El PRI y el gobernador Quirino Ordaz Coppel habían cuidado las formas en cuanto a la postulación del candidato que buscará sucederlo en el cargo en las elecciones del 6 de junio de 2021. Sin embargo, las ambiciones de poder se desbordaron y cada quien por su lado empezó precampañas al viejo estilo de brincarse las trancas. La división en el partido tricolor amenaza con echarle a perder al mandatario estatal la estrategia para dejarle la silla a alguien que le pueda cuidar las espaldas.
Por Redacción De Primera Noticias.
Hizo temblar al Partido Revolucionario Institucional la declaración de uno de sus miembros, el secretario el Pesca del Gobierno del Estado, Sergio Torres Félix, quien empuñó el hacha de guerra y declaró que con o sin el PRI, él será candidato a gobernador de Sinaloa. El 16 de junio, en Mazatlán, el ex alcalde de Culiacán utilizó el cargo público para “destaparse” en la sucesión de gobernador.
“Yo no sé por cuál partido seré candidato, voy a estar en las boletas, con el PRI o sin el PRI”, fue la declaración con la que Sergio Torres se apuntó para las elecciones del próximo año, mientras realizaba actividades en Mazatlán relacionadas con su puesto público y aprovechaba los reflectores que el cargo le proporciona.
Su aspiración a ser gobernador no es nada nueva pues en el proceso electoral de 2016 buscó también ser el abanderado del PRI y finalmente declinó a favor de la candidatura de Quirino Ordaz quien ya como gobernador lo premió colocándolo en la Secretaría de Pesca, a pesar del desprestigio que cargaba por su mal desempeño como alcalde de Culiacán, donde es señalado de corrupción, excesivo endeudamiento de las finanzas municipales y crisis de la seguridad pública.
Pero sigue empecinado en imitar el ejemplo de Mario López Valdez, el priista que en 2010 armó una rebelión contra su partido y ganó la elección de gobernador. Sergio Torres, después de que la dirigencia del PRI en Sinaloa lo llamara a disciplinarse, hizo pública la amonestación y respondió que a él solamente su mamá lo regaña.
“A mí la única que me regaña es mi mamá y ella es la que me alienta para que sea gobernador”, declaró el secretario de Pesca. “El gobernador Quirino Ordaz sólo me da consejos para hacer mi labor a la gente, mi partido político y los demás que se pongan a hacer su trabajo, que yo hago el mío”, reiteró en tono arrogante.
Él sigue adelante con la precampaña que empezó desde el momento mismo en que Quirino Ordaz lo designó como secretario de Pesca el 30 de enero de 2018. En el desempeño del cargo ofrece ayuda mediante recursos públicos y les pide el voto a los beneficiarios, ya que lejos de aclarar su función en el aparato de gobierno, pone por delante un proyecto político que, por las buenas o las malas, dice que concretará.
Durante la presente emergencia de salud pública por coronavirus se dedicó a repartir despensas saliéndose del ámbito de su competencia e invadiendo colonias populares que nada tienen que ver con la pesca. Tiró en todos lados el anzuelo con la carnada de la solidaridad para que lo mordieran electores incautos que lo único que recuerdan de él es que como alcalde creó un personaje nombrado “El Morrín”, el mismo que lo sepultó políticamente.
LOS INCÓMODOS DEL PRI
Quien más se molestó por la campaña anticipada de Sergio Torres fue el dirigente del PRI en Sinaloa, Jesús Valdés Palazuelos, quien ha insistido en la necesidad de construir una candidatura de consenso que permita presentar una planilla competitiva que convenza a los electores y partidos políticos que quieran ir en alianza.
Jesús Valdés le hizo llegar un llamado de atención a Sergio Torres y lo convocó a esperar los tiempos de definiciones. Lo que contestó el aguerrido “Morrín” empeoró las cosas: “Ellos que hagan su trabajo y yo ando haciendo el mío, y dicen que sí hubo regaño, no, no, a mí la que me regaña es mi mamá y es la que me trae animado, la que me dice échale ganas mijo”.
No solamente la reprimenda vino del dirigente del PRI sino del mismo Quirino Ordaz que lo instó a concentrarse en la función pública o renunciar al cargo si quiere irse a hacer proselitismo. Le reiteró que como gobernador no tiene preferencia por ninguno de sus secretarios, pero sí tomará medidas si alguien quiere usar la estructura gubernamental, violando la ley, para sacar ventaja política.
Funcionarios del círculo de poder cercano a Quirino Ordaz confirmaron que la llamada de atención existió y, no sólo eso, le aportó elementos de juicio al gobernador para sostener la decisión ya tomada de que Sergio Torres no sea el candidato del PRI por arrastrar una lista de negativos que provocarían el rechazo de los votantes y por dar señales de ruptura con el partido que lo ha arropado toda la vida.
Además, el gobierno estatal tiene evidencias de que Sergio Torres ha sostenido reuniones con dirigentes y líderes de otros partidos, como son los casos del PAN, PAS y PRD, adelantándose a acuerdos que se hacen desde el despacho del Ejecutivo Estatal para construir una coalición que le compita a Morena por la gubernatura, presidencias municipales y diputaciones locales que estarán en juego el primer domingo de junio de 2021.
“A nadie le gusta que se le salgan del redil, mucho menos para echar a perder acuerdos preliminares que ya se tienen con diferentes fuerzas políticas. Y Sergio Torres sabe que si deja la decisión en manos de Quirino, él tiene posibilidades nulas de ser postulado por el PRI. Por eso el aceleramiento y la postura de buscar broncas que justifiquen su eventual ida a otros partidos que sí lo nominarían a la gubernatura”, dicen fuentes de palacio de gobierno.
Esto es lo que ha desatado la preocupación en el PRI que le apostaba todo a la unidad interna y no esperaba el escenario de la confrontación en sus mismas filas. De alguna manera Sergio Torres le metió presión al PRI y al gobernador para que le digan si él es el “tapado” o si se le va a frustrar de nuevo el sueño que tiene desde que fue alcalde de Culiacán: sentarse la silla que ahora ocupa Quirino Ordaz.
EL CORAJE DE CHUY VALDÉS
Sin embargo, si algún priista se cree con la candidatura a gobernador en la bolsa, ese es Jesús Valdés Palazuelos, que lleva al menos diez años trabajando para llegar a la titularidad del Gobierno del Estado. Desde mediados del sexenio de Mario López Valdez, su ascenso a la diputación federal marcó el punto de arranque de un proyecto político que quiere concretar el próximo año.
Siendo alcalde de Culiacán, a partir de 2017, preparó una estructura de campaña que lo catapultara a la gubernatura. Pero en 2018, al pretender la reelección como presidente municipal, perdió la votación y sus bonos futuristas se le cayeron. Quirino lo rescató al designarlo secretario de Agricultura y enseguida lo puso en la dirigencia estatal del PRI, donde permanece hasta el momento.
Al atravesársele Sergio Torres en el camino a la candidatura a gobernador, Jesús Valdés ha activado a los órganos priistas de control para que sancionen la conducta anticipada y violatoria a los estatutos en que incurrió el secretario de Pesca, aunque la falta mayor que cometió es la de indisciplinarse al movimiento partidista que peleará la postulación del ahora dirigente del partido tricolor.
A raíz del autodestape de Sergio Torres, el presidente del PRI en Sinaloa declaró que ni el secretario de Pesca ni ningún otro militante o simpatizante están descartados, pero eso se resolverá cuando se publique la convocatoria del tricolor. “Ahora son momentos de que políticos y no políticos unan esfuerzos para ayudar a mitigar la pandemia por coronavirus y sus efectos y no de estar levantando la mano por candidaturas”, declaró.
También el gobernador saltó al ruedo sucesorio para calmar a su caballada al manifestar que ve a Sergio Torres muy dedicado a su trabajo en el Gabinete. “Yo realmente cuando platico con él lo veo clavado en la chamba, en lo suyo, recorriendo campos pesqueros, está arrancando el programa de empleo temporal, lo veo metido y ahorita no falta quién les pregunte o comente, y que se salga una emoción de repente”.
Tal “emoción” o “destape” de Torres Félix enojó a Jesús Valdés, quien desde el partido realiza todos los días giras intensas para afinar las adhesiones de sectores del PRI y de los electores en general. Para los factores de decisión que están en la cúpula priista o en el gobierno de Quirino Ordaz si en este momento se tuviera que definir la candidatura sin duda alguna recaería en el dirigente de las siglas tricolor.
Es por ello que se afinan los mecanismos de sanción si Sergio Torres reincide en cualquiera de las dos causales de expulsión: infringir la normativa del PRI o las leyes electorales adelantándose a los tiempos formales de postulación de candidatos, o bien si otros partidos lo anuncian como su candidato y en automático tenga que abandonar las filas priistas.
LA CUADRA DE QUIRINO
Fuera de las instancias de decisión del PRI, el gobernador traza su propia estrategia sucesoria con miras a dejarle el cargo a quien mejor le garantice cuidarle las espaldas. Si bien evita enviar señales que alienten a alguno de sus secretarios, a todos les da luz verde para moverse desde el ámbito de sus funciones con la advertencia implícita de que si no logran la postulación le entreguen el trabajo realizado al priista que sea postulado.
La carta con la que más juega es la del secretario de Educación, Juan Alfonso Mejía López, que no tiene militancia priista y que en algún tiempo fue parte de las filas del PAN. La táctica es utilizarlo como factor pinza en una candidatura conjunta de los partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional, que jale al PAS, PRD y MC. De esta forma saldría un candidato de matiz ciudadanizado y de poca contaminación con los colores del PRI.
Otro es el secretario de Desarrollo Sustentable, Carlos Gandarilla García, si es tratara de lanzar una candidatura joven, con pocos puntos vulnerables, aunque su vínculo con el grupo empresarial Coppel podría operar para restarle apoyos de los votantes. Después de la opción de Jesús Valdés, Gandarilla es la alternativa que más se menciona en el PRI como pieza que se tendría que mover en caso de que se complique la apuesta principal.
Ricardo Madrid Pérez es de todas las confianzas de Quirino Ordaz Coppel, pero el proyecto es prepararlo como nueva horneada del PRI para futuras elecciones. La intención ahora es postularlo a la alcaldía de Culiacán y que forje desde allí la carrera política que determine si tiene madera para ascender a puestos de elección popular de mayor envergadura.
Por su parte, Sergio Jacobo Gutiérrez ha desempeñado un buen papel como coordinador de la bancada del PRI en el Congreso del Estado y ha defendido con éxito las iniciativas del gobernador Quirino Ordaz Coppel. Igual que los demás pretensos priistas, desarrolla jornadas intensas para posicionarse en el ánimo de los votantes y, de no ser el candidato, se disciplinaría y trabajaría en favor de quien sea postulado.
De manera más soterrada, el secretario de Obras Públicas, Osbaldo López Angulo, se apunta y cabildea con sectores económicos para aparecer entre las opciones que Quirino Ordaz tendrá al momento de elegir al aspirante del PRI a la gubernatura. El riesgo que le ven es que se trata de una de las áreas de gobierno más cuestionadas debido a la opacidad en que se realiza el trabajo de la dependencia a su cargo.
Sea quien sea el candidato del PRI, las antes apacibles bases de la competencia que le darían estabilidad a la postulación proceden a temblar. Al amagar Sergio Torres con que aparecerá en la boleta para elegir gobernador, sin su partido o con él, las demás opciones se han inquietado y reclaman poner orden o también procederán a anticiparse a las reglas priistas, a los tiempos legales de la elección e inclusive a las decisiones del gobernador. Son visos del alocamiento priista generalizado.