Entre escándalos judiciales en Estados Unidos y una presencia cada vez más marcada en la política mexicana, La Luz del Mundo se mantiene en el ojo del huracán. Su líder, Naasón Joaquín García, enfrenta nuevos cargos por abuso y crimen organizado, mientras en México la iglesia fortalece sus vínculos con el poder, ahora bajo el cobijo de la Cuarta Transformación.
Por David Fuentes M.
El pasado 22 de septiembre Naasón Joaquín García volvió a estar frente a un tribunal en Estados Unidos. El líder mundial de la Iglesia La Luz del Mundo se declaró inocente en una corte federal de Nueva York de seis cargos criminales que incluyen crimen organizado, tráfico sexual y explotación infantil.
Aunque ya cumple una sentencia de 16 años en California tras admitir abusos contra tres menores, la fiscalía estadounidense lo señala ahora de haber usado durante décadas su posición como jerarca religioso para abusar de niñas y niños.
Tras la audiencia judicial, la congregación difundió un comunicado de prensa acusando a las autoridades de persecución y calumnias. El proceso federal en Manhattan abre una nueva etapa en la caída de un personaje que, pese a los delitos confesos, sigue contando con un importante respaldo político y social en México.
SUS INICIOS
La historia de La Luz del Mundo no puede entenderse sin sus vínculos con el poder. Fundada en 1926 en Guadalajara por Eusebio Joaquín González, la iglesia surgió en medio de la Guerra Cristera y pronto encontró un espacio de crecimiento gracias a alianzas con empresarios y políticos locales.
En los años cincuenta, cuando ya sumaba miles de fieles, adquirió un terreno de 15 hectáreas en la colonia Hermosa Provincia, en la capital jalisciense, donde se levantó un templo monumental con capacidad para 15 mil personas, más grande incluso que la Basílica de Guadalupe en Ciudad de México.
Con el tiempo, el barrio entero se convirtió en un lugar dedicado enteramente a los miembros de esta iglesia, con comercios, escuelas y servicios controlados por la congregación. Desde entonces, su expansión estuvo relacionada con los lazos que lograron establecer con el poder local y nacional. Primero con el PRI, que garantizó protección e impunidad a cambio de votos y movilización electoral en Jalisco, y más tarde con Morena, que les abrió las puertas a distintos puestos en el aparato federal.
El liderazgo de Samuel Joaquín Flores, hijo del fundador y padre de Naasón, consolidó la influencia internacional de la iglesia. Sin embargo, también acumuló denuncias de abuso sexual, publicadas en los años noventa, y señalamientos de obligar a sus fieles a votar por el PRI en el estado de Jalisco.
Bajo esta lógica de obediencia y clientelismo, la iglesia se volvió un actor político con peso propio, capaz de ofrecer disciplina electoral a cambio de posiciones, tierras o favores. Esa misma lógica persiste en la actualidad, adaptada a los tiempos de la Cuarta Transformación.
NAASÓN Y EL PODER POLÍTICO
El 4 de junio de 2019, Naasón Joaquín fue detenido en Los Ángeles. La fiscalía de California lo acusó de pornografía infantil, violación de menores y trata de personas. Los testimonios revelaban un patrón de abuso: menores de edad obligadas a bailar para él, besos forzados, tocamientos e incluso fotografías de carácter sexual enviadas a su celular.
Ese mismo año, el escándalo se amplió cuando se descubrió que, un mes antes de su captura, Naasón había recibido un homenaje en el Palacio de Bellas Artes. Aunque el Instituto Nacional de Bellas Artes alegó desconocer que el evento era un homenaje a un líder religioso, afuera del recinto se colocaron pantallas para transmitir el evento. Entre los asistentes estuvieron legisladores de Morena como Martí Batres y Sergio Mayer.
Con el paso de los años, la relación de La Luz del Mundo con Morena se hizo más evidente. Varios legisladores activos del partido o de partidos aliados como el Verde han sido identificados como miembros o cercanos a la congregación: Emmanuel Reyes Carmona, Hamlet García Almaguer y Favio Castellanos Polanco en la Cámara de Diputados, además del senador Israel Zamora, quien ha defendido públicamente a la iglesia.
En 2023, el INE otorgó el registro a la agrupación política Humanismo Mexicano, vinculada a La Luz del Mundo y encabezada en su inicio por Reyes Carmona, con lo cual la iglesia aseguró un vehículo de representación formal dentro del marco de la Cuarta Transformación.
La ambición política de la organización no se ha limitado al Legislativo. En 2025, varios candidatos ligados a La Luz del Mundo participaron en la elección judicial. Entre ellos figuraban Job Daniel Wong (exministro religioso), Madián Sinaí Menchaca Sierra (hija del obispo Nicolás Menchaca y finalmente electa jueza federal), Eluzai Rafael Aguilar (hija de un ministro de culto) y Salma Jaanai Martínez Macías, quien reconoció abiertamente su pertenencia a la iglesia en redes sociales.
Contra todo pronóstico, tres de ellos lograron sus cargos: Menchaca Sierra y Aguilar en Jalisco, además de Martínez Macías en Coahuila. Colectivos de derechos humanos han advertido que esta infiltración en el Poder Judicial representa un riesgo enorme, pues los nuevos jueces podrían obstaculizar investigaciones contra la organización y garantizar impunidad a sus líderes. Recuerdan que el modus operandi de la congregación ha sido siempre comprar silencios y manipular a sus feligreses.
Pese al desprestigio de su “Apóstol”, La Luz del Mundo sigue ocupando espacios clave en la política mexicana, particularmente en Morena. La presidenta Claudia Sheinbaum, cuestionada sobre el tema el viernes 12 de septiembre en su conferencia matutina, dijo no tener conocimiento de investigaciones contra la iglesia, lo que evidencia una actitud de indolencia frente a un grupo que, con casi un siglo de existencia, ha aprendido a sobrevivir a cualquier crisis.
El problema, como demuestran las recientes designaciones judiciales, es que ya no se trata sólo de presencia en el Congreso, sino de una progresiva apropiación de las instituciones del Estado.
La caída judicial de Naasón en Estados Unidos expone lo que México ha preferido ignorar: que La Luz del Mundo es más que una congregación religiosa, es una maquinaria política que desde el PRI hasta Morena ha sabido negociar favores y posiciones a cambio de votos.
Hoy, con legisladores, jueces y hasta una agrupación política registrada, la iglesia ha logrado incrustarse en la Cuarta Transformación, a pesar de que su líder es un delincuente confeso.