La Guerra de la Cuarentena: Despensas y plomo en Guadalajara
lunes, 25 de mayo de 2020
La Guerra de la Cuarentena: Despensas y plomo en Guadalajara
 

En plena pandemia por el Covid 19, una guerra entre facciones del Mencho y disidentes del CJNG bañan de sangre las calles de la zona metropolitana de Guadalajara, donde Menchos y Chapos han aprovechado para intentar ganarse a la población con la entrega de despensas en los sectores más vulnerables.

 

 

 

Por Redacción De Primera Noticias.

 

 

 

La zona metropolitana de Guadalajara se ha convertido en un verdadero campo de guerra entre células criminales que buscan no solo controlar la venta de droga sino ganarse el favor de la ciudadanía necesitada de apoyo en tiempos de la pandemia.

 

 

Entre el reparto de despensas y las masacres perpetradas en casas donde se vende droga, el Cártel Jalisco Nueva Generación y las facciones disidentes presuntamente manejadas por el Cártel de Sinaloa, buscan controlar, barrio por barrio, los puntos de consumo y venta de droga en Guadalajara, y de paso, ganarse las simpatías de los vecinos regalándoles productos de primera necesidad.

 

 

La lucha más reciente inició desde mediados de abril con la “Guerra de despensas” que comenzaron a entregarse a la población vulnerable en colonias de Zapopan, Guadalajara y Tlaquepaque, en momentos en que ya muchos negocios considerados por las autoridades como no esenciales habían bajado sus cortinas.

 

 

Primero fue la hija de Joaquín “El Chapo” Guzmán, Alejandrina Giselle Guzmán Salazar, quien desde el 13 de abril comenzó a entregar cartones con productos de la canasta básica en los que aparecía la imagen de su padre y el logo de la marca Chapo 701.

 

 

Fueron más de 480 despensas las entregadas por Alejadrina Guzmán, quien es propietaria de la marca de ropa y accesorios que lanzó desde 2019, el último de los negocios que ha emprendido luego de haber pasado por la industria inmobiliaria y la farmacéutica, el diseño de modas y la venta de productos escolares y de oficina en Guadalajara y Puerto Vallarta.

 

 

Las “Chapodespensas” contenían productos como aceite, pasta, puré de tomate, galletas, frijol, azúcar, arroz, papel higiénico, maicena.

 

 

En un video publicado en Facebook, Alejandrina Guzmán indicó que el modo de entrega sería a través de una solicitud en sus redes sociales para personas que en verdad lo necesitaran. Además, solicitó la ayuda de la población para referir los insumos a personas de la tercera edad. Ante la polémica desatada, la marca “El Chapo 701” explicó que la entrega de despensas en Guadalajara fue el preámbulo a la presentación oficial de la Fundación Alejandrina Guzmán y negaron que se utilizara dinero del narcotráfico.

 

 

El Mencho no se queda atrás

 

 

Sin embargo, la entrega de despensas con la imagen de “El Chapo” en pleno corazón de Guadalajara llenó de ira a las huestes del Mencho. Días después de la entrega de las Chapodespensas, molestos por la entrega de apoyos en su territorio, integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación hicieron lo mismo, se apostaron en varias camionetas en las afueras del Centro Cultural Constitución, a unas cuadras de la presidencia municipal de Zapopan, para entregar despensas a los ciudadanos que  pronto se aglomeraron.

 

 

Los menchos llegaron en dos autos deportivos, uno rojo y otro gris. Portando armas de grueso calibre, con cubrebocas negros que les ocultaban el rostro, sacaron las despensas de las cajuelas y se las entregaron sobre todo a mujeres mayores, hecho que fue grabado por las cámaras del C5 sin que ninguna autoridad se hiciera presente.

 

 

Debido a que las despensas se terminaron antes de que acabara la fila, los pistoleros anunciaron que regresarían al día siguiente, a la misma hora y en el mismo lugar, por lo que un día después ya había una multitud de personas esperando a los emisarios de “El Mencho” para recibir su despensa.

 

 

Sin embargo, para su desgracia, el anuncio se había difundido por redes y medios de comunicación, por lo que en lugar de las camionetas con comida llegaron elementos de la Policía Estatal y del Ejército, quienes fueron recibidos con abucheos por parte de la población. Muchos se quedaron, suponiendo que al retirarse las fuerzas federales, los menchos se animarían a regresar para cumplir su promesa. Pero los elementos castrenses permanecieron en el lugar durante horas y la gente, decepcionada, comenzó a retirarse, mentando madres a los soldados y a los policías.

 

 

El CJNG llevaría el reparto de despensas más allá en cuanto a los medios de propaganda. En el municipio de Tuxpan, en las inmediaciones con el estado de Colima, guarida de Nemesio Oseguera Cervantes y una de las zonas donde más se cultiva amapola y marihuana, el cártel grabó un video profesional, para el que incluso se usó un dron, en el que se veía media docena de camionetas con despensas que fueron entregadas a los habitantes de la zonas más marginadas, sobre todo a mujeres mayores, a las que se les pidió darles las gracias al “señor Mencho” frente a las cámaras. “Gracias señor Mencho, que Dios me lo bendiga”, decían las mujeres despensa en mano.

 

 

Escala la guerra

 

 

La “Guerra de Despensas” entre Chapos y Menchos en la capital de Jalisco solo fue un preámbulo que ha conducido a una verdadera guerra entre facciones en la zona metropolitana que, en plena cuarentena, con los negocios cerrados y la gente encerrada a regañadientes en sus hogares, ha convertido a varias colonias en epicentros del baño de sangre.

 

 

Mayo ha sido uno de los meses más violentos de este año. Entre el domingo 3 y el lunes 4, más de 18 personas fueron asesinadas, incluyendo cuatro mujeres, como parte de esta guerra de exterminio por el control de la venta de droga en las colonias donde estadísticamente la inseguridad le ha arrebatado la tranquilidad a la población desde hace mucho tiempo.

 

 

La mañana del domingo 3 un convoy de sicarios, fuertemente armados, a bordo de varios vehículos, secuestró a una mujer para que les dijera en dónde se encontraban los puntos de consumo y venta de drogas. Amenazada, primero los condujo a un domicilio en la colonia José López Portillo, al sur de Guadalajara, donde el comando ejecutó a cuatro personas. Posteriormente los sicarios se dirigieron a un segundo domicilio, en la colonia Gómez Farías, donde ejecutaron a otras cuatro personas. Tras cumplir su objetivo, los pistoleros asesinaron a la mujer informante.

 

 

En el transcurso de las horas, otras ocho personas fueron asesinadas en distintos puntos de la ciudad, en las colonias La Echeverría, la Nueva Santa María, El Sauz, El Carmen y Miravalle, todas colonias populares en las que, de acuerdo con datos de la Fiscalía del Estado de Jalisco, más homicidios, detenciones, casas de seguridad y fosas clandestinas han sido ubicadas en los últimos años. De esas fosas, cavadas en los patios de las casas en renta, han sido extraídos más de 100 cadáveres entre 2019 y lo que va de 2020.

 

 

Esta modalidad de cavar fosas no ha pasado desapercibida para los colectivos de búsqueda de personas en Jalisco. Refieren que, a diferencia de lo que ocurre en estados como Durango, Tamaulipas o Sinaloa, donde las fosas son localizadas a las afueras de las ciudades, en terrenos enmontados, en Jalisco estas han sido encontradas en la propia ciudad, en casas abandonadas u ocupadas bajo la modalidad de renta, ante la vista de los vecinos quienes, por temor, prefieren convivir con el horror antes que denunciarlos.

 

 

“La diferencia es que aquí los ponen en casas o en los patios de las casas.. es increíble, ya cualquier gente puede cometer barbaries y nomás las entierran en su patio, y todo eso es gracias a la impunidad existente en todo México”, respondió en entrevista con medios locales la coordinadora de Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos Jalisco (FUNDEJ), María Guadalupe Aguilar Jáuregui.

 

 

La guerra en el estado se viene registrando desde 2019, cuando el CJGN comenzó un proceso de escisión en distintas facciones, las que permanecían leales a “El Mencho” y las que se han revelado, formando otra organización que se disputa el control del narcomenudeo sobre todo en Tlaquepaque, Tonalá, El Salto, Tlajomulco y Zapopan, los municipios que rodean a Guadalajara y en los que la venta de droga es un negocio millonario que nadie está dispuesto a perder.

 

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