Primero entraron a la ciudad, la recorrieron a sus anchas, pasaron por las principales calles, y al final, después de que ninguna autoridad les dijo nada, rafaguearon con fusiles de asalto a los ocupantes de dos vehículos de lujo, poco frecuentes en la zona de Guamúchil: un Corvette y un Jaguar F Pace. El saldo total de la balacera: dos muertos y al menos cinco heridos. Tras los hechos algo confusos, de inmediato la Secretaría de Seguridad Pública a cargo del teniente coronel Cristóbal Castañeda Camarillo, montó un operativo apoyado por la Marina y la SEDENA que no rindió frutos, y que pareció mera pantalla, montaje televisivo: ningún detenido, ningún sospechoso, sólo fotos de su persona en un helicóptero, portando un fusil reglamentario del Ejército.
Por Santiago Rentería.
Hacía años que los habitantes de Guamúchil, municipio de Salvador Alvarado, no se estremecían por una balacera: la madrugada del domingo 9 de febrero durante varios minutos en la colonia La Gloria fueron testigos de la balacera que dejó un saldo de por lo menos dos hombres muertos y cinco más heridos, los cuales al parecer son integrantes de un grupo criminal.
Al principio se dijo que se trató de un enfrentamiento entre grupos rivales, pero al amanecer, cuando el personal de la Fiscalía General del Estado comenzó las diligencias, se fue desenrollando el hilo confuso de los sucesos de esa madrugada de perros: las dos unidades de lujo sólo presentaban disparos de fusiles de asalto en su carrocería y cristales, y no fueron encontradas armas o indicios que concluyan que los atacados respondieron al fuego del comando.
En la escena quedaron más de 100 casquillos calibre 7.62 para rifle AK-47, rastros hemáticos y los dos vehículos que llamaron mucho la atención: un Corvette color azul rey, cuyo precio menor de mercado alcanza el millón y medio de pesos, y un Jaguar F Pace color rojo sangre, que también alcanza más del millón en su versión más austera. Las dos unidades no portaban placas de circulación.
Dentro de las corporaciones policiacas en Guamúchil sólo prevalecía el silencio. De acuerdo con la recomposición de los hechos ocurridos ese domingo, todo comenzó cuando un grupo armado integrado por varias camionetas irrumpió en la cabecera municipal de Salvador Alvarado, y después de recorrer la zona, acribillaron a los ocupantes de las dos unidades luego de una persecución que duró minutos y se desarrolló por varios sectores.
Los hechos de sangre empezaron sobre la avenida Inglaterra de la colonia La Gloria. Según se dijo, iniciaron alrededor de las 04:20 horas, empezando por la avenida Ferrocarril y abarcando hasta la colonia Cuauhtémoc.
Finalmente, sobre la avenida Ignacio Zaragoza, casi esquina con el bulevar Antonio Rosales, en el centro, quedaron dos unidades en la que se presume viajaban presuntos participantes del violento hecho. Allí cayeron heridos Juan G, de 27 años, y Eyver M, de 25, quien murió en el Hospital General luego de ser trasladado minutos después de la balacera. En las inmediaciones de la ciudad, más tarde fue encontrado otro cuerpo y una camioneta de modelo reciente color blanco.
Asimismo, se confirmó que al Hospital General llegaron además de Juan, otros tres heridos y un cuarto lesionado fue trasladado a Culiacán, para ser internado en una clínica.
El contexto
En Guamúchil hacía mucho que los bandos ya se habían definido, desde que Orso Iván Gastélum Cruz logró quedarse con la plaza después de años de guerrear contra los sicarios de Fausto Isidro Meza Flores, El Chapo Isidro.
Incluso con la guerra que se dio entre Los Dámaso y Los Chapitos, el municipio de Salvador Alvarado permaneció en relativa calma. Ni siquiera llegaron las guerras guachicoleras de 2018 y que azotaron fuertemente el norte de Culiacán y el valle de Mocorito.
Lo cierto es que al ser cuestionado sobre estos hechos poco usuales en la capital alvaradense, el fiscal general Juan José Ríos Estavillo, acostumbrado a evadir con sus galimatías, dijo que el ministerio público estaba integrando la correspondiente carpeta de investigación por los hechos, y confirmó que eran dos muertos y por lo menos cinco los heridos, pero se negó a ofrecer más detalles.
“Nosotros tenemos identificadas dos personas (muertas); tenemos identificados entre dos y cinco (heridos), pero esa información la vamos a ir dando a conocer conforme vayamos obteniendo de periciales la información que corresponda”, comentó.
La Secretaría de la Defensa Nacional, después de la captura del Cholo junto con El Chapo en Los Mochis, en 2016, reveló que la región del valle del Évora continuaba en manos de los herederos del Cholo Iván, y que era esta gente la que controlaba la zona.
Lavado de cara y la parafernalia de Castañeda
Después de que la Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa fuera cuestionada por criminalizar a dos víctimas y hacer una defensa a ultranza de sus agentes de la Policía Estatal Preventiva involucrados en el asesinato de las dos jovencitas originarias de Tamazula, Durango, en hechos ocurridos el 27 de enero, el titular de la dependencia, Cristóbal Castañeda Camarillo se aprontó a enviar un comunicado en donde abundaron las fotos y los videos del operativo policiaco-militar montado en Guamúchil “para devolver la tranquilidad a los ciudadanos”.
“Se ha desplegado un operativo con autoridades de los tres órdenes de gobierno por medio de sobrevuelos y recorridos terrestres para dar tranquilidad a la población”, decía el comunicado de marras.
“El titular de la SSP Sinaloa, acompañado del subsecretario de Seguridad Pública, Prevención y Reinserción Social, Carlos Alberto Hernández Leyva; y el director de Seguridad Pública Municipal, Gerardo Cervantes Mendoza, informó que el hecho ocurrido durante la madrugada de este domingo, fue un enfrentamiento entre civiles, el cual al momento, dejó de manera oficial a dos personas heridas y una fallecida, además un arma corta asegurada y dos vehículos, mismos que junto a dos negocios comerciales tuvieron daño”.
En el despliegue, que no se hizo en el Jueves Negro (17 de octubre), Castañeda dijo que participaron elementos de la PEP, de la Secretaría de Marina Armada de México, Secretaría de la Defensa Nacional y de la Guardia Nacional, todo para incrementar la presencia. La palabra “tranquilidad” fue usada en varias ocasiones.
En las imágenes compartidas por la SSP después de la “guerra sin cuartel”, se observaba a un teniente coronel Castañeda con un fusil reglamentario del Ejército y su vestimenta policial, volteando hacia abajo, sobrevolando en un helicóptero que no encontró a ninguno de los sicarios.
Eso sí, según la información, el segundo cuerpo de un joven baleado fue localizado en las inmediaciones de un campo de cultivo, así como cuatro vehículos más con impactos de arma de fuego. “Para finalizar, Castañeda Camarillo puntualizó que la ciudad se encuentra tranquila y los habitantes pueden realizar sus actividades cotidianas”, añadió el texto.
Todavía el martes, dos días después de los hechos, de nueva cuenta la SSP volvió a “boletinar” que Guamúchil se encontraba tranquilo y no había nada que temer, y asimismo mencionaba que los operativos iban a seguir.
“Castañeda Camarillo puntualizó que los recorridos de seguridad y vigilancia se llevan a cabo en diferentes horarios y en puntos estratégicos”, rezaba.
Una situación muy diferente cuando en Culiacán se desatan las balaceras de las células del Cártel de Sinaloa. Hasta la fecha, nadie ha aclarado, por ejemplo, las balaceras del domingo 2 de febrero en La Campiña y Las Quintas, las cuales aterrorizaron a los habitantes de estos sectores, y que según trascendió, se trató de unos sujetos haciendo “tiro de práctica” desde una terraza. Luego nadie supo nada de los jóvenes que tiraron un cadáver en un basurero del sur de la ciudad y menos del comando que fue grabado por el bulevar Manuel Clouthier, detrás de la tienda Soriana, el lunes 3 de febrero.
En Culiacán los homicidios siguen, y en Guamúchil despliegan al Ejército y a la Armada...