El Parque Botánico de Culiacán nació en 1986 con la intención de convertirse en un espacio público para la conservación de especies botánicas, educación ambiental y para el esparcimiento de la ciudadanía.
Sin embargo, al propósito original marcado en el decreto 584 autorizado por el Congreso del Estado en 1998 se le agregaron otros usos con la entrega de la concesión a la familia Coppel.
Es entonces que este espacio se convirtió en lugar para eventos privados como bodas, quince años o pasarelas que provocan ruido por encima de los 50 decibeles permitidos para no afectar a la fauna y el ecosistema que conforman el parque.
Además, la sociedad que administra el botánico se autoimpuso una cláusula que les permite mantener en la opacidad los recursos que recibe, tanto de organismos privados como de gobiernos, con lo que no se sabe exactamente cuánto ingresa.
La claúsula segunda del decreto prohibe darle al parque botánico un uso diferente al que motivó este decreto. Cualquier actividad lucrativa resultaría una violación al decreto que realizó el Congreso del Estado en 1998.
Para el investigador de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Melchor Peiro Guerrero, autor del libro La Privatización de los Público (UAS, 2022), el gobierno de Rocha no tiene interés en rescatar el Jardín Botánico y el Parque Ecológico debido a los intereses gentrificadores que sostienen los Coppel en la zona.
“Nosotros continuamos en la defensa sosteniendo que estos dos grandes espacios son propiedades públicas y deben ser administradas, porque es su obligación constitucional, por la administración publica, es decir, por el Gobierno del Estado ya que las dos áreas están a su nombre como propietario, aunque bien podrían firmar un convenio con el Ayuntamiento de Culiacán que tiene un departamento de Parques y Jardines para que los atendieran en lugar de estar con la idea de que se los tienen que pasar a un organismo privado como está sucediendo ahorita”, sostiene el autor.
“El resultado de esa privatización disfrazada es que haya una cuota que te cobran por entrar al Jardín Botánico cuando es un espacio público. Sostenemos que Agustín Coppel y sus amigos del patronato están controlando todo a su gusto. Y tan es así que Coppel maneja el Jardín Botánico como si fuera su jardín privado porque ahí está exhibiendo su colección de obras de arte. El convenio más reciente con los Coppel se firmó el 1 de noviembre de 2021, es decir, el primer día de gobierno de Rubén Rocha Moya. Esto a pesar de que meses antes, cuando aún era gobernador electo, sostuvimos una reunión con él en donde nos dijo que no iba a renovar ese convenio de colaboración con los Coppel. Un convenio, por cierto, súper leonino ya que estará vigente durante todo el mandato de Rubén Rocha”, argumenta.
Deprimera Noticias (DP): ¿Por qué considera que el gobernador no se anima a cancelar este convenio leonino con los Coppel?
Melchor Peiro (MP): Porque seguramente hay un montón de intereses y situaciones que apenas ellos saben. Pero, nosotros lo que defendemos es la condición de propiedades públicas de estos dos espacios y la obligación que tiene la autoridad, porque para eso representa a los ciudadanos, de atenderlos debidamente con el dinero público.
Lo peor de todo es que, aparte de que les cedieron la operación de estos dos espacios, resulta que también les dan cinco millones de pesos mensuales de nuestro dinero público a Agustín Coppel y sus camadas del patronato para que estén administrando esas áreas. Sin embargo, nadie sabe qué otro tipo de operaciones harán entre privados para seguir charoleando o recuperando dinero privado dizque para aplicarlo al mantenimiento de esos espacios. Quizá el Jardín Botánico lo tengan en buenas condiciones, pero con respecto al Parque Ecológico no hacen gran cosa porque el pobre parque está bien jodido desde hace al menos seis años. Y con eso, ellos están incumpliendo las obligaciones que vienen desde los otros convenios de que debían atender a los dos parques por igual.
(DP): ¿Considera que existe la intención de mantener al Parque Ecológico completamente desatendido para algún otro propósito?
(MP): Es muy probable que sí esté abandonado, desatendido, de manera intencional porque es una de las tácticas que el neoliberalismo maneja en todo el mundo. Primero abandonar un gran espacio público para, después, presentar a un grupo privado como el salvador de todo eso. Y entonces decir que se lo traspasan a ellos, se lo concesionan o se lo regalan y entonces ese espacio público queda en manos privadas manejado como una empresa muy lucrativa.
En el caso del Jardín Botánico los dos grandes negocios radican, uno, en estar extendiendo recibos deducibles de impuestos para las empresas que dizque les dan dinero y así evaden. Es una evasión fiscal. Y dos, vender proyectos de paisajismo y jardines fabulosos para las casas de sus amigos y cuates. Y lo peor de todo es que están usando el personal pagado por nosotros los ciudadanos y utilizando hasta elementos vegetales del Jardín Botánico, del vivero que dicen que tienen allá y del Parque Ecológico porque han estado extrayendo árboles que se han estado desarrollando en esos espacios durante años para ir a venderlos allá en sus proyectos.
(DP): Desde hace tiempo se ha mencionado que todo esto forma parte de un intento de gentrificación de esta zona de Culiacán por parte de los Coppel para la construcción de hoteles, edificios de apartamentos, plazas comerciales.
(MP): Creemos que sigue vigente algo que hace unos años la gente conoció como Distrito Paseo Mundial, que significa en pocas palabras extender la pechuga de Culiacán que es el centro histórico hacia el norte, teniendo como limites el río Humaya, el río Tamazula y la avenida Universitarios. Ellos ya tenían todo arreglado para colocar con casas, comercios, hoteles en todo este perímetro. Apagaron esa información en los medios, pero por debajo siguen trabajando con esas ideas de retirar a la población originaria y rescatar para ellos el valor de la centralidad que tiene esa zona grande donde incluso desde entonces hablaban de pasar una línea de Metrobús.
(DP): En estos momentos ¿en qué situación se encuentra la lucha que ustedes encabeza para desprivatizar el Jardín Botánico?
(MP): Nosotros promovimos un amparo en junio de 2023 que en noviembre de ese año fue sobreseído por el Poder Judicial en Culiacán. Sin embargo, solicitamos su revisión y está todavía allá en el Tribunal Colegiado de Circuito en Mazatlán. Estamos esperando una sentencia, una resolución y todavía pensamos seguir con otras instancias porque por lo visto el señor gobernador no tiene la más mínima intención de ir al fondo en todo este tipo de cosas. Se supone que es un gobierno de izquierda que viene a rescatar muchas situaciones de injusticia social que cometieron los de antes, como dicen. Pero ya estamos llegando a la mitad del sexenio de Rocha y no se ven las intenciones de rescatar las propiedades públicas de esa privatización disfrazada.
(DP): Háblenos sobre este fenómeno de las privatizaciones de los espacios públicos. Los gobiernos restauran y embellecen determinadas áreas y luego se los entregan con una enorme plusvalía a privados con los que están coludidos, que son amigos de los funcionarios, sus compadres, sus padrinos, etc.
(MP): La privatización de lo publico es un fenómeno mundial. Viene desde hace 30 años o más. Acá en México se acentuó desde el gobierno de Salinas cuando se le abrió la puerta a ese neoliberalismo que lo que busca es ganancia a toda cosa. Y si hay “chancita” de apropiarse de bienes públicos con cuates en las estructuras del gobierno es lo que están haciendo. Pero sucede que no les interesa la propiedad absoluta, las escrituras de tal o cual bien, sino el control de eso por medio de documentos como este convenio de colaboración entre grupos privados y gobernantes en turno. Eso es lo que pasa con el Jardín Botánico. Todo lo que sea privatización de aquello que ya fue construido con el dinero público, con el esfuerzo de la sociedad, se convierte en un verdadero despojo a la sociedad porque todos esos elementos forman parte del equipamiento urbano que debe existir para beneficio de todos los ciudadanos, no para que sea explotado y se convierta en negocio privado. Ahorita está sucediendo en Culiacán con el Jardín Botánico. Y dice el gobernador Rocha: ¿quién lo embelleció? Pues lo embelleció el tiempo, nuestro dinero público y su condición. No lo embellecieron los Coppel. Ellos lo están explotando. Pero también está sucediendo eso con el Acuario de Mazatlán en el que se invirtieron casi mil millones de pesos de dinero público y todo mundo voltea para otro lado. Hay muchos otros casos en Sinaloa y México de ese fenómeno de la privatización de lo público que impacta negativamente al ciudadano común, a la sociedad, porque le resta calidad de vida.
(DP): Menciona que este es un fenómeno asociado al neoliberalismo. Pero, ¿qué no se supone que la lucha contra el neoliberalismo es una de las banderas de los gobiernos de AMLO y de Rocha?
(MP): Por eso nos extraña. López Obrador ha sostenido que su gobierno precisamente a eso venía: a luchar contra el neoliberalismo. Y al parecer aquí quisieron repetir el mismo discurso. Pero podemos afirmar que nunca hemos visto en Sinaloa una izquierda tan derechista. Porque no hay izquierdismo, o si lo hay, lo están proponiendo solo en lo que les conviene para generar un ánimo en los votantes, pero no están resolviendo a fondo situaciones de la sociedad. Y este caso del Jardín Botánico tiene que ver con un importantísimo elemento que es la recreación social y la oportunidad de convivir.