El médico que intentó alertar al mundo sobre el coronavirus
martes, 24 de marzo de 2020
El médico que intentó alertar al mundo sobre el coronavirus
  

Antes de que el mundo supiera de la nueva cepa de coronavirus que ha matado a más de 4 mil personas y contagiado a otras 130 mil, un médico intentó alertar a la población sobre la enfermedad, pero autoridades chinas lo silenciaron, lo que lo convirtió en una especie de héroe nacional en las controladas redes sociales del país asiático.

 

 

Por Redacción.

 

 

El 30 diciembre de 2019, el médico chino Li Wenliang publicó en un chat privado que en el Hospital Central de Wuhan, donde trabajaba desde 2014, se habían detectado siete casos de pacientes con SARS, enfermedad respiratoria provocada por una variedad de coronavirus que en 2002 se propagó por todo el mundo y mató a cientos de personas.

 

 

Todavía no se sabía que se trataba de una nueva cepa de coronavirus, pero por los antecedentes laborales de los pacientes que presentaban toda la sintomatología del SARS (tos, fiebre, dificultad para respirar, dolores musculares) se ubicó rápidamente el probable epicentro de la enfermedad: el Mercado de Mariscos de Wuhan, ubicado en el centro de esta ciudad de 11 millones de habitantes. 

 

 

Hasta antes de la propagación de la nueva cepa de coronavirus no se sabía mucho de este mercado, pero a partir de que se convirtió en una epidemia que cruzó las fronteras de China, se han publicado decenas de reportajes sobre este lugar en el que no solo se vendían pescados y mariscos, sino toda clase de animales exóticos que forman parte de la gastronomía y la medicina tradicional china, desde serpientes hasta ranas, armadillos, ratas, zorros y murciélagos.

 

 

En la conversación que Li Wenliang sostuvo con sus colegas a través de la red social WeChat compartió el informe y el resultado de una tomografía practicada a un paciente que había dado positivo al SARS. “La última noticia es que se ha confirmado que son infecciones por coronavirus, pero la cepa exacta se está determinando”, escribió el médico. Y les pidió que alertaran a sus familiares para que tomaran sus precauciones.

 

 

Alguien tomó capturas de pantalla de las declaraciones de Li Wenliang y las subió a otras plataformas de internet, desde donde se esparcieron rápidamente entre la población. El médico fue llamado por las autoridades del hospital una vez que las capturas se difundieron y fue amonestado. Sin embargo, lo peor para el médico de 33 años de edad vino cuatro días después, cuando el 3 de enero agentes de la Oficina de Seguridad Pública de Wuhan acudieron a su domicilio.

 

 

Los agentes lo acusaron de “hacer comentarios falsos en internet” y le advirtieron que si seguía difundiendo rumores sería acusado de “perturbar el orden social”. Le entregaron una carta para que la firmara en la que el médico reconocía haber cometido una falta y en la que ofrecía disculpas a la población, con la advertencia de que si continuaba violando la ley sería procesado: “Le advertimos que si sigue siendo terco e impertinente y continúa con esta actividad ilegal, será llevado ante la justicia ¿lo entiende?”, fueron las palabras de la policía. Li contestó: “Sí, entiendo”.

 

 

Junto con él también fueron amonestadas otras ocho personas que se habían hecho eco de la información difundida por Li. La Televisión Central de China difundió el castigo que se había impuesto al médico y a quienes esparcieron los “rumores”, lo que, de acuerdo con expertos en el país asiático, indicaba el respaldo del gobierno central a la reprimenda de la Policía Local en Wuhan. 

 

 

El oftalmólogo regresó a dar consultas en el hospital central donde los pacientes con sintomatología del SARS se acumulaban, hasta que el 8 de enero le tocó atender a una paciente enferma de glaucoma agudo, quien era propietaria de un local en el mercado de pescados y mariscos, y quien durante la consulta le reveló que llevaba varios días sintiéndose mal, con tos, problemas para respirar y una fiebre que cada vez se volvía más intensa, por lo que Li le mandó hacer estudios para confirmar sus sospechas.

 

 

La paciente, en efecto, estaba infectada con esta nueva cepa del coronavirus y Li, a su vez, adquirió la enfermedad luego de haber estado en contacto con varias personas vinculados de alguna u otra manera con el mercado de Wuhan.

 

 

Dos días después de atender a esa paciente, Li empezó a toser, a padecer fiebre y dolores de cabeza intensos, al igual que sus padres, quienes también presentaron toda la sintomatología, por lo que el 12 de enero los tres fueron ingresados al área de cuidados intensivos del Hospital Houhu.

 

 

No fue sino hasta el 20 de enero, casi dos meses después de que se registraron los primeros casos entre trabajadores del mercado de mariscos, que China declaró una emergencia ante la aparición de la nueva cepa del coronavirus que para ese momento ya afectaba a 291 personas en la provincia de Hubei, elevándose a 446 casos el 22 de enero, a 864 casos el 24 de enero y a 2,021 casos para el 26 de enero.

 

 

A finales de enero, cuando ya había enfermos confirmados en otros 18 países, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el brote de la que en ese momento se conocía como “neumonía de Wuhan” como una “emergencia de salud pública de importancia internacional”.

 

 

Li no fue diagnosticado con el virus sino hasta el 30 de enero. Él mismo compartió en sus redes sociales ese momento: “Hoy me dieron el resultado de las pruebas de ácido nucleico y es positivo. Finalmente he sido diagnosticado”.

 

 

En ese momento sus mensajes ya eran seguidos por millones de usuarios en China. Por lo que se convirtió en una especie de héroe nacional contra el régimen que había intentado mantener en secreto la epidemia hasta que los casos se multiplicaron por cientos en varias regiones.

 

 

Según un colega de Li, su estado de salud se volvió crítico el 5 de febrero. El 6 de febrero, mientras hablaba por teléfono con un amigo, le dijo que tenía problemas para respirar. Alrededor de las 19 horas, fue enviado a la sala de emergencias. El medio estatal China Newsweek publicó que el médico había fallecido a las 21.30 horas. Pero de inmediato la nota fue eliminada. Más tarde, el Hospital Central de Wuhan emitió una declaración en contradicción con los informes de su muerte: "En el proceso de lucha contra el coronavirus, el oftalmólogo Li Wenliang fue lamentablemente infectado. Ahora está en estado crítico y estamos haciendo todo lo posible para rescatarlo”.

 

 

El reportero Ding Gang, de la agencia china Caixin, publicó en sus redes toda la noche actualizaciones del estado de salud del médico, las cuales fueron seguidas por más de 17 millones de usuarios en China. A las 2.58 horas de la madrugada finalmente fue declarado muerto.

 

La muerte de Li provocó reacciones de dolor y enojo en las vigiladas redes sociales chinas. Esta rabia se extendió a una demanda de libertad de expresión.  Los ciudadanos de Wuhan colocaron flores e hicieron sonar silbatos en el Hospital Central de Wuhan, donde Li trabajó y murió, en homenaje a él.

 

Muchas personas dejaron mensajes en respuesta a la última publicación de Li en la red social china Sina Weibo. Algunas lamentaron su muerte y expresaron su enojo con las autoridades por la censura. A poco más de tres meses de comenzar la crisis, la OMS ya declaró que se trata de una pandemia que hasta el momento ha contagiado a 130 mil personas en 120 países.

 

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