La desaparición del Centro de Ciencias de Sinaloa
lunes, 22 de julio de 2024
La desaparición del Centro de Ciencias de Sinaloa
 

 

Fue durante el pasado gobierno de Quirino Ordaz Coppel cuando comenzó la destrucción del Centro de Ciencias de Sinaloa. Pero, con el actual gobierno de Rubén Rocha se concretó esa operación. Ahora, convertido en una galería que nadie visita, se dispone a convertirse en un elefante blanco codiciado por su valiosa ubicación.

 

Por David Fuentes M.

 

El 27 de abril de 2022, en el periódico oficial del Estado de Sinaloa, se publicó el decreto mediante el cual se declaraba la extinción oficial de Centro de Ciencias de Sinaloa, que llegó a ser considerado como uno de los mejores espacios para la divulgación de las ciencias.

 

En su lugar, se creó un organismo público descentralizado denominado Coordinación General para el Fomento de la Investigación Científica e Innovación del Estado (CONFIE).


 

“Que en términos del Artículo Tercero del Decreto de Extinción, el día 19 de abril de 2022 se emitió el acuerdo que contiene las bases para llevar a cabo el proceso de extinción y liquidación del Organismo Público Descentralizado denominado Centro de Ciencias de Sinaloa, el cual fue publicado en el Periódico Oficial del Estado de Sinaloa en fecha 27 del mismo mes y año”, señala el documento oficial.

 

La desaparición del Centro de Ciencias de Sinaloa fue avalada por el gobernador Rubén Rocha Moya como una de sus primeras acciones al asumir el control del Poder Ejecutivo, además de ser aprobada por los diputados de la 64 Legislatura del Congreso del estado de mayoría morenista.

 

Se concretaba así la muerte de un espacio que desde su inauguración en 1993 enamoró por igual a niños y adultos, un museo interactivo donde los asistentes podían experimentar con las ciencias y la tecnología y por donde pasaron generaciones enteras de estudiantes de niveles básicos de los 18 municipios del estado.


 


ACABAR CON LA CIENCIA

 

Antes de su extinción oficial, durante el gobierno de Quirino Ordaz Coppel, se anunció que, tras 25 años de operación, el CCS sería remodelado para ofrecer instalaciones más modernas. Para una primera etapa se contaría con una inversión inicial de 150 millones de pesos que finalmente se elevaría a 196 millones.

 

El tufo de la corrupción empezó a propalarse a partir de que se supo que la empresa asignada para la primera etapa de remodelación era Sinaloa Constructora S.A. de C.V., propiedad de Agustín Jaime Aguilar Padilla, hermano del ex gobernador Jesús Aguilar Padilla.

 

Sólo para la demolición de parte del inmueble se invirtieron 20 millones de pesos, a pesar de que en su momento, arquitectos e ingenieros civiles indicaron en distintos medios locales que el edificio estaba en perfectas condiciones y no necesitaba una demolición.

 

Durante los años en que el CSS permaneció cerrado, todo el equipo de laboratorios (de química, biotecnología, procesamiento de alimentos, de sistemas, de mecánica y termodinámica) fuer trasladado a la Universidad Tecnológica de Culiacán. El resto del mobiliario fue enviado a una bodega ubicada en la carretera a Sanalona.

 

Finalmente, en enero de 2020, el espacio fue reinaugurado como Museo Materia, un concepto más cercano a una galería de arte moderno que a un espacio para la divulgación de las ciencias y la tecnología, por lo que los primeros visitantes no dudaron en expresar su inconformidad y decepción al ver en lo que había terminado un lugar tan querido por los sinaloenses.

 

El lugar cuenta, además, con un sistema de video mapping que oficialmente iba funcionar para proyectar espectáculos relacionados con la ciencia y la tecnología. Sin embargo, lo que los culichis han podido ver a través de ese sistema son películas y partidos de beisbol y futbol americano.


 


FALSAS PROMESAS

 

En enero de 2022, Rubén Rocha le tomó protesta a Carlos Karam Quiñones, como director general de CONFIE. Su previa experiencia en el propio Centro de Ciencias de Sinaloa y su grado académico hicieron suponer a los trabajadores que el espacio recuperaría su vocación original como centro de divulgación de las ciencias.

 

Sin embargo, se equivocaron. Con Carlos Karam Quiñónez se concretó la extinción del Centro de Ciencias y se fundó ese organismo denominado CONFIE que muy pocos sinaloenses conocen y que se distribuye en tres espacios: en avenida de la Américas, junto a Ciudad Universitaria, quedó el Museo Materia, en tanto que los laboratorios y talleres con los que contaba el antiguo centro de ciencias fueron enviados al Parque Temático, a un costado de la UAdeO, donde también se ubican las oficinas de CONFIE.

 

Lo ideal, declaran trabajadores del extinto Centro de Ciencias, es que en un sólo espacio se encuentren el museo, los laboratorios, los talleres bien equipados, el teleauditorio y las áreas recreativas. 

 

Agregan que, a pesar de la desaparición del Centro de Ciencias, todavía se mantiene el logotipo del CCS afuera del edificio para simular que todavía existe ese icónico centro de divulgación de las ciencias que llenó de orgullo a Sinaloa.

 

En tanto su director, Carlos Karam Quiñónez, tiene un salario de 109 mil 382 pesos, más compensaciones que elevan sus ingresos mensuales por encima de lo que gana el propio gobernador Rubén Rocha Moya.

 

“Seguimos sin entender ese absurdo de extinguir una institución que tenía prestigio a nivel nacional para crear una coordinación que nadie conoce”, señala Arturo Valle Pérez, uno de los trabajadores del extinto CCS que ha denunciado los hechos. “No se puede llamar centro de ciencias porque sólo es un museo, con muy pocos aparatos que tengan ciencia, no hay laboratorio, no hay un planetario, entonces no puede ser un centro de ciencias, malamente usan el logo”.

 

“Ya sólo es un lugar simbólico. Ya no tenemos un presupuesto. No tiene activos, domicilio fiscal, trabajadores a su mando, instalaciones propias. Jurídicamente el centro de ciencias ya no existe. El logo es lo único que existe”, se lamentan los trabajadores.

 

Agrega que la lucha de los trabajadores es para que el Centro de Ciencias vuelva a ser un organismo público descentralizado, con un presupuesto propio, ya que el presupuesto que maneja CONFIE asciende a los 183 millones de pesos anuales que se van en puro gasto corriente.

 

 

 

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