Primer escenario
En la plaza pública del centro de Uruapan, yace boca abajo, herido de muerte, en un charco de su propia sangre, Carlos Manzo, presidente municipal de aquel municipio. Un individuo de 17 años burló la seguridad y asesinó a Manzo por un pago de 50 mil pesos. Un policía municipal, que formaba parte de la guardia personal del político, abate en el lugar, a escasos metros donde cayó el presidente municipal de Uruapan, al asesino material.
El evento “de velas” que se celebraba por festejo del Día de Muertos, en el municipio, terminó en tragedia. Las detonaciones de arma de fuego provocaron una histeria colectiva entre los ciudadanos concentrados en el lugar, al tiempo, que los gritos y el horror de los hechos se trasmitían prácticamente en tiempo real por redes sociales: “asesinaron a Carlos Manzo”, “asesinaron a Carlos Manzo”, se escuchaba en trasmisiones.
Segundo escenario
La población de Uruapan, Michoacán sale a tomar las calles al grito de: “el gobierno lo mató”, “Bedolla es un asesino”, “Claudia lo asesinó”, “Carlos Manzo pidió apoyo a la presidenta, pero ella no lo escucho”, la indignación de la población se convirtió en furia y la turba derribó las puertas del Palacio de Gobierno de Uruapan para vandalizar el recinto y exigir justicia en el asesinato del líder del movimiento político independiente “del sombrero”.
Las manifestaciones y repudio ciudadano se llevaron a cabo en otros municipios michoacanos, como, Apatzingán, Pátzcuaro y la capital Morelia. Estudiantes encabezaban los contingentes, “despertaron a un tigre enfurecido y no van a poder callarnos a todos”, el tumulto tomó por la fuerza el Palacio Municipal de Apatzingán y lo quemaron. El municipio morenista donde dos semanas antes del asesinato de Manzo Rodríguez, le habían arrebatado la vida, de igual manera, al líder limonero, Bernardo Bravo.
Tercer escenario
"Ayer dije: toda la fuerza del Estado, la fuerza del Estado es la justicia. Hay quién pide, como ocurrió con la guerra contra el narco la militarización y la guerra, eso no funcionó, es más, fue lo que llevó a la situación de violencia en Michoacán… y nosotros es la cero impunidad y la justicia”, señalaba la presidente Claudia Sheinbaum desde el púlpito de las mañaneras dos días después del asesinato de Carlos Manzo.
Y añadió visiblemente molesta: “son personeros de medios de comunicación o personeros de comentócratas, que, primero hacen especulaciones, dicen mentiras, y, segundo, tienen una intención política y también unos cuantos conductores y comentócratas carroñeros, la verdad, porque no tienen otro nombre; que lo que buscan es encontrar dónde podemos tener un pequeño argumento para irnos contra el gobierno, ¿les interesa la paz y la seguridad?, ¡no, nunca les ha interesado!, ¿les interesa el país?, ¡tampoco!, ¿les interesa el pueblo de México?, ¡tampoco!, les interesa regresa al país con sus privilegios, ¡eso sí!... ¿qué proponen?, la derecha, ¿la guerra contra el narco, que regrese García Luna?... ¿Qué proponen?”, sentenció.
Cuarto escenario
A la presidenta Claudia Sheinbaum se le ve caminando, sin ningún tipo de seguridad personal, en calles del Centro Histórico en la Ciudad de México, en medio de una nutrida multitud, de repente se observa a un individuo masculino acercarse a la presidente en su costado izquierdo al tiempo que abraza e intenta besarla en el cuello, mientras pasa sus manos por diversas partes íntimas de su cuerpo, de pronto un asistente que la acompañaba se acerca y separa al individuo de la presidenta, ante el asombro de presentes en el lugar y millones en redes sociales.
Quinto escenario
El percance de la presidenta sucedió el martes 4, al salir de la mañanera a un evento cerca de Palacio Nacional, desde ese día el tema nacional en el Gobierno Federal, cambió, del artero y vil asesinato de Carlos Manzo y las manifestaciones, principalmente en municipios de Michoacán, que produjeron dos palacios municipales destruidos y el anuncio de movilizaciones en otras partes del país, incluida la Ciudad de México, a centrar toda la atención en el acoso sexual que sufrió la presidenta y la nula capacidad de protección que se demostró en el incidente.
Tanto la presidenta desde el micrófono poderoso de la mañanera, hasta el grupo femenil de Morena y mujeres de todos los partidos y ciudadanas del país, salieron a remarcar el enorme problema que sufren las mujeres en el tema del acoso sexual en México.
Estas mujeres morenistas que hoy se manifestaron a favor de endurecer las penas en el tema del acoso sexual, son las mismas que tiempo atrás le gritaban a Cuauhtémoc Blanco, acusado de intento de violación a su hermana: “no estás solo, no estás solo”.
O que no alzaron la voz cuando su compañero de partido, el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, señaló a nivel nacional: “él es acosador, pero sexual… yo te voy a proteger”, en referencia a un trabajador estatal acusado de acoso sexual… lo que revelan estos escenarios es un país que se cae a pedazos ante los ojos de todos.