusieron a García Luna como el encargado de la Seguridad Pública en México. Y Felipe Calderón, quien tenía mucho que agradecer a la oligarquía empresarial por su respaldo económico en la campaña electoral, los complació.

Pero el apoyo a García Luna por parte de los empresarios mexicanos no fue gratuito. A cambio, el secretario de Seguridad tuvo que comprometerse a entregar millonarios contratos a sus padrinos.

El valor de uno de esos contratos alcanzó los 3 mil 365 millones 45 mil 486 pesos, los cuales fueron entregaron a 22 empresas, principalmente a Telmex, para el lanzamiento de la Plataforma México.

Recordemos que en octubre de 2008 Felipe Calderón y Genaro García Luna anunciaron este proyecto como un concepto tecnológico avanzado de telecomunicaciones y sistemas de información que integraba todas las bases de datos relativas a la seguridad pública. La Plataforma México, en realidad, se usó como un instrumento de espionaje masivo para atacar a periodistas, activistas, ciudadanos y narcotraficantes rivales del Cártel de Sinaloa.

Los principales beneficiados con el lanzamiento de Plataforma México fueron grandes corporativos y las universidades autónomas de Nuevo León, Estado de México y Coahuila, a quienes se les asignaron distintos montos. El contrato más alto se le entregó a Telmex, la empresa que hizo multimillonario a Carlos Slim Helú.

La empresa de telefonía mexicana ganó un contrató por 1,252 millones 883 mil pesos (el 37.2 por ciento del total) por migrar las bases de datos de policías a la nueva plataforma. Después de esta empresa, las otras grandes beneficiadas fueron Tradeco Infraestructura S.A. de C.V. por 534 millones 698 mil pesos, y empresa la estadounidense Hewlett Packard que recibió contratos por 309 millones de pesos.

Tradeco Infraestructura es propiedad de Juan Armando Hinojosa Cantú, cuyo nombre saldría a la luz pública en el sexenio de Enrique Peña Nieto, por ser el socio principal de Grupo Higa, la empresa que construyó la Casa Blanca de Angélica Rivera en las Lomas de Chapultpec.

“Ellos son los empresarios detrás del cártel policiaco”, señala Anabel Hernández. “Quien le recomienda a Felipe Calderón que contrate a Genaro García Luna son Carlos Slim y Héctor Slim, quien es el CEO de Telmex. Héctor Slim era muy amigo de García Luna, se iban de cacería juntos, eran amigos íntimos verdaderamente. Recordemos que Héctor Slim tenía esa vocación frustrada de querer ser policía porque su padre, Julian Slim, hermano de Carlos Slim, fue miembro de la desaparecida y sucia Dirección Federal de Seguridad (DFS) que protegía narcotraficantes en aquellos tiempos del ex presidente Miguel de la Madrid. Estamos hablando entonces de que tanto Héctor Slim como su tío Carlos Slim son quienes dan el aval para que Felipe Calderón contrate a García Luna como secretario de Seguridad Pública del Gobierno Federal durante su sexenio”.

Pese a las pruebas de García Luna de sus nexos con el narcotráfico, las cuales incluían fotos, testimonios e investigaciones de la propia Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en las que se evidenciaban los sobornos recibidos por parte de personajes criminales como Joaquín Guzmán Loera o Sergio Villarreal Barragán, Felipe Calderón decidió ponerlo como secretario de Seguridad Pública.

“Aún así, Calderón lo hace su secretario por la recomendación de los Slim, que ahora se hacen de la boca chiquita y nadie dice nada, pero es un punto, la relación de Héctor Slim y García Luna es un punto que debe explorarse en México, no solo porque fueron amigos sino porque la relación continúa”, señala la periodista.

No son los únicos empresarios que le dieron su respaldo al llamado “superpolicía”. En la lista de empresarios que respaldaron e hicieron intocable a García Luna, declarado culpable en Estados Unidos de cuatro delitos relacionados con el tráfico de drogas, se encuentran además personajes como Ricardo Salinas Pliego, Alberto Bailleres, Germán Larrea o Alfredo Harp Helú.

En su libro El Licenciado (Harper Collins, 2023), el periodista J. Jesús Lemus señala que desde el sexenio de Vicente Fox Quesada, el “superpolicía” ya estaba fuertemente respaldado por importantes empresarios. Incluso señala que más que el poder político, lo que posiciona a García Luna es el sector empresarial, que lo volvió prácticamente intocable.

Este apoyo, señala Lemus, inició tras el secuestro y rescate del empresario Alfredo Harp Helú, antiguo propietario de Banamex y accionista del equipo de beisbol de los Padres de San Diego. De acuerdo con Lemus, el primer caso que se le encomendó a García Luna en el CISEN fue la investigación del secuestro del banquero, ocurrido en marzo de 1994 en la Ciudad de México.

Gracias a la capacitación contra secuestros que García Luna había recibido a nivel internacional, logró la liberación de Harp Helú previo pago de 30 millones de pesos a los secuestradores. Desde entonces, el sector empresarial lo respaldo y Harp Helú fue una de las piezas claves para su integración al gobierno de Fox Quesada en el año 2000. 

Alfredo Harp Helú ha sido uno de los empresarios que han sido “beatificados” por el presidente López Obrador. Cabe recordar que en marzo de 2019, el mandatario asistió por invitación del empresario beisbolero a la inauguración del estadio de los Diablos Rojos de México. Ese evento es recordado porque fue la primera vez que el presidente López Obrador fue abucheado en público, por una multitud que le gritaba ¡fuera!, ante lo cual el mandatario respondió que su intervención sería breve por “la presencia de la porra del equipo fifí”.

Hernández señala que al término del gobierno de Felipe Calderón, algunos de los altos mandos de la Policía Federal de García Luna comenzaron a ser investigados por Manuel Mondragón durante el breve tiempo que se desempeñó como Comisionado Nacional de Seguridad, al inicio del gobierno peñista.

La periodista señala que algunos de estos personajes se fueron a trabajar con Carlos Slim, entre ellos, Armando Espinoza de Benito, cuyo nombre fue mencionado por Sergio Villarreal Barragán, “El Grande”, durante el juicio contra García Luna en Estados Unidos.

“El fue uno de los miembros de esta cofradía de policías corruptos y está ahí, agazado, escondido, en Telmex”, concluye.