Entrevista con Bernardo Barranco. Depredadores sagrados: La pederastia en la iglesia
sábado, 2 de octubre de 2021
Entrevista con Bernardo Barranco. Depredadores sagrados: La pederastia en la iglesia
 

 

 

México ocupa el primer lugar mundial en abuso sexual infantil. Y cuando éste es perpetrado por quienes deberían brindar consuelo y guía, la infamia adquiere proporciones de estruendo. Con testimonios de víctimas, teólogos, periodistas y otros expertos, Bernardo Barranco ofrece en su libro Depredadores Sagrados un análisis sobre la pederastica clerical en México, desde el caso del padre Marcial Maciel hasta la actualidad.

 

 

Por Sergio Ramos.

 

 

A finales de los años 90, la prensa estadounidense comenzó a documentar los casos de abuso sexual cometidos por el padre Marcial Maciel, fundador de la congregación católica Los Legionarios de Cristo. En una serie de reportajes ofrecían los testimonios de varios sobrevivientes de abusos cometidos desde los años 50 por el sacerdote mexicano.

 

 

En México, solo unos pocos medios se hicieron eco de esa noticia y lo pagaron con el retiro de patrocinios de empresas privadas, cancelación de contratos de publicidad oficial y amenazas de demandas y retiro de concesiones.

 

 

Sin embargo, la historia del padre Maciel solo fue la punta de un iceberg de abusos cometidos por representantes de la iglesia y poco a poco fueron apareciendo testimonios de víctimas de otros religiosos.

 

 

De acuerdo con el escritor y periodista especializado en temas religiosos, Bernardo Barranco, autor del libro Depredadores Sagrados (Grijalbo, 2021), son  152 los sacerdotes que han sido señalados de cometer abuso sexual contra menores en distintas parroquias y diócesis de México.

 

 

De Primera Noticias: ¿Qué podrá encontrar el lector en el libro Depredadores Sagrados?

 

 

Bernardo Barranco: Es una obra escrita por diferentes autores, filósofos, teólogos, historiadores, politólogos y víctimas de diferentes generaciones. Entre esos testimonios se encuentra el de José Barba, una de las primeras víctimas que en los años 80 se atrevieron a demandar al fundador de los legionarios por los abusos sexuales que sufrió durante su infancia. También está el testimonio de Ana Luz Salazar, la conductora de radio y televisión que se convirtió en la primera mujer que denunció públicamente un abuso sexual cometido por el sacerdote Fernando Martínez, un miembro de la congregación de los legionarios en Quintana Roo.

 

 

El objetivo de la obra es actualizar, hacer un corte de caja y ver el tema de la pederastia clerical en los tiempos actuales. El tema de la pederastia es un tema global. Va más allá de la iglesia. De hecho México es de los países que tiene el mayor índice de abuso sexual principalmente en el seno de las familias. Pero la pederastia clerical tiene una particular connotación, porque no solamente es un crimen que profana el cuerpo, la salud física y mental de un infante, sino también es una traición al evangelio, una traición a los principios religiosos, a la misión y a la identidad de la iglesia. Entonces es una doble falta grave que ha conmocionado a la comunidad internacional desde hace más de 20 años, que lleva registrando, cuestionando, criticando y reclamando a la iglesia este tipo de conducta reiterativa, que es el abuso sexual y las perversiones sexuales de su clero.

 

 

DPN: ¿Hay un registro de cuántos y quiénes son los sacerdotes mexicanos que han abusado sexualmente de menores y qué ha pasado con ellos y con sus víctimas?

 

 

BB: El año pasado la Conferencia del Episcopado Mexicano declaró que más de 152 sacerdotes fueron separados de sus cargos por denuncias de abuso sexual. De ellos no sabemos sus nombres, no sabemos en qué parroquias o en qué diócesis estaban, tampoco cuántas víctimas hubo, cuál es el estatus actual de las víctimas y de los depredadores ante la justicia. No sabemos nada. Entonces lo único que podemos inferir es que la iglesia se sigue manejando con absoluta opacidad e impunidad en términos de las leyes seculares.

 

 

DPN: ¿Estos 152 sacerdotes mexicanos señalados de abusos sexuales corresponden a qué épocas?

 

 

BB: No lo sabemos. Forma parte de la opacidad con la que la iglesia maneja estos datos. Solamente manejan un número pero eluden ahondar en el tema, conocer quiénes son, qué ha pasado con ellos, y por lo tanto tampoco sabemos nada de las víctimas.

 

 

DPN: Los Legionarios de Cristo han fundado colegios y universidades como la Anáhuac. ¿Por qué cree que siguen funcionando? ¿por qué siguen siendo instituciones educativas muy solicitadas entre la clase social alta en ciudades como Monterrey, Guadalajara o Ciudad de México, a pesar de lo que sabemos de Marcial Maciel y de los Legionarios de Cristo?

 

 

BB: En el libro hay un capítulo muy importante de una activista llamada Cristina Sada. Ella pertenece a las élites de Monterrey. Es heredera de la familia Garza Sada, fundadora del Grupo Monterrey y prima de Ricardo Salinas Pliego. Ella se hizo la pregunta que usted tiene. Se puso a investigar sobre todo entre los padres de familia de los colegios legionarios en Monterrey. Ella preguntó por qué estaban enviando a sus hijos a esos colegios. Y después de numerosas entrevistas llega a una conclusión aterradora: que los colegios son espacios de agregación social, es decir, son lugares de ricos para ricos, son lugares donde los niños y sus familias conviven con gente adinerada. Ahí se hacen amistades, probablemente futuras alianzas, noviazgos, matrimonios. Es decir, la actitud de la clase alta es la actitud de seguirse encapsulando, de no contaminarse con gente de otro nivel social y no les importa que haya bajo nivel académico o que sus hijos estén bajo cierto riesgo de abuso o los escándalos. Lo que les importa es que sus hijos convivan y se socialicen con otros niños ricos. Es verdaderamente aterradora la conclusión a la cual llega Cristina Sada.

 

 

DPN: ¿Hay alguna explicación de por qué ocurre la pederastia clerical? ¿Estamos hablando de depredadores que aprovechan la religión para acercarse a los menores? ¿Es una cuestión de poder? ¿Por qué abundan depredadores sexuales en el seno de la iglesia?

 

 

Hay un artículo muy bueno de la teóloga Ruth Casas que habla sobre el tema de la masculinidad sagrada y el vínculo del poder. Y siguiendo a Michael Foucault en la historia de la sexualidad, sostiene que las perversiones sexuales están vinculadas al abuso del poder. Es decir, los políticos, los curas, se sienten guiadores de grupos humanos, de masas. Los políticos conducen con sus decisiones el destino de poblaciones enteras. Y en el caso de los religiosos son propietarios del espíritu, son dueños del alma, y si son dueños del alma se creen dueños de los cuerpos también. Si pueden usar y manipular el alma de una persona, también pueden usar y manipular el cuerpo de una persona. Entonces el tema de los abusos sexuales están vinculados al tema de la perversión, y el tema de la perversión está vinculado al tema del poder. Por eso el libro juega un poco en el titulo con dos imágenes: la del depredador, es decir, un cazador insaciable.

 

 

DPN: ¿Cuál ha sido la actitud histórica que la Iglesia Católica con respecto al tema? Usted lo resume en tres palabras: Rechazo, chantaje y aceptación.

 

 

La negación es fundada sobre todo por la idea del enemigo externo. Es decir, diseñan la imagen de una iglesia acorralada, atacada, sitiada porque la quieren minar, la quieren dañar y, por lo tanto, sobre todo con Juan Pablo II, decidieron cerrar filas. La iglesia como una ciudadela cerrada, a la defensiva. Después, frente a los hechos, se ha abierto y han pedido perdón y han pronunciado discursos, pero en realidad el gran relato de la iglesia frente al tema de la pederastia ha sido un tremendo fracaso. Hay una crisis en el relato que tiene la propia iglesia sobre los abusos sexuales porque los perdones, las palabras piadosas, los discursos aterciopelados no han sido acompañados de acciones firmes que contravengan esto. Incluso, hace poco el retirado papa Benedicto XVI culpabilizó al movimiento del 68 por los abusos sexuales. Dijo que la iglesia se había permeado de la excesiva sexualidad que fue inaugurada por el Movimiento Cultural de 1968 en todo el mundo y especialmente entre los jóvenes. Entonces, para él, la culpa la tiene el mundo secular, la decadencia de la sociedad secular, y no la iglesia. La iglesia incluso aparece como víctima de esta gran tendencia cultural en el mundo. Entonces creo que la iglesia no ha tenido ni tiene una narrativa que responda con solidez a los abusos. Ameritaría que la iglesia repensara muy bien el tema de la sexualidad. Porque no solamente estamos hablando del tema de los abusos sexuales a menores, está el tema del aborto, el tema de la mujer, el menosprecio a las sexualidades diversas. Y sobre todo una sexualidad castrante que sigue estando en el fondo vinculada a la procreación y no al placer o a la comunicación o a la espiritualidad como lo manejan otras religiones orientales: la sexualidad como una expresión de la espiritualidad. Entonces el libro propone la realización de un Concilio Vaticano Tercero cuyo eje o uno de los temas sea el de la sexualidad, al interior y al exterior de la iglesia.

 

 

DPN: Algunas voces señalan que el celibato juega un papel negativo en la mentalidad de los sacerdotes, que prohibirles tener una familia o una vida sexual activa influye en un comportamiento enfermo. ¿Qué opinión le merece esto?

 

 

BB: En el libro hay un capítulo en el que se plantea el tema de la pederastia en iglesias evangélicas y en iglesias protestantes y el fenómeno se da de manera casi idéntico que en la iglesia católica. Lo que pasa es que la atención mediática, la atención pública, no está enfocada en esas iglesias sino en la iglesia católica. Pero los mismos casos se presentan en estas iglesias, incluso con los mismos pactos de impunidad y de silencio. Y hay que recordar que en la mayor parte de las iglesias protestantes y evangélicas los pastores están casados y tienen familia.

 

 

DPN: Háblenos sobre el papel de las élites y de los gobiernos en que estas cosas sigan ocurriendo al interior de estas iglesias tan poderosas económica y socialmente hablando.

 

 

El gobierno está en deuda con su población en materia de abuso sexual infantil. Los gobiernos de la mayor parte de los países católicos no han querido entrar y apretar desde el punto de vista penal o legislativo en los abusos sexuales. Han sido tibios, timoratos. Y en el fondo lo que no quieren es enfrentarse precisamente a las iglesias que son muy poderosas en términos políticos. Hay una especie de enorme contradicción porque estos gobiernos entienden que políticamente no es recomendable emprender acciones que dañen la imagen, la presencia, la estabilidad de la iglesia, y por lo tanto se abstienen. Pero la gran contradicción es el papel que juega el estado, o que no juega, en la protección a la niñez. Es decir, ahí hay un mandato constitucional, ético, moral, de que el estado tiene que proteger la integridad de sus niños, de su infancia, que el estado debe garantizar los derechos humanos de los niños, y si no lo hace por cálculos políticos está teniendo una grave falla en su función básica. Entonces al parecer en muchos países como México prima o ha pesado más el cálculo político que el rol que debe jugar de protección a su infancia.

 


© 2023 DEPRIMERA NOTICIAS
Todos los derechos reservados