Este domingo se realizó la primera sesión del Foro Virtual “Enjambre de Ideas”, que con el tema “Impacto y reacción de las instituciones y organismos culturales ante la crisis de la Covid-19”, realizaron los principales responsables de la gestión cultural en Sinaloa.

En el foro participaron Papik Ramírez Bernal, director general del Instituto Sinaloense de Cultura; Leonor Quijada Franco, directora de la Sociedad Artística Sinaloense (SAS); Servando Rojo Quintero, director del Centro INAH Sinaloa; y Minerva Solano Moreno, directora del Instituto Municipal de Cultura Culiacán.

Nuestra agenda cambió desde el 15 de marzo de 2020, señaló Papik Ramírez al inicio de su intervención, ya que con la pandemia se pausaron importantes eventos como el Festival Cultural, mientras que otros, como la capacitación, obligaron a la inmediata migración a plataformas digitales para concluir el ciclo escolar.

“Cuando superemos la nueva normalidad y volvamos a la antigua normalidad, percibiremos que la oferta cultural es más amplia a raíz de la reciente producción de los creadores que, alentados por las convocatorias y tocados por su propio impulso e ingenio, han sabido aprovechar estos dilatados días”, mencionó.

Por su parte, Leonor Quijada, señaló que por la pandemia el SAS canceló importantes eventos como el Cirque Eloize y la obra Novecento, lo que llevó a la pérdida de ingresos, patrocinios y liquidez, que derivó en la necesidad de cerrar oficinas en la ciudad de Los Mochis.

“Hoy más que nunca la pandemia ha dejado claros los maravillosos efectos que tienen las artes y el esparcimiento en la calidad de vida en la salud mental, en el estado de ánimo, pero también ha puesto al descubierto lo insignificante que puede ser para quienes manejan las decisiones y los presupuestos”, señaló.

Por su parte, Servando Rojas indicó que con la crisis sanitaria llegaron cosas para quedarse, como los trámites en línea, el trabajo y las reuniones en plataformas, los eventos por internet, como coloquios y foros, y aunque so se acabará lo presencial, habrá que combinarlos.

Explicó en su participación que se replanteará el espacio público como lugar de encuentro, las ciudades compactas y densas, la movilidad, la sectorización privilegiando los barrios con sus propios centros culturales y mercados. Además, la calle para los ciclistas, el peatón y la cultura; el uso necesario de la bicicleta, la vegetación en las ciudades para evitar contaminación y propagación de enfermedades.

Minerva Solano expresa que, en un verdadero instinto de conservación, en primer lugar, importaba enfocarse en el cuidado de las comunidades que dan vida y sentido al quehacer del Instituto: colaboradores, seguidores y audiencia. Adaptar la oferta cultural a las nuevas alternativas de difusión.

Este momento nos plantea, dijo, el desafío de asumir y reclamar el lugar y el papel que debe tener la cultura en la configuración de un nuevo modo de existir que defina nuestro futuro: “Quizá debemos pensar la gestión cultural que este mundo en crisis necesita, no la que este momento le condiciona; asumir la cultura como la expresión de nuestra manera de entender el mundo y darle sentido”, concluyó.