El último estirón del PRI en Sinaloa
miércoles, 28 de junio de 2023
El último estirón del PRI en Sinaloa
 

 

 

En un proceso por demás amañado, la dirigencia nacional del Partido Revolucionario Institucional terminó por dar el manotazo en la mesa al imponer a la exdiputada Paola Gárate Valenzuela en la presidencia estatal y al ahijado de Mario López Valdez, Bernardino Antelo Esper, al más viejo estilo priista, que implica simular procesos democráticos para lanzar el agandalle. El proceso de degradación del PRI como tercera fuerza se agudizó en el estado con la derrota estrepitosa en 2021, así como la cooptación que el gobernador Rubén Rocha Moya ha logrado hacer poco a poco, al integrarlos a su administración o, al otorgarle canonjías, como Ricardo Madrid Pérez, presidente de la Mesa Directiva del Congreso que ha hecho una verdadera mancuerna al lado de Feliciano Castro Meléndrez, entre otros morenistas.

 

 

Por Santiago Rentería.

 

 

De aquel partido de viejo cuño ya no queda sino la sombra, cualquiera que pase por sus antiguas oficinas del bulevar Francisco I. Madero, en la colonia Centro de la capital del estado, podrá ver que ya no queda sino el recuerdo de lo que fue, de un edificio de actividades laboriosas a uno que luce con el personal mínimo.

 

La degradación del PRI a nivel nacional, ya tocó fondo en Sinaloa, tras la imposición, con la imposición de parte de Alejandro Alito Moreno el pasado viernes 2 de junio de la exdiputada federal, Paola Iveth Gárate Valenzuela como presidenta y a Bernardino Antelo Esper como secretario General, una directa cuota del exgobernador Mario López Valdez.

 

Con esta forma de operar, que causó la renuncia de cuadros como Enrique Hernández Chávez, Chuquiqui, a la Comisión de Procesos del partido, así como otros personajes, Alito Moreno avanza en su agenda de tener controlado a todos los comités directivos estatales, con la finalidad de obtener la candidatura a la presidencia de la República por la Alianza Opositora.

 

Lo que es en Sinaloa, tras la truculenta elección de Gárate y Antelo Esper, sobrevino una nueva desbandada, aunque la delegación atribuyó que los priistas que se iban, lo hacían por marchar a Morena, donde ya están trabajando.

 

Otro que hizo pública su renuncia a través de redes sociales, además de repudiar la forma en que operaron el nombramiento de la nueva dirigencia, fue Francisco Javier Luna Beltrán, uno de los otrora poderosos hombres del priismo estatal que se encumbró en el sexenio de Jesús Aguilar Padilla.

 

“No estoy de acuerdo en la forma”, sentenció quien fuera presidente de la Gran Comisión del Congreso en la época aguilarista, y que desde la tribuna era implacable con la oposición.


 

El retorno de Malova


 

Horas antes de que de manera oficial del CEN del PRI diera a conocer la unción de Paola Gárate y Bernardino Antelo, fue el exgobernador Mario López Valdez –quien en 2010 renunció a su militancia priista para pelear la gubernatura por la alianza opositora– el que se adelantó al anuncio y presentó en una iglesia de Los Mochis a ambos elegidos.

 

En la reunión con padres católicos en su ciudad natal, estuvo presente Ramiro Hernández, quien fungiera como delegado del CEN, pero además quien acompañó a Malova en la campaña del 2010.

 

“Quiero abusar en el espacio nuestro para presentarles a algunos amigos. Paola Gárate va a ser la nueva dirigente del partido, del PRI en Sinaloa; Bernardino Antelo va a ser el secretario general”, dijo en dicha reunión.

 

Asimismo, también presentó a Jorge Meade y César Emiliano como delegados especiales del partido.

 

Todo esto no hizo sino enturbiar la ya sospechosa forma de nombramiento de los dirigentes priistas, que en la víspera hizo renunciar también a la diputada por El Fuerte, Deysi Valenzuela, quien en la semana anunció su separación de la bancada priista en el Congreso del Estado.

 


Pleito de tribus


 

Lo cierto es que la lucha soterrada por el PRI en Sinaloa no fue sino el pleito por los despojos del partido que Quirino Ordaz Coppel arrojó a la hoguera del poder Morenista.

 

Aprovechado a más no poder, Ordaz Coppel llegó al partido como un advenedizo apoyado por el grupo Atlacomulco siendo él, diputado federal del Partido Verde en 2015.

 

Elegido por la cúpula empresarial sinaloense, palomeado por personajes de vieja realeza del priismo como Heriberto Galindo, David Domínguez, El Pecuni y Enrique Jackson, durante la era de Peña Nieto, Ordaz Coppel fue el “caballo negro” de los aspirantes a la candidatura en aquel año.

 

Desconocido en el electorado sinaloense, pronto el dinero del gobierno federal y del estatal encabezado todavía por Malova, hizo sacar adelante el proyecto político-empresarial.

 

En apariencia, de Quirino no se esperaba nada, pues se creyó que no tenía las tablas para gobernar, pero pronto él y sus operadores dieron muestras de ser avezados. No dejaron pasar al delfín de Malova, Gerardo Vargas Landeros, quien se refugió en sus negocios turbios en Ahome.

 

Lo que sí concretó Ordaz Coppel durante su mandato fue agenciarse para su proyecto al PRI estatal, al lograr imponer a una joven Cynthia Valenzuela en la dirigencia estatal, una vez que las derrotas y las amenazas hicieron mella en el exalcalde de Culiacán, Jesús Valdez Palazuelos, quien dejó el cargo a regañadientes.

 

La debacle priista, impulsada no sólo por la nueva ola de López Obrador, sino por las décadas de corrupción, llevó a Quirino a dejar en perfiles que luego fueron cooptados, la política partidista.

 


Los primores


 

Sólo así se entienden alianzas disimuladas al interior del Congreso del Estado, como la que existe entre el diputado Ricardo Madrid Pérez, ex secretario particular de Quirino y su ex titular de Desarrollo Social, y la bancada de Morena.

 

Como la que se extiende entre el priista Sergio Mario Arredondo, y los morenistas a través de las conexiones aguilaristas (Sergio Mario es yerno del finado Aguilar, a su vez amigo de Rocha).

 

Entre ambos liderazgos se disputan cuál de los dos le sirve más al gobierno de Rocha, el primero como presidente de la Mesa Directiva desde donde ataca a los opositores del gobierno morenista, y el otro filtrando a través de la Auditoría Superior del Estado y la Fiscalía, documentos en contra de los dirigentes de la UAS y el Partido Sinaloense.

 

Las complejas tramas de poder en la actualidad evidencian que “el PRI no se crea ni se destruye, sólo se tetransforma (cuatro transformaciones)”. Y es que Sergio Mario Arredondo, aguilarista por herencia -está casado con Iris Aguilar Camacho-, ha fungido como ariete del gobierno morenista en contra de la UAS.

 

Al ser presidente de la Comisión de Hacienda del Congreso, le ha tocado fustigar a los uaseños con las auditorías y las denuncias presentadas ante la Auditoría Superior del Estado, así como filtrando información a medios estatales sobre el tema.

 


El infiltrado


 

Si a alguien dejó Quirino en buen puesto cuando operó para que su propio candidato a gobernador, Mario Zamora Gastélum perdiera y dejara el camino limpio a Rocha Moya –ya tenía prometida impunidad a través de la Embajada en España– ese fue Ricardo Madrid.

 

Joven como Cynthia Valenzuela Langarica, avanzó durante la administración quirinista primero como el muchacho que le llevaba la agenda a Ordaz Coppel, a la renuncia escandalosa de su secretario de Desarrollo Social, a Quirino no le quedó de otra más que poner a Madrid en la dependencia.

 

Hacia el fin del gobierno, lo coló en las primeras listas de diputaciones plurinominales, cargo desde donde ha tejido otras alianzas políticas-administrativas. Su padre, Ricardo Madrid Uriarte, es el actual director de Notarías dependiente de la Secretaría General de Gobierno, y recién llegado Rocha, estaba su hermano Eduardo Madrid Pérez como director del Registro Público de la Propiedad.

 

Desde esos puestos, de acuerdo con un reportaje de Proceso, ambos están envueltos en una trama de corrupción que salpica a funcionarios de Finanzas rochistas y a notarios y funcionarios mazatlecos que simularon una compraventa de 120 hectáreas en el litoral del municipio, con el fin de despojar a la familia Alcaraz Sandoval, la cual en la nota asegura que la tierra les pertenece desde 1971.

 

“Existe en Sinaloa un grupo de funcionarios dispuesto a falsificar cuanto documento haya que falsificar”, sentenció Luis Alcaraz, uno de los integrantes de la familia, quien relató cómo fue que usaron archivos notariales para simular la venta de los terrenos con nombres de personas muertas hace 20 años. 

 

Según los afectados, esta situación de despojo alcanza a los altos mandos y aunque no se menciona de manera directa, aparte de ese grupo de funcionarios los manda Enrique Inzunza Cázares, secretario de Gobierno.

 


Olvido selectivo

 

La horda de priistas que tan pronto como perdió Zamora la elección de 2021 comenzaron a acomodarse en el bando morenista, olvidó pronto que durante la jornada electoral al menos unos 50 mandos claves para operar la votación del 5 de junio fueron privados de la libertad por grupos armados relacionados con el Cártel de Sinaloa.

 

Una de ellas fue Paola Gárate, quien, si bien no denunció, relató a sus cercanos las vejaciones que sufrió cuando fue “levantada” junto con otros operadores priistas para evitar que trabajaran sus brigadas el día de la jornada electoral.

 

Gárate incluso habría sido desnudada y maltratada por los captores, nunca salió a decir nada, pero su historia fue contada de bajo perfil. También otros operadores priistas optaron por el silencio, unos renunciaron, otros mejor se marcharon a trabajar en la iniciativa privada.

 

Ahora, con la imposición de Alito Moreno, el PRI parece encaminarse a una nueva debacle al darle la espalda no sólo a la ciudadanía, sino a sus cuadros que un día fueron visibles, y que hoy en día se agarran de personajes como Malova y otros, que buscan cómo retornar a la palestra de la política estatal.

 

 

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