A través de redes sociales, el mandatario reconoció que en los 45 días de restricción, el consumo de bebidas embriagantes continuó gracias a su venta de forma ilegal.

“El consumo de alcohol se mantuvo prácticamente inalterado, propiciado por un amplio mercado negro permitido por malos funcionarios de segundo nivel en todo el estado, corrompidos por bandas criminales”, dijo.

Indicó que se suspendió la venta de alcohol por no considerarse un producto esencial y con el objetivo de disminuir la violencia familiar.

Echeverría afirmó que el tráfico de bebidas alcohólicas en Nayarit llegó a “niveles absurdos” de abuso contra los consumidores por el incremento de los precios, por lo que ahora se reactiva la venta para acabar “con ese contrabando y fuente de delincuencia organizada”.

Nayarit cuenta con 331 casos acumulados y 26 defunciones por COVID-19.