De José Sabá Ávalos Sánchez poco o nada se conocía, más allá de una foto que dio a conocer la desaparecida Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) en mayo de 2011, cuando el gobierno de Mario López Valdez se decidió a combatir a las células criminales de los hermanos Beltrán Leyva. Al Güero Sabá, apodo con el que se le conoce, se le atribuye ser uno de los pistoleros de primera línea del grupo criminal de Los Mazatlecos, que huyeron del sur del estado luego de que fueron expulsados por el Gobierno y el Cártel de Sinaloa. En junio de 2017 su nombre gravitó en torno a la masacre de 19 personas en las afueras de Villa Unión, como supuesto lugarteniente que intentaban recuperar la plaza.
Los restos de un organigrama
Del organigrama que dio a conocer en mayo de 2011 el gobierno de Mario López Valdez con motivo de la guerra contra los Beltrán Leyva, José Sabá Ávalos Sánchez aparecía como el último hombre bajo el mando de Fausto Isidro Meza Flores, El Chapito Isidro, y desde entonces se le conocía como un temible sicario originario de Mazatlán.
En ese organigrama, El Chapito Isidro aparecía como líder de la célula de Guasave bajo el respaldo de los hermanos Beltrán Leyva, enseguida aparecía Jesús Chuy González, Samuel Lizárraga Ontiveros, alias El Tortillero; Juan Francisco Patrón Sánchez, El H-2; Juan Pablo Osuna Sánchez, El Cien; y José Miguel Pacheco Samaniego, El Pecas. El Güero Sabá figuraba en ese entonces como gatillero de esta agrupación delincuencial que barría con su violencia la zona sur del estado.
De todos ellos, El Chapito Isidro y El Güero Sabá eran los únicos de esta lista que no habían sido arrestados o abatidos por las fuerzas del Estado. Por el contrario, después de la masacre de Villa Unión ocurrida la noche del 30 de junio de 2017, Ávalos Sánchez se mantenía en un bajo perfil y desde entonces poco se sabía de estos personajes.
Por su parte, Meza Flores ha combatido en un segundo frente, en el terreno legal, al buscar ampararse de por lo menos tres órdenes de aprehensión que la Procuraduría General de la República había librado en su contra. Por lo menos, de acuerdo con información rastreada en la Judicatura Federal, los tribunales mexicanos le han “tumbado” dos mandamientos judiciales al declararlos insubsistentes.
La captura en tierra hidrocálida
Todo indica que fue detenido el sábado 1 de junio, mientras Ávalos Sánchez realizaba compras en una tienda departamental Liverpool de la zona norte de la capital de Aguascalientes. De acuerdo con el comunicado de la Secretaría de Seguridad Pública de ese estado, El Güero Sabá estaba en el centro comercial Altaria.
Tanto elementos de Seguridad Pública del Estado como del Ejército acudieron al sitio y arrestaron al mazatleco, y de acuerdo con los datos oficiales, fue aprehendido cuando se encontraba en el estacionamiento, aunque algunas fotografías señalan que estaba en el interior del centro comercial. Vestía una playera de franjas rojas, blancas y negras.
Al verificar sus datos en el Sistema Plataforma México, se confirmó que contaba con dos órdenes de aprehensión vigentes por secuestro agravado, giradas por las autoridades de Sinaloa, por lo que inmediatamente fue trasladado a las instalaciones de la Policía Ministerial del Estado, las cuales fueron “blindadas” por elementos del Ejército y de la Policía Federal, para evitar cualquier posible plan de rescate del crimen organizado.
Fuentes de la Fiscalía General de Sinaloa confirmaron que El Güero Sabá fue puesto a disposición del juez de control dentro de los procedimientos legales. A Ávalos Sánchez se le atribuye ser “responsable de tráfico de drogas, ejecuciones, secuestros y feminicidios en varios estados de la república”, y fue trasladado a territorio sinaloense en un avión para posteriormente ser internado en un penal de seguridad.
La cacería
Para nadie era un secreto que tras el abatimiento de varios líderes de Los Mazatlecos, socios de Los Beltrán Leyva, cada vez este grupo fue desapareciendo de la zona sur de Sinaloa, buscando refugio en otras entidades del país y sumándose a otros grupos criminales.
Con el director de la Policía Ministerial del Estado, Jesús Antonio Aguilar Íñiguez, las células de los Beltrán Leyva fueron acotadas al máximo en Mazatlán, El Rosario y Escuinapa, pero por lo regular tenían como escondite el estado de Nayarit, en donde desde el Gobierno del Estado hasta la Procuraduría local daban apoyo logístico y de impunidad.
En 2016, mientras en Culiacán se desangraban en una guerra los bandos de Los Dámaso y los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán, en Mazatlán el grupo comandado por Juan Francisco Patrón Sánchez empezó a realizar una serie de ejecuciones y levantones que asoló el puerto del Pacífico sinaloense.
Lo que pretendía esta célula era volver a recuperar la plaza perdida años atrás, y para ello arrasaron con decenas de jóvenes que se dedicaban a vender drogas al menudeo en el puerto. La Procuraduría General de Justicia, bajo la titularidad de Marco Antonio Higuera Gómez, atribuyó la violencia a Martín Rivas Torres, lugarteniente de Los Mazatlecos. Uno de los sicarios de Rivas Torres, conocido como El Martín de la Zapata, era El Güero Sabá.
“Es más que nada una disputa del control de la venta de droga al menudeo; este grupo el civil muerto y dos detenidos pertenecen a una célula que la dirige una persona que identificamos como Martín de La Zapata del grupo de los Beltrán, a él no se le detuvo: es un grupo de inteligencia que tiene tiempo trabajándose, tenemos un trabajo amplio sobre ese grupo que viene de Nayarit y realiza hechos y se repliega en casas de seguridad, no tenemos identificado al grupo (contrario) que está en disputa, no podemos saber si sea el Cartel del Pacífico”, declaró Higuera Gómez en aquella ocasión.
Detectado este modus operandis del grupo criminal, la Secretaría de Marina dio caza a la gente de Patrón Sánchez en Tepic, Nayarit, en donde se escondían en una casa de seguridad. Fue en febrero de 2017 cuando desde un helicóptero de la Marina acribillaron a doce de los integrantes de este clan criminal.
Las escenas de las ráfagas del helicóptero artillado disparando en medio de la noche de Tepic le dieron la vuelta al mundo. En total fueron abatidos, además de Patrón Sánchez, otros once de sus lugartenientes. Se creyó incluso que El Güero Sabá estaba entre los hombres abatidos, pero no fue así.
De acuerdo con mandos de la Marina, el grupo de El H-2 había sido detectado dos meses atrás, luego de participar en el asesinato de varias personas en los límites entre Nayarit y Sinaloa, por lo que desde entonces un grupo élite de la Naval empezaron a seguir los pasos.
Cuando fueron detectados en la casa de seguridad de Tepic, ni tiempo le dieron de rendirse. Desde el aire, y con 500 disparos por minuto, las balas atravesaron el techo fulminando a todos los que se encontraban en el interior del inmueble. No tuvieron ninguna escapatoria.
Además de los múltiples homicidios en el puerto mazatleco, a Patrón Sánchez se le atribuía ser el autor de la masacre del Bar Antares, ocurrida en marzo de 2011, la cual dejó seis personas asesinadas y más de 20 heridas.
La masacre de Villa Unión y la captura de El Tortillero
Tras el abatimiento del H-2 y su gente en Tepic, las cosas parecían que se tranquilizarían en Mazatlán, y así fue hasta que la madrugada del 29 de junio de 2017, transcurridos cuatro meses del enfrentamiento en Nayarit, un comando irrumpió en Villa Unión y colocó una serie de narcomantas anunciando que la plaza ya tenía nuevo dueño.
En los textos retaban a los “chapulines” que estaban con un sujeto apodado El Mandril. “Seguiremos limpiando a todos los puchadores, chapulines, halcones, mitoteros, a los lamehuevos del Mandril”. Las mantas estaban firmadas por el “Grupo Operativo”.
Las versiones de las autoridades señalan la noche del 30 de junio de 2017 un grupo numeroso de hombres armados entraron a Villa Unión con el plan de levantar a gente de Los Chapitos, y que antes de la caída del H-2 en Nayarit estaban del lado de los Beltrán Leyva. De ahí que les llamaban “chapulines”. Primero fueron sobre un narcomenudista de la colonia José López Portillo.
Pero la víctima opuso resistencia a ser levantada y fue asesinada junto con otro sujeto que se encontraba con él. Fue ahí donde fue reportada la presencia del comando que estaba integrado por cuatro camionetas y con por lo menos 25 sujetos armados. De este modo se inició una persecución entre agentes de la Policía Municipal y los delincuentes, que escapaban por el rumbo de La Amapa.
Al encaminarse por una brecha y sintiéndose perseguidos, los sicarios atravesaron una camioneta Nissan Frontier para parapetarse y recibir a tiros a los policías. En ese momento empezó el choque a balazos entre pistoleros y agentes. Incluso con los policías iba el titular de Seguridad Pública de Mazatlán, el ex militar Ernesto Joel Soto.
En plena balacera, cuatro policías fueron heridos, pero las heridas no ponían en riesgo vidas. Sin embargo, del otro lado del camino, un convoy del Ejército llegó para reforzar a los policías que estaban siendo superados. No hubo escapatoria a pesar de que varios sicarios intentaron huir entre los campos de cultivo.
Al menos la versión de la emboscada fue la que dieron a conocer las autoridades ya que de manera extraoficial se dijo que los pistoleros de los Beltrán Leyva se habían rendido al ver al Ejército Mexicano, y que sin fórmula de juicio fueron ultimados por las balas militares. En todo caso, la muerte de los 17 civiles nunca fue investigada ni por los organismos de derechos humanos.
Esta acción derivó en que la violencia volvió a disminuir en el puerto de Mazatlán y los municipios colindantes. Este grupo armado abatido a unos ocho kilómetros de Villa Unión, fue vinculado con el Martín de la Zapata y con El Güero Sabá.
Meses después, en noviembre de ese mismo año, fue capturado Samuel Lizárraga Ontiveros en Querétaro. El Tortillero cobró relevancia al inicio del sexenio de Mario López Valdez al ser autor también de varios homicidios en los que las víctimas aparecían con kilos de tortillas regadas a su alrededor.
Los reportes oficiales, El Tortillero se escondía en Querétaro debido a los bajos niveles de violencia de esta entidad y en donde podían andar con libertad. Además de matón, se le señalaba como reclutador de Los Mazatlecos y hubo un tiempo en que se autodenominaba como El Señor del Charco, pues a Mazatlán se le conoce popularmente como “el Charco”.
La última detención de un lugarteniente de este clan de Los Beltrán Leyva sucedió el pasado 9 de febrero de 2019 cuando fue detenido en Jalisco Jesús Ricardo Patrón Sánchez, hermano menor de El H-2. A Jesús Ricardo se le atribuyó ser el heredero del grupo criminal de su hermano abatido dos años atrás y se le conoce como El H-3.
Los hombres de un cártel diezmado
Con la detención de El Güero Sabá, ahora el único hombre en libertad del organigrama aquel que diera a conocer el gobierno de Malova, es El Chapo Isidro.
El primero que fue abatido fue Juan Pablo Osuna Sánchez, alias El Cien, durante un enfrentamiento con agentes de la Policía Ministerial del Estado en el municipio de El Fuerte, en el año 2012. Según la entonces Procuraduría, la gente de El Cien era la responsable de una emboscada perpetrada a un convoy de la Ministerial en donde murieron siete agentes policiacos en Tetamboca, El Fuerte. Junto con Osuna Sánchez fueron abatidos varios de sus sicarios.
El Chuy González Peñuelas al igual que su hermano Nacho le tocó el momento de su arresto cuando elementos del ejército lo capturaron en Guasave. Los hermanos González Peñuelas se han caracterizado por ser operadores de los Beltrán Leyva cercanos al Chapo Isidro y su área de operación es Guasave y Sinaloa de Leyva.
En cambio, la suerte de El Pecas fue marcada cuando la Marina montó un operativo en agosto de 2014 en los límites de Guasave y Sinaloa de Leyva, y que iba dirigido en contra de Flores Meza, quien logró salir vivo de esta operación. Sin embargo, El Pecas Samaniego y otros once sujetos fueron abatidos en un descampado de Sinaloa municipio.
A partir de ahí, todas las células criminales de los Beltrán Leyva se replegaron. Solo hasta ahora en los últimos meses se han reportado la desaparición de personas en la zona de Guasave producto de reacomodos de estos clanes familiares que mantiene el control del crimen a pesar de las embestidas del Gobierno federal.
Incluso se ha señalado de manera reiterada que El Chapo Isidro se mantiene alejado de Guasave, en donde han sido detenidos en los últimos años socios y familiares, como sus tíos Pánfilo y Agustín Flores. También se ha difundido que el área metropolitana de Monterrey es otra zona de influencia de los aliados de los Flores Meza.