La condena de los Coronel
lunes, 29 de julio de 2019
La condena de los Coronel
 

En una de las entrevistas ofrecidas por Emma Coronel Aispuro, esposa de Joaquín El Chapo Guzmán, durante el juicio del capo en la Corte Federal de Nueva York, sentenció que el “único temor que tiene” es ser torturada como lo fueron sus hermanos y sus padres, detenidos en abril de 2013 y en agosto del 2015. De ellos, la mujer del Chapo asegura que los arrestaron por ser sus familiares, pero las autoridades mexicanas ya los condenaron a 10 años de prisión por delitos como portación de armas de uso exclusivo del Ejercito, Armada y  Fuerza Aéreas, y delito contra la salud en su modalidad de posesión. Esta es la historia de los Coronel en prisión.

 

 

 

Por Santiago Rentería.

 

 

 

Cuando un periodista le preguntó el febrero pasado a Emma Coronel Aispuro si tenía miedo que la detuvieran, aseguró que no, porque “no he cometido ningún delito”

 

 

“Yo ya estaría presa aquí o allá si tuvieran pruebas. ¿Miedo a que de repente pudieran detenerme, que me pudieran golpear para que les diga lo que ellos quieren? Pues así le pasó a mi familia. Mi hermano fue torturado.”

 

 

–¿Quién lo torturó?

 

 

–La Marina, en Culiacán.

 

 

–¿Cuándo fue?

 

 

–Unos meses antes de que fuera detenido Joaquín. Querían que a fuerza les dijera dónde estaba, y eso sí me da miedo, porque yo sé cómo fue torturado. Esas cosas me dan miedo, las violaciones, cómo se dice… a los derechos humanos.

 

 

El 19 de agosto de 2015, Édgar Coronel Aispuro, de 22 años entonces, fue detenido por la Policía Federal junto con su amigo Héctor Ernesto Carrasco cuando circulaban en un automóvil Ford Mustang color rojo que le había regalado el Chapo unos días atrás. El arresto del hermano menor de Emma no fue dado a conocer de inmediato.

 

 

Según la versión con la que ambos jóvenes se defendieron, ese día Édgar había ido a visitar a Héctor Ernesto a su casa de la colonia Miguel Hidalgo, y posteriormente lo invitó a desayunar a un campestre de las afueras de la ciudad. Ernesto dijo al juez que tenía años sin ver a Édgar, y se montó en el automóvil. La Federal los atoró justo por el bulevar Rotarismo, cerca del Walmart.

 

 

En el parte oficial, al que tuvo acceso De Primera, los policías consignaron que Édgar llevaba fajada una escuadra a la cintura y Carrasco un fusil AR-15. Debajo del asiento, declararon que hallaron un kilo de cocaína. En el interrogatorio previo ya en la Ciudad de México, y que ahora se sabe que fue mediante tortura, Coronel Aispuro confirmó el modus operandis de la fuga. Dijo que él fue la noche del 11 de julio de 2015 al penal de El Altiplano a recibir a su cuñado, a quien vio ya que había salido del túnel, y junto con otros tipos que no identificó, lo trasladaron en una camioneta Suburban color arena hasta la pista aérea de Querétaro, en donde abordaron la avioneta que aterrizó en la sindicatura de Villa Adolfo López Mateos, El Tamarindo.

 

 

Después, comentó, ya no lo volvió a ver en esas semanas, solo le avisó su hermana que fuera a ver automóvil que quisiera para mandar comprárselo. Eligió el Mustang colorado, el cual tuvo que ser puesto a nombre de su madre, doña Blanca Estela Aispuro Aispuro.

 

 

Esto sirvió porque una vez asegurado por la PGR y entregado al Servicio de Enajenación de Bienes de Hacienda, la madre de Emma pudo pelear en los tribunales la legítima pertenencia de la unidad de lujo, la cual le fue devuelta dos años después, una vez que el tribunal colegiado confirmó que ella no había sido cómplice del delito que le achacaron a su hijo.

 

 

A Édgar Coronel y Ernesto Carrasco la PGR no los acusó formalmente de evasión de reos, a pesar de que la entonces procuradora Arely Gómez informó a la prensa que ambos “ayudaron con logística en la fuga del Chapo”. También diría que Carrasco era uno de los escoltas del capo, por eso cuando en junio de 2017 el joven vecino de la Hidalgo obtuvo un amparo para ser trasladado al centro penitenciario de Aguaruto, las autoridades locales intentaron negarse: “No tenemos capacidad para albergar a reos de alto perfil”.

 

 

En realidad Carrasco nunca fue escolta de Guzmán, sino simple amigo de Édgar Coronel, y sus padres confirmaron la historia del oriundo de la Hidalgo. Actualmente ambos podrían quedar en libertad si logran comprobar que no llevaban armas y droga el día de la detención en Culiacán.

 

 

 

El padre y el hermano mayor

 

 

Algo parecido sucedió dos años antes, a partir del 30 de abril de2013, cuando agentes federales irrumpieron en dos domicilios de Agua Prieta, Sonora, y detuvieron a Inés Coronel Barrera y a su hijo Omar Coronel Aispuro.

 

 

De acuerdo con un expediente de amparo consultado, cuando fueron presentados al juez federal, el padre de Emma negó ser suegro del Chapo Guzmán, y afirmó que solo lo había visto una vez durante la celebración de la Feria del Café y la Guayaba, en Canelas, Durango, en el año 2007.

 

 

“Por lo que respecta a mi hija que está casada con El Chapo, no es cierto, son puras calumnias, al Chapo lo conocí en el 2007, no estoy seguro, no me consta; lo miré en una fiesta en Canelas, se celebraba a las candidatas a reina de la feria”, dijo.

 

 

Y luego comentó: “Yo pienso que a mí me señalan por envidia de la gente para ponerme en mal”.

 

 

La Policía Federal acusó a Inés y a su hijo Omar, así como a otros tres sujetos, de tener en su poder dos fusiles AK-47 y más de 30 kilogramos de mariguana, empaquetada y lista para cruzar la frontera con ella por el desierto de Sonora-Arizona.

 

 

En marzo de 2019, un tribunal colegiado les concedió un amparo para que el juez de la causa investigara las denuncias por tortura, ya que señalaron que cuando fueron arrestados, los vejaron los policías hasta su puesta a disposición del ministerio público federal en la Ciudad de México. Sin embargo, por esta presunta tortura no interpusieron denuncia ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

 

 

Inés Coronel narró a los jueces que él acudió a fines de abril de 2013 a Agua Prieta no a traficar droga, sino a comprar vehículos que luego revendía a buen precio en Hermosillo y Culiacán, en donde tienen familia. De hecho, contó que su domicilio fijo estaba en Hermosillo.

 

 

Su hijo relató, por su parte, que él se encontraba en San Luis Río Colorado en donde se hacía cargo de una tortillería de una de sus abuelas, cuando le telefoneó su padre pidiéndole ayuda para trasladar los vehículos que compraría para llevarlos a Hermosillo.

 

 

De modo que llegó a Agua Prieta para ese cometido. Ambos coincidieron en que se fueron a quedar a la casa de José Heriberto Beltrán Cárdenas, amigo de años de Inés Coronel. Esa mañana, Inés invitó a desayunar birria a José Heriberto, pero al intentar salir del domicilio, fueron rodeados por los federales.

 

 

Los policías consignaron en el parte policiaco que Inés se bajó con una pistola fajada a la cintura y José Heriberto portaba con “cuerno de chivo”. En el interior de la casa hallaron el resto de las armas y a Omar Coronel. La droga la encontrarían en otro domicilio, guardada en un ropero que aparentemente era usado como depósito de mariguana.

 

 

Omar declaró al juez que él se encontraba dormido cuando los federales prácticamente tumbaron la puerta de la recámara, pero los policías afirmaron por su lado que Omar pretendía escapar brincando la barda del domicilio.

 

 

A pesar de que el cuarto detenido, de nombre Juan Elías Ruiz Beltrán, quien fue detenido en el segundo inmueble, señaló que no conocía a Inés ni a Omar, y que la droga era propiedad de un amigo suyo apodado El Negro, todos fueron sentenciados a 10 años de prisión.  Según Ruiz Beltrán su “conocido” le pidió el favor de guardar la mariguana a cambio de 400 dólares, y que se la llevaría una vez que consiguiera fletarla para Estados Unidos.

 

 

De ahí que Emma Coronel aseguró que a su familia la detuvieron debido a que el Gobierno quería capturar a Joaquín Guzmán.

 

 

--¿Tienes miedo al abuso?, le preguntaron.

 

 

–A eso sí, porque he visto tantas cosas que le han pasado a mi familia… También están presos mi papá y mi hermano mayor, y yo me siento responsable porque están ahí sólo porque son mi familia y yo soy la esposa (del Chapo). He visto tanta cosa… Eso es lo que me da miedo, que puedan llegar a detenerme cuando esté con mis hijas. Pero de que me llamen a declarar no tengo miedo.

 

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