A principios de junio, varios videos con una duración de menos de un minuto circularon por redes sociales mientras daban cuenta de cientos de sujetos armados y vestido tipo militar en plena sierra de Chihuahua, en el corazón del llamado Triángulo Dorado. Pero los grupos armados que tienen secuestrada las montañas ya habían empezado a desplazar de manera forzada pueblos enteros por lo menos desde marzo pasado, cuando comunidades rarámuris informaron del abandono de sus propiedades por amenazas. Y es que la organización criminal está reclutando mano de obra desde las mismas colonias populares de Culiacán para “trabajar” en esa región del país que pareciera impenetrable para el Estado mexicano.
Por Santiago Rentería.
El Cártel de Sinaloa empezó con el reclutamiento de mano de obra barata en las colonias populares de Culiacán, sobre todo aquellas aquejadas de pobreza, como la Progreso, la Libertad, Gustavo Díaz Ordaz, entre otras, para trasladar continentes humanos directo al corazón del Triángulo Dorado en Chihuahua para iniciar un nuevo proyecto criminal por parte de la organización sinaloense: el despojo de vastos territorios para la siembra de enervantes y el procesamiento de drogas sintéticas cuyos precios en el mercado negro internacional han estado disminuyendo y por ello la necesidad de mayor producción de estos narcóticos.
Esta situación empezó a provocar, desde marzo pasado, el desplazamiento de comunidades enteras, sobre todo poblados de origen rarámuri que habitan desde hace siglos la sierra chihuahuense. En video que fueron aparecieron en Facebook, se observan cómo decenas de habitantes de un poblado del municipio de Guadalupe y Calvo, dejan atrás sus pertenencias llevando solo lo que pueden en camionetas que avanzan levantando polvo, entre las lágrimas de los forzados a decir adiós.
“Se está reclutando a gente de Culiacán, de las colonias y también de Badiraguato, dicen que es el Tío, Aureliano Guzmán Loera, El Guano, y su gente que están aliados con gente de Chihuahua para obtener más territorio”, señala una fuente que conoce el caso.
Desde el año pasado, los hijos de Joaquín Guzmán Loera arrebataron el liderazgo de la sierra a El Guano, el cual se replegó a lo más profundo de la sierra limítrofe entre Sinaloa y Chihuahua, justo la zona en donde converge Guadalupe y Calvo, en el Triángulo Dorado.
A principios de junio pasado, volvieron a circular varios videos, ahora de cientos de sujetos armados con fusiles y vestido con ropa tipo militar. Se observaban decenas de camionetas 4X4, sobre todo de color blanco, alineadas en un predio entre pinares característico de la sierra. En otro video se observan caminando por una carretera de terracería, portando fusiles de grueso calibre.
Además de gente de Culiacán y Badiraguato, también el reclutamiento se extiende a personas que antes eran parte del brazo armado del Chapo, La Línea, que se está dividiendo territorios una vez que falta el liderazgo de Guzmán Loera.
Desplazamiento: Una problemática que lleva años
Por más de diez años, las comunidades rarámuris de la zona del Triángulo Dorado se han visto enfrentadas al desplazamiento debido a los grupos criminales que desean sus tierras. No solo de aquel lado del límite estatal, también en Sinaloa comunidades indígenas de Choix fueron expulsadas hace unos años.
Dimensionar el problema que sufren no es tan sencillo. Muchas familias prefieren no denunciar por miedo a ser localizados, por lo que prefieren volver a comenzar de cero, pues huyen sin ningún proyecto de vida. Así, terminan con familiares en otros sitios, a veces cercanos a su comunidad, otras veces salen de la sierra y se abonan a los cinturones de miseria de las grandes ciudades.
Uno de los casos más recientes ocurrió en Atascaderos, Guadalupe y Calvo. Según los habitantes de la comunidad, cerca de 60 por ciento de sus habitantes prefirieron irse a vivir con el miedo de ser asesinados. En redes sociales circuló un video que muestra a familias enteras abandonan el lugar en caravanas. De acuerdo con los habitantes de esa región, a varios de ellos los emplazaron para salir del pueblo en máximo 24 horas porque se negaron a entregar sus camionetas.
Operativo Conjunto Chihuahua, el detonante
El sitio especializado en derechos humanos, Raichali, señala que el desplazamiento forzado en Chihuahua está directamente asociado con la violencia generalizada provocado por el crimen organizado, principalmente en los municipios de Guadalupe y Calvo y Balleza.
El antropólogo Rafael Ortega señaló que este fenómeno inicia con el asedio de un grupo criminal local sobre una comunidad. Los conflictos pueden variar desde alguna rivalidad sobre una familia, el despojo del territorio por prácticas como la tala ilegal del bosque.
Aunque hay registros de desplazamiento forzado antes del 2007, explicó, fue a partir del operativo Conjunto Chihuahua que los índices delictivos en el estado se dispararon y la Sierra Tarahumara fue una de las regiones más afectadas.
En el 2008, cuando el entonces presidente Felipe Calderón anunció la estrategia, la estadística de homicidios en Chihuahua se disparó de 700 casos seis mil en 2010, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En ese contexto de violencia, detalló Ortega, el desplazamiento se da como una consecuencia, no como un delito, por lo que es difícil pensar en una solución a corto plazo.
“Hay muchos conflictos que pueden provocar el desplazamiento, pero todos, invariablemente, están ligados al crimen organizado. A veces se quieren salir porque sus hijos están enganchados, casi esclavizados en la siembra, otras porque son acusados de llevar o traer información a grupos contrarios o por rivalidades con personas de un apellido específico”
Como ejemplo, mencionó que muchas familias salen porque escucharon que iban a asesinar a las personas de una familia en específico, y no se les considera víctimas porque salieron por un contexto de violencia.
La guerra de abril pasado
En abril pasado, los grupos criminales les dieron solo 24 horas a pobladores de comunidades como Atascaderos, en Guadalupe y Calvo, para que abandonaran sus propiedades.
Esa zona era controlada por el grupo que lideraba Mario Eleno Corral Félix, El Cepillo o El 00, asesinado por otro grupo delictivo a finales de marzo de 2017. A El Cepillo lo mataron en la comunidad La Cueva del Burro, sección de Turuachi Guadalupe y Calvo, muy cerca de Atascaderos.
Corral Félix era uno de los diez objetivos principales en el estado de Chihuahua, y se había convertido en un hombre odiado por unos y muy querido por otros pobladores, ya que ayudaba con servicios a las comunidades e incluso, proporcionó una línea de WiFi en Guadalupe y Calvo y en El Vergel, Balleza, ante la vista de todo mundo.
Las líneas de internet proporcionadas por El Cepillo eran identificadas como “Del Cepillo para el pueblo”, en El Vergel o “Apoyo para el Pueblo”, en la cabecera de Guadalupe y Calvo.
Un grupo no podría ingresar al poblado de Baborigame, que colinda con Badiraguato por el estado de Sinaloa, debido a que esa zona es controlada por otra escisión del Cártel de Sinaloa. Esa situación la conoce la gente de la región e incluso, los agentes municipales no podrían ingresar a Baborigame cuando se reportaba alguna persona desaparecida o asesinada, según lo constataron medios de comunicación el año pasado.
El pasado martes 2 de abril, empezaron los enfrentamientos cuando mataron unos cuatro hombres entre martes y miércoles. Los elementos de la Fiscalía General del Estado revisaron los cuerpos, que tenían impactos de proyectil de arma de fuego en diferentes partes del cuerpo.
De acuerdo con testimonios de la gente cercana a los dos hombres asesinados dio a los agentes, fueron emboscadas alrededor de las 22:00 horas del martes 2 de abril en Las Banquetas. Con el apoyo de personas del lugar, fueron trasladados a Atascaderos para velarlos y sepultarlos.
El miércoles 3 de abril por la mañana, localizaron otros dos cuerpos de hombres en el kilómetro 50 de la carretera Atascaderos-Los Frailes, en el estado de Durango. El 8 de abril, agentes estatales y municipales atendieron un reporte por otro enfrentamiento registrado en la plaza principal de Atascaderos. Al llegar encontraron cuatro hombres muertos.
La guerra en el Triángulo Dorado parece seguir mientras que las autoridades no implementan acciones para ayudar a los desplazados de la zona.