El caso de Magnolia Morales, la joven originaria de Navolato que falleció tras pasar seis meses en un hospital luego de una cirugía de manga gástrica, nuevamente pone sobre la mesa el tema de la negligencia médica en cirugías estéticas en Sinaloa. Del caso de Paulina al de Magnolia: siguen ocurriendo negligencias, siguen funcionado clínicas “patito” y siguen cooptando a jóvenes mujeres a través del sistema de cirugías en cundinas a través de redes sociales.
Por Redacción De Primera Noticias.
El pasado 21 de julio de 2022, la joven Magnolia Karolina Morales Camacho, de 29 años de edad, acudió a la clínica Hospital María del Mar, en Mazatlán, para someterse a una intervención de manga gástrica para bajar de peso.
La clínica forma parte del complejo hospitalario Central Médica Quirúrgica (CEMEQ) donde el doctor Hernán Lizárraga, especializado en cirugías bariátricas, le realizaría la intervención.
La joven, originaria del municipio de Navolato, había pagado la cirugía de más de 70 mil pesos a través de un sistema de cundinas, muy populares en estos días, a través de los cuales las jóvenes pueden costearse una intervención estética pagada a plazos.
De acuerdo con distintas versiones, a Magnolia la operación le habría costado más barato debido a que la organizadora de las cundinas recibiría publicidad en las redes sociales de la joven con la publicación de fotos en las que se presentaría su evolución post-operatoria.
Magnolia era una conocida influencer de la red social Instagram, en la que contaba con más de 58 mil 500 seguidores y en la que mostraba productos de distintas marcas y emprendimientos de empresarios y negocios locales.
En su cuenta de Instagram, además, mostraba fotos de los cambios en su apariencia física tras haberse sometido a una primera intervención de manga gástrica en el año 2018, en una clínica de Culiacán, gracias a la cual ya había bajado más de 100 kilos.
En una publicación del 22 de noviembre de 2021 se lee el siguiente mensaje que Magnolia compartió con sus seguidores: “Wow, en realidad no estaba consciente del daño que le estaba haciendo a mi cuerpo y a mi salud. Hoy con más de 100 kilos menos siento que volví a nacer y me he quitado a persona y media de encima”.
En el mensaje agradecía incluso al equipo médico y en especial al cirujano plástico que la habían operado y gracias a los cuales, escribió, había podido tener “una segunda oportunidad en la vida”.
La madre de Magnolia, la señora Sabina Camacho Verdugo, comentó a los medios de comunicación que desde pequeña su hija padecía obesidad mórbida, razón por la cual había decidido acudir a este tipo de intervenciones más por una cuestión de salud que por algo estético.
Señaló que tras la primera intervención de 2018 en Culiacán, Magnolia se había sometido a otras operaciones para que se le retirara el exceso de piel que queda colgando en el cuerpo luego de reducción tan grande de peso.
De acuerdo con la página web Obesimad.com, la manga gástrica es una cirugía bariátrica en la cual se reduce el tamaño del estómago para disminuir la ingesta de alimentos. La técnica consiste en dividir el estómago en dos de forma vertical mediante grapas. El cirujano extrae la parte residual del estómago, que es la curvatura mayor y que supone el 80 por ciento de la cavidad gástrica.
“Aunque es una técnica puramente restrictiva, la extirpación del 85 por ciento aproximadamente del estómago conlleva también una importante reducción en la producción de la ghrelina, más conocida como la hormona del hambre. Es decir, al retirar gran parte del estómago, disminuye el apetito del paciente y motiva la pérdida de peso”, señala el portal.
Los médicos también recomiendan que junto con la intervención quirúrgica, el paciente debe tomar terapia psicológica para enfrentar la ansiedad y la depresión que puede acompañar el cambio drástico en su estilo de vida.
La madre de Magnolia indicó que recientemente su hija había conocido a una joven de nombre Yesly, quien la invitó a inscribirse en un sistema de cundinas para acceder a una nueva operación de manga gástrica. Esta joven, señaló la madre, trabaja para el sistema de cundinas que se anuncia en la página de Instagram Suergeryadvice. Con ella fue con quien Magnolia habría acordado pagar menos del costo normal de la cirugía a cambio de darle publicidad en sus redes sociales.
En esta ocasión la joven sería intervenida en la clínica Hospital María del Mar, en Mazatlán, por el doctor Hernán Lizárraga. La joven nunca fue convocada a una valoración médica presencial. Hasta antes de pasar directamente a la sala de operaciones, toda la información pre-operatoria se realizó por videollamada.
Tras ser intervenida, Magnolia regresó a su casa para su convalecencia. Sin embargo, cuenta la señora Sabina Camacho, desde la primera noche que pasó en casa su hija presentó temperatura alta, hipertensión y problemas para respirar, por lo que prácticamente tenía que dormir sentada. La condición de Magnolia no mejoró con el paso de los días. El 26 de julio, cinco días después de la intervención, la tuvieron que llevar de regreso a la misma clínica para que el mismo médico que la había operado le diera seguimiento a su caso. Se quedó en observación y dos días después la volvieron a operar. Pero su condición no mejoraba.
De acuerdo con la declaración de la madre de Magnolia, una vez que no pudieron pagar a tiempo la cuenta del hospital, le dejaron de suministrar los medicamentos y el estado de salud de su hija empeoró. Durante ese periodo la joven vomitaba sangre pues presentaba lesiones internas. El 20 de septiembre tomaron la decisión de cambiarla de hospital.
Fue trasladada al Hospital Civil de Culiacán. En los estudios que le realizaron se detectó que a Magnolia le habían perforado el sistema digestivo y otros órganos. Los médicos reportaron que no había nada que hacer para salvar su vida y el 6 de enero de 2023 murió a causa de un infarto.
El pasado lunes 23 de enero la familia de la joven acudió a la Vicefiscalía Regional Zona Centro en Culiacán para interponer una denuncia por negligencia médica en contra del médico y de la clínica. Fueron citados para presentarse el jueves 26 de enero para que personal de la Fiscalía Estatal les presentara los primeros avances del caso.
Fue en esa ocasión cuando la madre y hermana de Magnolia dieron a conocer el caso ante los medios de comunicación para meter presión a las autoridades y que se castigue a quien resulte responsable. La madre descartó que su hija padeciera de diabetes o cualquier otra condición que hubiera podido complicar el proceso de recuperación. Pidió a las autoridades justicia para su hija, que la clínica fuera cerrada y que se haga una revisión a fondo de todos los hospitales en Sinaloa que realizan este tipo de intervenciones.
En esa primera reunión que sostuvo con los investigadores de la Fiscalía, los familiares de la joven estuvieron acompañados por Jorge Antonio Corrales, cuya esposa de nombre Elizabeth Salazar falleció el 21 de noviembre de 2020, en circunstancias parecidas a las de Magnolia tras haberse sometido a una cirugía en la misma clínica de Mazatlán y con el mismo médico. El hombre comentó que se trató de una negligencia médica pues a su esposa le perforaron una arteria y debido a la hemorragia le suministraron cuatro unidades de sangre.
“Igual, perdió la vida por una negligencia médica del doctor Hernán y parte de la clínica”, sentenció Jorge Antonio Corral. “Le suministraban hasta cuatro unidades de sangre, medicamentos costosos, pero fue cuando de un día para otro y en fin de semana me pidieron 100 mil pesos, pero al no poder pagarlos me hicieron firmar un pagaré y responsiva para poder trasladar a mi esposa al IMSS, sin embargo, mi esposa convaleció más de 30 horas hasta que lamentablemente falleció”.
Jorge Antonio presentó una denuncia por la víca civil por negligencia médica. En su denuncia agregó un dictamen médico emitido por un perito particular. Su denuncia sigue estancada ante las autoridades. Tras enterarse del caso de Magnolia, contactó a la familia y expresarles su apoyo y se dijo dispuesto a servir como testigo de la negligencia médica.
Cuestionado acerca de este tipo de clínicas donde ya existen varios antecedentes de negligencia médica, el titular de la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COEPRISS), Randy Ross Álvarez, dio a conocer que el pasado 7 de noviembre de 2022 fueron suspendidas dos áreas de la clínica de Mazatlán donde fue intervenida Magnolia.
Señaló que se trata de un quirófano y una central de esterilización (Ceye), que es el área donde debe realizarse todo el proceso de lavado, desinfección y esterilización del instrumental médico. “Lo que corresponde a la regulación sanitaria, sí tiene una medida de seguridad [la clínica], el pasado año de un quirófano y del Ceye”, declaró Ross Álvarez.
Por su parte, el secretario de Salud estatal, Cuitláhuac González Galiendo, sostuvo que el médico cirujano que practicó la manga gástrica a Magnolia sí está avalado por un consejo, aunque declaró desconocer “más del tema porque lo estamos dejando en manos de las autoridades”.
Agregó que se encuentran trabajando en un programa para que ya no se repitan este tipo de casos, por lo que se reunieron con los representantes de 50 clínicas privadas y públicas de todo el estado para hablar sobre la evaluación de la farmacovigilancia y la infraestructura y se les pidió que evaluaran al personal que atiende a los pacientes.
El gobernador Rubén Rocha también fue cuestionado en la conferencia semanal del lunes 30 de enero a propósito del caso Magnolia. El mandatario se permitió hacer un chascarrillo sobre el tema y sorprendió que el propio secretario de Salud le celebrara la ocurrencia soltando una carcajada.
“Yo también debiera de ir a ver si me pegan una limadita”, dijo el gobernador.
Y mientras tanto, tanto el médico que operó a Magnolia y Elizabeth, como la doctora Amairany que operó a Paulina, continúan libres, trabajando y los familiares cada vez más resignados a que la justicia tarda mucho tiempo en llegar.
TEXTO PUBLICADO EN NUESTRA EDICIÓN IMPRESA 356, LA CUAL SALIÓ A LA VENTA EL SÁBADO 4 DE FEBRERO.