DePrimera Internacional | Eduardo Rivadeneyra Núñez
Elementos de élite de las fuerzas especiales aparecen ejecutados dentro de las instalaciones de la base militar más grande del mundo y la más importante del ejército de Estados Unidos. Otros cuerpos son localizados en las inmediaciones de la base y a pesar de que en cantidad son más de lo que podría esperarse, la información oficial los presenta como casos aislados.
La base es conocida por su nombre original Fort Bragg, aunque en 2023 se le cambió el nombre a Fort Liberty. Es la base con mayor extensión territorial en el mundo, capaz de albergar ejercicios militares completos con bombardeos y lanzamientos de paracaidistas, además de ser sede de adiestramiento para elementos de todas las agrupaciones militares estadounidenses así como grupos provenientes de otros países. Más aún, es el hogar del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, así como de diversas fuerzas especiales de élite, entre las que destacan los Boinas Verdes y la Delta Force.
La cadena de homicidios violentos entre militares de élite que nadie había investigado a fondo, llamó la atención de un reportero de investigación, veterano de las fuerzas armadas con formación como abogado que comenzó a indagar y recopilar información en los últimos años hasta integrar un reportaje profundo que se publicó recientemente en inglés como un libro con el nombre de El Cartel de Fort Bragg, el cual no ha sido aún traducido al español.
El autor, Seth Harp, se desempeñó con las fuerzas armadas de Estados Unidos durante la Guerra de Irak. También estudió la carrera de derecho y la ejerció durante cinco años para después ocupar el puesto de fiscal general adjunto del estado de Texas. Finalmente decidió dejar su pasado para convertirse en reportero de investigación. Actualmente es editor colaborador para la revista Rolling Stone y ha reportado desde países como Irak, Siria, Ucrania y México. Se especializa en la relación entre conflictos armados y crimen organizado con reportajes que han sido publicados en medios como Harper`s, The New Yorker, The Intercept, Columbia Journalism Review, The New York Times y Texas Observer.
En 2018 le llamó la atención el caso del boina verde Mark Leshikar y su amigo David Lavigne, elemento de la Delta Force, quienes fueron en un viaje familiar a Disney World y al regreso comenzaron a discutir porque pensaban que alguien los espiaba mediante micrófonos ocultos en su automóvil. Frente a sus hijas, Lavigne disparó por la espalda a Leshikar causando su muerte.
Harp revisó los documentos disponibles y le pareció que las declaraciones de Lavigne podían calificarse de paranoides. Además, había contradicciones entre sus declaraciones y las de sus hijas.
Sin embargo, los mandos superiores de Delta Force determinaron que fue un acto de defensa propia y se cerró la investigación.
Un par de años después, en uno de los extremos boscosos de la base, se encontró una camioneta pick up gris y dos cadáveres con múltiples impactos de balas. Uno era de Thimoty Dumas, asignado al área administrativa de Fort Bragg y el otro era del mismo Lavigne. El caso fue cerrado sin mayor investigación.
En Fort Bragg también fue entrenado un grupo de soldados mexicanos que debían convertirse en la semilla inicial del equivalente a los Boinas Verdes de nuestro país. Sin embargo, estos elementos poco después desertaron del ejército y pasaron a trabajar para un cártel y luego formaron su propia organización. El primo de uno e ellos, de apellido Treviño, se convirtió en proveedor de sustancia de Lavigne y un patrullero estatal de Carolina del Norte.
Así, Seth Harp describe la operación que comenzó a crecer a partir de Fort Bragg con otras historias que uno no espera escuchar de las fuerzas armadas estadounidenses y que forman parte del libro que no ha sido desmentido ni comentado por el Pentágono.