Rafael Caro Quintero no sólo quiere ser una Marca Registrada, ahora también se dice que está en la ruina total y que se encuentra en la insolvencia económica debido a que su condición de sexagenario y la persecución de que se dice blanco, le impide trabajar para sostener su vida. O al menos con eso salió en mayo pasado luego de que un tribunal de la Ciudad de México le requirió pagar una garantía monetaria con motivo del amparo que tramita, por enésima vez, para evitar que el gobierno federal lo detenga para entregarlo en extradición a Estados Unidos.

Por Santiago Rentería

De su puño y letra, Rafael Caro Quintero le informó al Primer Tribunal Colegiado Penal con sede en la Ciudad de México que se encuentra en estado de insolvencia total, debido a que “su condición de prófugo de la justicia y su edad avanzada”, al rozar ya los 67 años, no le permiten trabajar o ejercer algún oficio para ganarse la vida.

En el escrito presentado vía electrónica y firmado por el viejo capo, líder histórico del llamado Cártel de Guadalajara, manifestó que su situación personal se ha complicado debido a que no cuenta con la oportunidad de poder trabajar y generar un ingreso propio.

Señaló además que tiene más de 60 años, y que no se jubiló ni pensionó “y como hecho notorio aduce encontrarse sustraído de la acción de la justicia, lo que le impide laborar o desempeñar alguna actividad por la que pueda adquirir recursos económicos”.

Estos argumentos fueron enviados luego de que el Tribunal solicitó el pago de una cantidad de efectivo debido al amparo en revisión que se analiza en el Colegiado para ver si la orden de detención provisional con fines de extradición a la Corte Federal de Nueva York es procedente o no.

De acuerdo con informes del Poder Judicial de la Federación, esta manifestación sobre la carencia de recursos la hizo con el propósito de que el tribunal no le imponga el pago de una garantía.

En el escrito con firma autógrafa escaneada, el capo solicitó recusar al Magistrado Juan José Olvera López de la votación de su amparo, aunque en el acuerdo publicado el martes 26 de mayo por el tribunal no se aclaran los motivos.

En la otra promoción también pide aplazar, hasta después de terminada la emergencia sanitaria por Covid-19 y una vez normalizadas las actividades judiciales, la sesión en la que será votado su amparo en revisión.

El colegiado acordó reservarse el trámite de la recusación del Magistrado Olvera hasta que el Consejo de la Judicatura Federal determine que las actividades jurisdiccionales regresarán a la normalidad.

El amparo en revisión es una de las últimas oportunidades con las que cuenta el ex capo sinaloense para liberarse de la persecución que mantiene el gobierno mexicano y el estadounidense para llevarlo ante la justicia.

De hecho, la orden de presentación en la Corte Federal de Nueva York no se trata, como alegan muchos, de juzgar a Caro Quintero por el crimen del agente de la DEA, Enrique Kiki Camarena, ocurrido en Jalisco en 1985.

Dicha orden fue librada debido a que el Departamento de Justicia estadounidense dice contar con nuevas pruebas que incriminan a Caro en la producción y trasiego de metanfetamina, heroína y cocaína después de haber logrado su libertad a partir de 2012. Es decir, se trata de juzgarlo por nuevos delitos que presuntamente ha cometido en el tráfico de drogas, no por los que ya quedó en libertad.

Una obsesión

Por varios medios, incluyendo la entrevista personal, el ex capo oriundo de la comunidad de La Noria, Badiraguato, en donde se dice se refugia de vez en cuando, ha negado categóricamente continuar con las actividades ilícitas que inició en los años ochenta y que terminaron cuando fue apresado a mitad de la década.

Ha dicho que ya no es narcotraficante, que vive de lo poco que le da la gente en el monte y que no piensa volver a dedicarse al crimen organizado. Y ha justificado que la persecución en su contra se debe a una vendetta de parte de la DEA por el crimen del agente Camarena, por el cual él ya fue juzgado.

“Pagué mi deuda a la sociedad”, dijo en una ocasión, refiriéndose a los más de 28 años que permaneció en prisión.

Caro Quintero salió libre el 9 de agosto de 2013 del penal de mediana seguridad de Jalisco, luego de que un tribunal colegiado le favoreció con un amparo al considerar que su crimen debió haberse juzgado por el fuero común y no por el fuero federal, al ser el secuestro y homicidio de competencia local.

Sin embargo, las autoridades consideraron que el secuestro y asesinato de Enrique Camarena y el piloto mexicano Alfredo Avelar Zavala, eran del orden federal, cosa que ya se ha resuelto en la Suprema Corte de Justicia de la Nación: el caso Camarena es por el orden federal al haber sido un agente con inmunidad diplomática que trabaja en el país.

Dos días más tarde de su liberación, el entonces Juez Sexto de Distrito en Procesos Penales Federales, Alejandro Caballero Vértiz, ordenó su detención provisional con fines de extradición a Estados Unidos, con el propósito de juzgarlo por el crimen del agente, pero este caso no prosperó debido a que ninguna persona puede ser juzgada por el mismo delito, aunque se trate países diferentes.

Ya la nueva orden de extradición también fue apelada en la Suprema Corte, pero hace meses los magistrados impusieron un revés al viejo capo al señalar que sí procede la extradición conforme a derecho. Hasta el momento, ningún narcotraficante ha podido ganar en los tribunales que se le cancele una orden de extradición al país vecino: una vez detenidos, indefectiblemente pierden los amparos y son trasladados.

Violencia atribuida a Caro

Una de las quejas recurrentes de Rafael Caro Quintero es que las autoridades han pretendido involucrarlo en hechos de tráfico de drogas y de violencia, todo para responsabilizarlo de los crímenes que ocurren.

Incluso el Departamento de Justicia de Estados Unidos señaló que la supuesta red de tráfico de Caro tiene conexiones con el mismísimo Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, quien es considerado como narco por los gringos.

Recientemente en Caborca, Sonora, una explosión de violencia ha sido atribuida a la gente de Caro Quintero, por el hecho de ser una zona de influencia del badiraguatense, en donde incluso tiene asentada a familia.

Durante las últimas semanas pareciera que la violencia se ha desatado de manera imparable en esa región. Fueron localizadas dos hieleras con restos humanos en su interior en el puente de "El Mechudo", junto a una manta que contenía un mensaje supuestamente por parte de "gente de Caro Quintero".

Una vez que se revisó el contenido de los recipientes, las autoridades activaron el código rojo y acudieron elementos de la Guardia Nacional.

La Policía Estatal de Sonora al repeler una agresión y capturar a presuntos sicarios, también señalaron que se trata de personas que están bajo el mando de Caro Quintero.

Cierto o falso, en Sinaloa el Cártel que comanda los hijos del Chapo Guzmán e Ismael El Mayo Zambada, no tiene en su estructura a Caro en ningún lado. De acuerdo con informes de policías, el capo de La Noria representa una especie de líder moral, un jefe mayor al que se le debe respeto y se le puede ayudar en cualquier momento, no un líder activo que decida movimientos dentro de la organización criminal.

Mientras tanto, el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) mantiene en trámite desde 2017 el nombre de Rafael Caro Quintero como marca registrada, promovida por su esposa Diana Espinoza Aguilar, quien quiere que el capo reciba beneficios económicos de todo aquel comercio que use sus siglas para productos o libros.

En una revisión realizada en el portal del IMPI, todavía puede leerse que el proceso está en trámite.