La imposición de la candidatura del secretario General de Gobierno, Enrique Inzunza Cázarez es, de nueva cuenta, no sólo un acto incongruente del gobernador Rubén Rocha Moya, quien apenas en mayo pasado afirmaba que no recomendaría a su sobrino para ocupar un escaño en la Cámara Alta, sino que también se traduce en un acto autoritario, al amenazar a cualquier otro perfil que se inscriba en el “concurso” por esta y otras candidaturas sin su consentimiento. Con el inicio de la campaña en favor del segundo hombre al mando en el estado, el jefe del Ejecutivo inició la embestida en contra de sus adversarios políticos, tanto dentro como fuera de Morena, usando la maquinaria mediática a la que le entrega jugosos convenios publicitarios, así como poniendo a sus pies a todos los operadores de la geografía sinaloense, con la finalidad de hacer ganar a un candidato gris, sin luz ni peso propio en el ánimo electoral, pero con la chequera del Señor Gobernador a su disposición. La nueva y potenciada mafia del poder en Sinaloa.

Por Santiago Rentería.

Apenas el 22 de mayo pasado, en medio de la creciente guerra judicial que inició contra la Universidad Autónoma de Sinaloa, el gobernador Rubén Rocha Moya hizo una afirmación que no pensaba cumplir: “no pienso recomendar a Enrique para el Senado”.

“Me sirve más como secretario general de Gobierno”, soltó en su conferencia semanera de aquel lunes de hace cinco meses.

Como se dice en las redes sociales, tres Doritos después, Rocha Moya no sólo recomendó, sino que metió a la fuerza a la contienda política para el Senado a su primo lejano con quien muchas veces ha señalado, vio crecer en su pueblo de Batequitas, Badiraguato.

Y para ello la orden fue tajante: nadie más se puede inscribir en el proceso democrático de Morena, para que no le hagan sombra al hombre en quien Rocha Moya ha depositado la confianza y su proyecto transexenal por dejar a un sucesor.

El 29 de octubre, durante la clausura de un festival cultural, su programa de radio favorito le preguntó a Enrique Inzunza Cázarez si entraría a la contienda interna de MORENA para el Senado, a lo que de inmediato, esbozando una sonrisa –rara en él–, confirmó sus aspiraciones.

“Sí me voy a registrar para Senador de la República. En mi caso lo hago bajo el convencimiento de que somos un proyecto de la Cuarta Transformación que está en una etapa que necesita consolidarse y desde mi experiencia de jurista, de hombre de leyes, desde mis 25 años como integrante del Poder Judicial de los cuales ejercí once como presidente del mismo”, declaró.

EL MANOTAZO

El lunes siguiente, el resto de los aspirantes al Senado se bajaron de la carrera y los deslindes no se hicieron esperar: Feliciano Castro Meléndrez, quien ya traía una fuerte campaña en los municipios, se desmarcó de su aspiración, lo mismo Gerardo Vargas Landeros y el alcalde espurio Juan de Dios Gámez Mendívil.

Todos al unísono confirmaron que Inzunza Cázarez era la mejor opción para la candidatura al Senado, por lo que se entendió que la orden del Tercer Piso era no ir en contra de las decisiones del gobernador y su grupo compacto.

El único que se salió del libreto de Rocha, pero sin oportunidad de obtener la nominación, fue el defenestrado alcalde Jesús Estrada Ferreiro, quien luego de conseguir los requisitos documentales, consiguió que la plataforma de registro aceptara su propuesta.

Sin embargo, de inmediato Rocha y sus acólitos descarrilaron al ex alcalde con el tema de que es un funcionario en un proceso judicial. En cambio, para la candidatura femenina, la que consiguió la reelección fue Imelda Castro Castro, quien diferente a Inzunza Cázarez, logró su confirmación por medio de Claudia Sheinbaum, la “corcholata” que todo el tiempo apoyó a la todavía senadora.

EL VIDEO Y LA DEFENSA

El 1 de octubre, desde un portal de internet anónimo, se difundió un video sexual donde presuntamente aparece Enrique Inzunza Cázarez. Durante semanas amenazaron con hacerlo público si el secretario de Gobierno, acusado en 2018 de acoso sexual en contra de una jueza, no renunciaba al cargo.

El lunes 9 de octubre, Rocha Moya salió furioso a defender a su sobrino Enrique (el padre del gobernador, era primo hermano de la madre del secretario, con el apellido Cázarez como confirmación), achacó la campaña negra a Héctor Melesio Cuén Ojeda, líder del Partido Sinaloense, y aseguró que sus adversarios, incluyendo a Estrada, se habían juntado para atacarlo.

Para sostener que le han hecho “lo que el viento a Juárez”, sacó unas encuestas cuya fuente no dio, aseguró que el video donde aparece Inzunza era falso, y que le habían puesto “la cabeza de Enrique a un cuerpo equis”, esto sin ofrecer pruebas digitales de la supuesta falsedad.

Como si fuera López Obrador, Rocha Moya señaló que él contaba con una aprobación del 62 por ciento, y que una encuesta enviada hacer por su despacho mostraba que Enrique Inzunza tenía una opinión favorable del 49 por ciento, regular del 48 por ciento y negativa solamente del tres por ciento.

Por el contrario, dijo que sus adversarios, de los que se negó a dar nombres, mantienen una percepción negativa del 32 por ciento y del 20 por ciento.

Sin embargo, Rocha no sopesó el hecho de que su secretario de Gobierno nunca ha ejercido un cargo de elección popular, y su incursión en política se limita a su administración que inició en 2021, hace apenas dos años.

ACUSACIONES Y NEPOTISMOS

Al tratarse de una relación familiar, originarios del mismo pueblo de Badiraguato, el gobernador Rubén Rocha se ha negado a reconocer las acusaciones en contra de su secretario General de Gobierno, como la denuncia por acoso sexual que interpusiera la jueza Karina Aragón en 2017-2018, cuando se encontraba el gobierno de Quirino Ordaz Coppel.

El entonces fiscal, Juan José Ríos Estavillo, le dio trámite a la denuncia presentada por la jueza, cuando Inzunza era todavía presidente del Supremo Tribunal de Justicia de Sinaloa, de aquí al llegar al poder, Rocha e Inzunza lograron la renuncia de Ríos, quien todavía no cumplía con los siete años constitucionales en el cargo.

A lo largo de los años en el Supremo Tribunal, Enrique Inzunza tejió una red de nepotismo que ha sido denunciada en DeprimeraNoticias, además de haberse jubilado como magistrado sin cumplir con los años legales para hacerlo, sin que esto mereciera una investigación en concordancia con la ley y la constitución que prohíbe dichos actos de funcionarios públicos.

Entre los familiares directos de Enrique, se encuentra su esposa Claudia Meza Avendaño, actualmente magistrada puesta por MORENA desde el Congreso, también está su hermano Javier Inzunza Cázarez, a quien dejó como administrador del Centro de Justicia Penal de la Zona Centro, su hermana Aída Inzunza Cázarez, magistrada del Tribunal Electoral del Estado, Santiago Inzunza a quien Rocha abanderó para dirigir el COBAES.

A ellos se le suman sobrinos y primos que se encuentran tanto en el Supremo Tribunal como peritos, otros en el gobierno estatal, en la Fiscalía General del Estado y hasta un familiar en la Auditoría Superior del Estado. Desde luego, protegido por el manto de la impunidad, esta red de nepotismo que crece, ha sido intocada hasta el momento en el que Enrique se prepara para irse a una campaña de la mano del gobernador.