Por Redacción Especial
A seis meses de haber tomado las riendas de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Omar García Harfuch asegura que “los resultados están”, aunque admite que la violencia no ha sido contenida del todo.
Durante su intervención ante el Senado, el funcionario defendió la estrategia federal con cifras contundentes: más de 18 mil presuntos delincuentes detenidos, más de 800 laboratorios desmantelados, y una reducción en homicidios respecto a años anteriores. Sin embargo, también fue claro: “eso no significa que el problema esté resuelto”.
Resultados sin contexto
Aunque el secretario destacó que el primer trimestre de 2025 ha sido el más bajo en homicidios desde 2018, evitó profundizar en la calidad de las detenciones, el nivel jerárquico de los capturados o la situación en los territorios donde la violencia sigue concentrada. De hecho, él mismo reconoció que siete estados del país concentran el 50% de los homicidios, sin aclarar qué estrategias específicas se están aplicando en esos focos rojos.
¿Resultados sostenibles o cifras de ocasión?
La narrativa de avances se complementa con la mención de extradiciones constantes a Estados Unidos, pero el propio García Harfuch admitió que algunas detenciones “son más mediáticas que otras”. Esta declaración deja entrever que buena parte del discurso oficial podría estar más centrado en la percepción que en un cambio estructural.
Un trabajo colectivo… y aún incompleto
El titular de la SSPC cerró su participación insistiendo en que miles de elementos del Ejército, Marina, Guardia Nacional y policías estatales trabajan todos los días para proteger a la ciudadanía. No obstante, la persistencia de cárteles, los asesinatos de activistas y el dominio del crimen en varias regiones contrastan con el optimismo del funcionario.
García Harfuch busca demostrar que la estrategia de seguridad avanza, pero sus propias palabras revelan la fragilidad de los resultados. Mientras los números se acumulan en conferencias, la violencia sigue siendo una realidad cotidiana para millones de mexicanos. Y el verdadero resultado, al menos por ahora, sigue pendiente.