La expulsión, entrega o extradición de 29 narcos mexicanos hace un par de semanas de parte del gobierno de Claudia Sheinbaum a Estados Unidos, tiene el ingrediente principal: Rafael Caro Quintero. La entrega del sinaloense tenía un reclamo de parte del gobierno gringo de más 40 años, desde aquel episodio donde perdió la vida el agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena en 1985, a manos, presuntamente de narcos mexicanos, entre los que se encontraría Caro Quintero.
Pero el tiempo, 40 años, le ha dado muchos matices a lo que en realidad pasó en Guadalajara en aquel episodio que cambió para siempre la colaboración entre México y Estados Unidos en lo que a combate al crimen organizado refiere. Al tiempo se ha fortalecido la versión de que, en el lugar del secuestro, tortura y, posterior asesinato del agente de la DEA, habrían estado presentes el secretario de gobernación del presidente priista Miguel de la Madrid, Manuel Bartlett Díaz y el secretario de la Defensa Nacional, de aquella administración, Juan Arévalo Gardoqui, piezas claves para desenmarañar las corruptelas y complicidades del gobierno mexicano con la Central de Inteligencia Americana (CIA).
Los periodistas, Juan Alberto Cedillo, Eva Lluchonite y Ioan Grillo, por medio de la desclasificación de un documento del gobierno americano donde señalan que se involucra a Bartlett Díaz y Arévalo Gardoqui, ambos habrían tenido un papel central en el episodio Camarena, lo han solicitado en doce ocasiones por medio del Acta de Libertad de Información, a pesar de que un gran porcentaje de dicho documento se encuentra testado.
El exagente de la DEA, Hector Berrellez, encargado por dicha agencia de llevar el caso, a lo largo de estos 40 años ha señalado en entrevistas, libros y artículos periodísticos que la muerte de Enrique Camarena habría ocurrido porque Camarena empezó a investigar la ruta del dinero de los narcos, lo cual involucraba directamente a la CIA y al gobierno mexicano de aquel entonces.
Berrellez y otros periodistas han señalado que existen documentos gringos, entre ellos una grabación que se le entregó a la Secretaría de Gobernación de Bartlett Díaz, donde se revela a detalle lo ocurrido en esa bodega en Guadalajara, el gobierno de México nunca ha mencionado dicha grabación.
Lo que se ha revelado con el tiempo es que en esa bodega se adiestraba a militares para posteriormente ingresarlos a Centro América a combatir el comunismo, el dinero de las drogas también servía para la compra de armas; y el secuestro, tortura y asesinato de “Kiki” Camarena habría sido por conocer a quién informaba o informó el agente de la DEA de lo que realmente pasaba en México y nada tuvo que ver el decomiso de miles de toneladas de marihuana decomisada en el rancho ‘El Búfalo’ en Chihuahua. Bartlett, dicen los periodistas, se encuentra siendo investigado actualmente como lo revela el documento desclasificado y no puede ingresar a territorio gringo porque sería detenido de inmediato para ser interrogado por el caso Enrique “Kiki” Camarena.
Es por ello, que Rafael Caro Quintero, ya bajo la tutela de las autoridades gringas, es el único, al momento, que puede atestiguar fehacientemente lo que realmente pasó esa trágica noche de 1985 en esa bodega en Guadalajara.