El pasado de muerte que persigue a Felipe Calderón
martes, 22 de octubre de 2019
El pasado de muerte que persigue a Felipe Calderón
 

 

A lo largo de su gobierno Felipe Calderón fue confrontado por madres y padres que perdieron a sus hijos, ya sea en casos de negligencia criminal por parte de instituciones del Estado o como consecuencia de la llamada guerra contra el narco que dejó decenas de civiles muertos a los que se llamó “daños colaterales”. Recientemente, la madre de uno de los estudiantes del Tec de Monterrey asesinados por soldados en 2010 repudió la asistencia de Calderón a un conferencia en la universidad. Pero no ha sido el único caso: en su pasado pesan los reclamos de los padres en Ciudad Juárez y de la Guardería ABC.

 

 

Por Redacción De Primera Noticias.

 

 

La Sociedad de Alumnos de Derecho del Tec de Monterrey invitó al expresidente Felipe Calderón Hinojosa a participar en una conferencia durante la 31 edición del Simposio Internacional de Derecho “En Juicio”, que se realiza todos los años en el campus universitario. Calderón participaría en la conferencia “La nueva economía del clima”, que se llevaría a cabo el miércoles 9 de octubre, a las 10 de la mañana.

 

 

Apenas se conoció su participación en este evento, el colectivo “Todos somos Jorge y Javier”, integrado por alumnos y exalumnos del Tec de Monterrey, expresó su inconformidad a través de un comunicado en el que señaló que Felipe Calderón es “el principal responsable no solo del asesinato de Jorge y Javier, sino de cientos de miles de personas que han perdido la vida en la supuesta guerra contra el narco”.

 

 

Felipe Calderón no debió ser invitado a participar de ninguna actividad académica en el Tecnológico porque representa los valores contrarios al humanismo que cualquier institución educativa debería promover entre sus alumnos, pero sobre todo por respeto a la memoria de los jóvenes de la comunidad Tec, asesinados al interior de la institución que pretende acogerlo con los brazos abiertos”, señaló el colectivo en el documento publicado en redes sociales.

 

 

El colectivo recuerda que, al tomar la presidencia Felipe Calderón, el índice de homicidios en México era de los más bajos de la historia. En 2006 se cometieron 10 mil 452 homicidios, mientras que al término de su gobierno, en 2012, la cifra alcanzó los 26 mil 37 homicidios, lo que representó un aumento de 150%, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

 

 

“Cuando terminó su mandato, la violencia estaba completamente desbordada y miles de madres comenzaron a buscar verdad y justicia por la muerte o desaparición de sus hijos. Para ellas, la única respuesta que ofreció Calderón como presidente fue la misma que dio a los familiares de Jorge y Javier: sus hijos eran sicarios e iban armados hasta los dientes”, recuerda el colectivo.

 

 

El caso de Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo, estudiantes de posgrado del Tec de Monterrey, asesinados el 10 de marzo de 2010 por elementos de la Séptima Zona Militar de Nuevo León, luego de un enfrentamiento que soldados y sicarios sostuvieron en las inmediaciones del Campus universitario, se convirtió en ejemplo de cómo el Estado intentó primero criminalizar a los estudiantes y luego exculpar a los militares que los asesinaron de manera extrajudicial.

 

 

Esa noche, los dos estudiantes se encontraban en la biblioteca y tras haber tomado un receso para ir a cenar algo, regresaron al campus donde fueron atacados a balazos por los soldados, quienes presuntamente los habrían confundido con los pistoleros que los habían emboscado. Jorge recibió seis disparos, dos de ellos a menos de un metro de distancia, mientras que Javier recibió siete impactos de bala. Al descubrir que no se trataba de sicarios sino de alumnos de la universidad, los despojaron de sus mochilas, les robaron sus credenciales de estudiantes, arrastraron sus cuerpos varios metros y les sembraron armas de grueso calibre.

 

 

“Calderón sabía que el primer reclamo de los familiares de Jorge y Javier era que se limpiara su memoria y se les regresara su identidad, que se les reconociera como los estudiantes que eran. Sin embargo el ex presidente ni siquiera tuvo el valor necesario para que el gobierno, que él encabezaba, hiciera lo mínimo posible para aclarar la verdad”, señalaron integrantes del colectivo.

 

 

La petición para que Calderón no asistiera al Tec se subió a la plataforma Change.org, donde más de 21 mil personas la firmaron. El repudio por la visita del expresidente fue secundado por Rosa Elvia Mercado, madre de uno de los dos estudiantes asesinados: “Es una persona que no tiene memoria, que se le olvidó lo que hizo cuando estuvo al mando del país y ahora va como si nada hubiera pasado”.

 

 

Analizando las consecuencias de una visita al lugar del crimen, mientras intenta construir un partido político para él y su esposa Margarita Zavala, Calderón decidió cancelar la asistencia, lo que no pasó desapercibido para el colectivo, quienes a través de un comunicado aseguraron que el expresidente “no canceló su conferencia en el Tec por respeto a las familias de Jorge y Javier [sino] porque hubiera sido su tumba política el ser increpado y abucheado en una de las universidades privadas más visibles del país”.

 

 

Rosa Elvia Mercado no ha sido la única madre o padre de familia que ha expresado repudio por Calderón. En 31 de enero de 2010, 16 jóvenes de entre 15 y 20 años fueron asesinados mientras se encontraban celebrando un cumpleaños en un domicilio de la colonia Villas de Salvárcar. Tras conocerse la noticia, Calderón señaló durante un encuentro con periodistas que los jóvenes asesinados eran pandilleros y que la masacre se dio por un enfrentamiento entre grupos rivales.

 

 

Semanas después de esta masacre, Calderón asistió a Ciudad Juárez para sostener un encuentro a puertas cerradas con empresarios y políticos locales. Sin embargo, al encuentro logró ingresar la señora Luz María Dávila, madre de dos de los jóvenes asesinados, quien ante todos los presentes le reclamó al expresidente por haber llamado “pandilleros” a sus hijos, estudiantes de la Universidad Autónoma de Chihuahua.

 

 

“Discúlpeme, señor presidente. Yo no le puedo decir bienvenido porque para mí no lo es, nadie lo es. Porque aquí se están cometiendo asesinatos desde hace dos años y nadie hace nada. Quiero que usted se retracte de lo que dijo, que eran pandilleros. Mentira. Uno estaba en la prepa y el otro estaba en la UACH. No tenían tiempo para andar en la calle. Estudiaban y trabajaban. Le apuesto que si a usted le hubieran matado a un hijo, usted debajo de las piedras buscaba al asesino, siendo que como yo no tengo los recursos no los puedo buscar”.

 

Otro caso similar se dio en julio de 2010, cuando Calderón se reunió con padres de las víctimas de la Guardería ABC, en una reunión en Hermosillo, para la cual se les pidió a los padres que no grabaran el encuentro con sus teléfonos y en el que tanto el expresidente como el exdirector del IMSS, Daniel Karam, recibieron reclamos por parte de los padres por la decisiones médicas que se tomaron con los niños.

 

 

El incendió ocurrió la tarde del 5 de junio de 2009. Fallecieron 49 niños y 106 resultaron heridos, todos de entre cinco meses y cinco años de edad. El incidente ocurrió al propagarse un incendio de una bodega que se encontraba junto a la guardería y que pertenecía al gobierno de Sonora. La estancia, que no contaba con las medidas adecuadas de seguridad, funcionaba bajo el modelo de subrogación por el IMSS.

 

Los padres de las víctimas conformaron a los pocos días diversos movimientos sociales agrupados en organizaciones que se han dedicado desde entonces a solicitar justicia por el hecho. Durante las primeras pesquisas los padres de los niños fallecidos solicitaban que se enjuiciara a los copropietarios de la Guardería ABC, sin embargo, ninguna instancia aceptó hacerlo. Esta negativa, se señala, obedeció a que entre ellos aparecen nombres de familiares del gabinete del entonces gobernador, Eduardo Bours, así como de Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo Tonella, prima de Margarita Zavala. De hecho, dos de los cuatro socios de la Guardería ABC (Altagracia Gómez del Campo y Gildardo Urquidez Serrano) fueron beneficiados al recibir una resolución absolutoria anticipada.

 

“Y te pregunto a ti, señor presidente ¿va a haber justicia para mi hijo? ¿fideicomiso, becas? ¿qué clase de justicia? ¿y mi hijo qué? ¿y los 49 niños qué? Esa es mi pregunta. ¿usted sabe lo que es justicia? ¿me puede contestar esa pregunta”, le increpó una de las madres durante la reunión, a lo que calderón respondió: “la voy a contestar, pero vamos a dejar que hablen los demás”. La respuesta molestó aún más a la madre de familia: “Para mí justicia es que cada uno de los responsables de la muerte de mi hijo y de todos los niños estén detrás de las rejas. Para mí justicia es que estén en la cárcel los funcionarios públicos del más bajo nivel hasta el último nivel que es el federal. Para mí justicia es que Burns quede en la cárcel. Que se pudran de por vida en la cárcel. Eso es justicia. A mí de qué me sirve el fideicomiso, de que me den una pensión, de qué me sirve el dinero si no tengo a mi hijo”.

 

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