Alberto de Jesús Verdugo Rivera, reportado como desaparecido desde el 25 de mayo de 2020, fue localizado sin vida.
Sin embargo, no fue encontrado por los colectivos de búsqueda en una fosa clandestina, como por desgracia ocurre casi siempre.
Para sorpresa e indignación de sus familiares y de los colectivos, los restos del joven fueron localizados en las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo).
“Encontramos sus restos en el Semefo después de cuatro años de estar buscando junto con su madre entre personas en situación de calle, hospitales, centros de rehabilitación y cárceles con el fin de localizarlo con vida”, señaló María Isabel Cruz Bernal, del colectivo Sabuesos Guerreras.
“Asimismo se buscó entre el vientre de la tierra que para nosotras son las fosas clandestinas, el único lugar donde ninguna madre quiere encontrar a sus hijos, sin tener éxito”.
Este hallazgo, señala el colectivo, trastoca nuestros corazones porque delata todo lo que está mal en este sistema en el que los cuerpos permanecen años en el Semefo sin que sus familiares puedan recibir sus restos.
CASO JESÚS VERDUGO
El 25 de mayo de 2020 Jesús Verdugo fue desaparecido. Su madre lo reportó ante la Agencia Especializada en Desaparición Forzada de Personas de la Fiscalía General del Estado.
En esa agencia se abrió un expediente con una petición importante: que se le buscara en la morgue del Servicio Médico Forense, entre las personas clasificadas como “No Identificadas”.
“Es el mismo lugar donde en cada mesa de trabajo se hace la misma petición de confronta del ADN con los cuerpos en la morgue y donde el Semefo no contesta las peticiones que envía el Ministerio Público o no arroja resultados positivos”, señala el colectivo.
Agrega: “Acompañamos el caso hasta que se le tomaran las muestras a nuestra compañera, para que estas fueran pasadas por el Laboratorio de Genética Forense que tiene Servicios Periciales desde 2016, el cual costó 47 millones de pesos”.
Denuncian que en ningún momento se presentó un avance al respecto, en cambio, conforme pasaba el tiempo parecía que el grito de los familiares de Jesús Verdugo era más ignorado.
“Como colectivo hemos emprendido una nueva ruta de búsqueda, a través de los expedientes. Hemos encontrado barbaridades, como que hay carpetas de investigación revueltas, otras con archivos de casos de otros estados y hasta las evidencias más palpables de que no buscan si no se presiona a los fiscales que lidera el Lic. José Luis Leyva Rochín, titular de la fiscalía de desapariciones en el Estado”.
Este año se han publicado tres recomendaciones por la Comisión Estatal de los Derechos Humanos que dan fe de ese desorde, a las cuales, ahora se suma el caso de Alberto de Jesús Verdugo.
El jueves 4 de julio, en la última revisión de expedientes de la asociación, su madre salió muy molesta de la agencia del Ministerio Público.
Le pareció increíble que después de cuatro años no hubiera una búsqueda entre los cadáveres del Servicio Médico Forense, que no se hiciera la confronta de información genética como se había pedido.
“Nuestra compañera se retiró molesta y nosotras la acompañamos con esa misma rabia. El sábado 6 de julio por la mañana, dos días después de haberse hecho la revisión, la citaron en la Fiscalía para informarle que se había encontrado a su hijo en el Semefo”.
Estaba hecho restos a la espera de que le hicieran las pruebas genéticas. La madre del joven desaparecido lo reconoció viendo fotos de hace cuatro años, cuando el cuerpo de su hijo llegó a las instalaciones del Semefo.
“Los restos fueron entregados a la 1:00 de la mañana del domingo 7 de julio. Somos insistentes en el tiempo, porque queremos que quede constancia de las omisiones en este caso y donde una vez más nos damos cuenta que no hay una base de datos, no hay confronta como tal”, señala Sabuesos Guerreras.
En Sinaloa, añaden, existe una crisis forense con más de 2 mil 300 cuerpos, restos u osamentas de personas que no han sido identificadas.
Están en fosas comunes en panteones, en los refrigeradores del Semefo y en morgues de funerarias privadas.
“Hace casi 11 meses se nos prometió que echarían a andar el Centro de Resguardo Temporal e Identificación Humana, que nos ayudaría a pasar este trago amargo que provocaron funcionarios que tenían la labor de parar el dolor de las familias. Pero ese Centro, que costó 75 millones de pesos, no funciona y recién se nos comunicó que no servirá para identificar a personas, que solo es un centro de resguardo temporal para los cadáveres exhumados de la fosa común del panteón 21 de marzo”.
Añade María Isabel Cruz Bernal: “Y digo temporal porque solo se les hará el ADN y volverán a la fosa común o a menos que ahora se invierta en construir un panteón forense. Es decir, cómo crees si nos han fallado siempre, nos vuelven a jugar mal con nuestra esperanza de poder ver volver a nuestros desaparecidos que seguro están como no identificados. No estamos molestas ni enojadas, sino furiosas”.
Y se cuestionan por qué el gobierno de Sinaloa solo ha usado a los colectivos para sus fotos cuando se les prometió justicia? ¿Hasta cuándo la fiscal Sara Bruna Quiñónez Estrada pondrá orden en la Fiscalía de Desapariciones? ¿Hasta cuándo la Comisión Integral a Víctimas les proporcionará verdaderos asesores victimales? ¿Quién gana y qué ganan con las desapariciones?