Guanajuato ha ostentado durante meses el primer lugar a nivel nacional en homicidios, y esto se debe a una guerra que emprendieron los cárteles de Santa Rosa de Lima y Jalisco Nueva Generación, dirigido por Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, quien lucha por arrebatarle el control criminal de la entidad a El Marro. Enfrascados en una reyerta sangrienta, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador decidió dar “un golpe de timón” y enfocarse en las piezas claves de la organización huachicolera, al detener a la madre y a una hermana de José Antonio Yépez Ortiz, lo que provocó que el líder huachicolero saliera de las sombras para encarar a la administración federal con dos videos que difundió de manera pública, y en los que, a todas luces, se ve un capo cercado, al borde de la desesperación. Una “bestia herida” que amenazó con alianzas poco probables, pero que podría ser capaz de continuar con sus ataques a la población civil.
Por Redacción De Primera Noticias.
Mientras que José Antonio Yépez Ortiz, El Marro, lanzó un mensaje de advertencia al gobierno de Andrés Manuel López Obrador de que primero “trabaja” para alguno de los “señores de la frontera” o “de Sinaloa”, antes que dejar entrar al Cártel Jalisco Nueva Generación comandado por Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, a quien señaló de estar coludido con la administración federal, en Sinaloa la organización criminal que dirigen Los Chapitos y El Mayo Zambada se debaten en una guerra intestina en la zona norte de Culiacán.
“Aunque me cueste trabajar con alguno de los señores de la frontera, o algunos señores de los de Sinaloa, primero les he de servir a alguno de esos señores, pero a esos hijos de su puta madre (los del CJNG) no los voy a dejar entrar”, sentenció El Marro en el segundo video que difundió la noche del sábado 20 de junio, horas después de la captura de su madre, su hermana y una prima en un domicilio de San Isidro Elguera, municipio de Celaya, Guanajuato.
Sin embargo, en Sinaloa las células de sicarios de Los Chapitos, jefes de una facción del Cártel, se debaten contra el grupo de El Ruso, aliado de Ismael El Mayo Zambada, en un conflicto que cada día escala más en su nivel de violencia y se extiende por todo el municipio de Culiacán.
“Si en Culiacán se pelea una guerra, es improbable que alguna de las facciones sinaloenses busque alianza con los de Guanajuato; sería abrir otro frente con El Mencho, y por ahorita la cosa se enfoca en el norte de la capital”, estima un agente investigador de la Fiscalía General del Estado.
Es decir, ninguna organización criminal quiere tener o abrir dos frentes de batalla, y menos por un territorio que no representa economía para su estructura. Los de Sinaloa además empiezan a guerrear en Sonora, y desde hace años tienen un boquete en Tijuana, una pugna que ya se ve empantanada.
“A como están las cosas, es difícil moverse por el territorio y movilizar gente, eso cuesta, y no veo a Los Chapitos o a Los Mayos gastando recursos para ir a defender la causa del Marro”, concluye el investigador.
LOS VIDEOS DESESPERADOS
El sábado 20, elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional, con órdenes de cateo obtenidas por la Fiscalía General de la República, acudieron a la pequeña población de San Isidro Elguera, y aguardaron en las cercanías de un domicilio que había sido detectado como “oficina”, y donde se realizaban los pagos de nómina a la gente al servicio del Cártel Santa Rosa de Lima.
En cuando los soldados observaron ingreso de varias personas, rodearon la propiedad y detuvieron a 26 personas, entre ellas, rápido se supo que estaba doña María Ortiz, madre de El Marro, y su hermana Juana Yépez Ortiz, así como una prima identificada como Rosalba.
De inmediato, la SEDENA dio a conocer que María Ortiz y su hija eran “operadoras financieras” de la organización criminal, pero para ese momento El Marro había soltado los diablos en gran parte de Guanajuato, al realizar bloqueos e incendios de vehículos, un recurso de defensa usado ya en otras ocasiones.
Las explosiones violentas como represalia se dieron en Celaya, camino a Villagrán y Apaseo. Fueron por lo menos cuatro municipios los que se vieron afectados con la quema de vehículos, desde taxis, hasta camiones y tráileres.
Salamanca y Juventino Rosas no se quedaron atrás. Puntos estratégicos para la organización criminal, también los pobladores fueron rehenes de los desmanes que buscaban inhibir las acciones de la autoridad contra la familia de El Marro.
Nada más en Celaya, el municipio donde fue el operativo, hubo reportes de incendios en once puntos. Sin embargo, no se reportaron personas heridas, ni muertas ni desaparecidas.
Cuando todo esto sucedía, El Marro difundió un primer video en donde agradecía a la gente el apoyo que le estaban dando a su familia. En la grabación aparece sentado en lo que parece un patio con una pared sin encalar de fondo.
“Yo sé que no hay palabras para agradecerles y lo único que puedo decir es que les agradezco de a madre, y sí quisiera que me echaran la mano un poco más para arriar con estos pinches putos”, soltó, con los ojos enrojecidos de ira e impotencia.
Acusó que entre hombres no pasa nada, pero no con las mujeres. “Ahí las tienen grabándolas y golpeándolas”, dijo.
Y se dobló: “Aunque me quede solo como a un pinche perro, me les voy a aferrar, putos”, y pidió que cortaran la grabación mientras lagrimeaba
Horas más tarde, ya al anochecer, en el interior de una casa, con vitropiso blanco y pared desnuda, El Marro lanzó un segundo video con amenazas al gobierno federal y al presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien llamó “viejillo gonorriento”.
En general, con una retahíla de improperios, llamó al gobierno “vende patrias”, “vendidos”, y hasta “corruptos”, e insinuó que estaban aliados con el Mencho.
“No crean que porque se llevaron a mi madre, ahora póngala de narco operadora financiera, jefa del Cártel, pinches perros, como lo saben hacer, putos, por ella y toda mi gente le voy a echar huevos, no me espantan.”
Y arremetió: “No les tengo miedo, ya se los he comprobado tres veces. Voy a ser una piedra en el zapato”.
Con la aparición de los videos, se infirió de inmediato que Yépez Ortiz sufrió un descalabro sin precedente, ya que el apego hacia su madre es irrenunciable. Ni siquiera actuó de esta forma cuando fueron por su esposa o su padre, a principios de año. En llamadas interceptadas entre su madre y él, se escucha cómo para El Marro es un apego emocional que lo dobla como persona.
El Marro ha sido el único líder criminal que ha lanzado amenazas de muerte de manera directa contra el presidente López Obrador, quien ha respondido que no teme alguna agresión de parte de este jefe delincuencial.
Ante las intimidaciones a su persona y gobierno, el jefe del Ejecutivo federal declaró en la conferencia de prensa mañanera que “no podemos actuar como las avestruces” y pidió a los ciudadanos no proteger a los delincuentes.
“Está, si no en su derecho, pues yo diría, porque por encima de todo está la libertad. Pueden decir lo que quieran, pero nosotros no vamos a permitir la violencia, no podemos actuar como el avestruz, meter la cabeza en la arena y como si no pasara nada”, dijo.
Destacó que la situación de Guanajuato es demasiado grave, y que no se puede permitir más derramamiento de sangre. “Se podrá decir que son pleitos entre bandas, pero son personas las que están muriendo”.
UN CÁRTEL MUY FAMILIAR
Para el gobierno de López Obrador, desde que tomó el poder en diciembre de 2018, desarticular la organización de Santa Rosa de Lima fue una de sus prioridades, ya que parte de su discurso fue combatir el huachicoleo, uno de los principales negocios de El Marro y su gente.
Integrado por un clan familiar, la estructura sentó sus reales en los municipios de Villagrán, Celaya, Dolores Hidalgo, Norte de Silao y San Miguel de Allende, conformando así el llamado Triángulo de las Bermudas.
Para los Yépez Ortiz, durante el sexenio de Enrique Peña Nieto que vio nacer y crecer su grupo criminal, el robo de combustible fue su más fuerte y sólido negocio, dejando de lado las drogas y la extorsión.
Crearon su pequeño imperio criminal, que no disputaba ningún territorio y menos las rutas de trasiego de droga a la frontera. Era un reino único de miles y miles de galones de hidrocarburos que succionaban bajo el velo protector de las complicidades del Estado mexicano.
Pero tras la decisión presidencial de combatir el huachicoleo, los de Santa Rosa de Lima vieron diezmadas sus ganancias y sus líderes comenzaron a caer. Así AMLO comenzó la cacería contra lo que parecía ser “un líder menor”, pero con una gran capacidad de beligerancia, como ha dejado patentado en una guerra desquiciada.
Ya desde marzo de 2019, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, aseguró que estaban por detener a Yépez Ortiz, pero de eso ha pasado más de un año sin que sea aprehendido, y, por el contrario, está envuelto en una sangrienta guerra con El Mencho.
“Se está próximo a detenerlo”, dijo a la prensa aquella vez, pero los dos operativos que se dieron en su contra fracasaron.
Quienes sí han caído presos son parte del círculo íntimo de El Marro, como sus tíos Efraín Labrada Reyes y Raymundo Labrada Lara, considerados como operadores logístico y financiero, respectivamente.
Asimismo, su hermana Karem Lizbeth Yépez Ortiz y su esposo fueron arrestados, ambos señalados por las autoridades federales de dirigir la célula de Celaya, Guanajuato.
Otra detención clave del clan familiar fue la de Rodolfo Yépez Godoy, padre del líder criminal, aprehendido en marzo del año en curso en un retén policial, cuando circulaba en un vehículo con reporte de robo.
Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, El Marro, su familia y la familia Lara lograron adquirir varios ranchos que servían como fachada para succionar ductos de Pemex.
De esta manera, con la captura de su madre María Ortiz y su hermana, el círculo íntimo de José Antonio se ha vuelto cada vez más reducido. Quizá por eso salió a despotricar en los dos videos que pronto se hicieron virales.
“Se ve a un capo derrotado y humillando”, opinaron algunos especialistas en seguridad.
CINCO OPERATIVOS FALLIDOS
Sin embargo, de una u otra forma, Yépez Ortiz se las ha ingeniado para no ser capturado, y como él mismo lo señaló, las tres veces que el Gobierno federal ha lanzado operativos en su contra, el blanco se les ha escabullido.
Usando la misma técnica, de cortar las vías de comunicación de varios municipios interconectados, la gente de El Marro en cuando reporta el ingreso de las Fuerzas Armadas comienza a bloquear carreteras y bulevares, incendiando vehículos en los cuales se incluyen camiones de carga.
El 3 de marzo de 2019 fue la primera vez que la operación “Golpe de Timón” del Gobierno de AMLO fracasó. En esa ocasión El Marro logró escapar de un domicilio de Santa Rosa de Lima. Las autoridades señalaron que posiblemente un pitazo de última hora puso en alerta al líder criminal, el cual ya no se encontraba en el inmueble cuando fue cercado.
Meses más tarde, en octubre, de nueva cuenta el Ejército acudió al municipio de Juventino Rosas, para buscar a Yépez Ortiz en una cueva. En el sitio tampoco lograron detener a nadie.
Un mes más tarde, en la cabecera de Juventino Rosas, El Marro logró escapar de una casa brincando una barda cuando llegaban los marinos al lugar.
Los investigadores decidieron perseguir a su esposa Karina Mora Villalobos, y cuando las Fuerzas Armadas se enteraron de que se reuniría con El Marro en la comunidad de San Miguel Ocotopan, cayó la redada, pero no hallaron a Yépez. En esa ocasión, Karina fue recluida, pero al no contar con elementos en su contra, un juez federal ordenó su liberación.
Días después de la captura de su padre, se volvió a rumorar que El Marro había sido detenido, pero nunca se confirmaron las versiones que circularon en redes sociales. El Marro sigue vivo y operando su red criminal, la cual, pese a los golpes sufridos, todavía parece tener capacidad de movilizarse para bloquear e incendiar unidades.
Tras el arresto de su madre, uno de los golpes que más le ha dolido a El Marro, el gobierno federal ordenó reforzar la seguridad de la refinería de Salamanca, un punto vulnerable del patrimonio de Pemex si llega ser atacado, y además se enviaron más refuerzos a Guanajuato. Hasta ahora, días después de las amenazas, el Cártel de Santa Rosa de Lima, sigue en franco repliegue.
DE PASEO EN MAZATLÁN
Pero no todo ha sido violencia para José Antonio Yépez. En mayo de 2019, el diario Milenio difundió unas fotos que le fueron filtradas de El Marro paseando en el paradisiaco puerto de Mazatlán, en un plan aparentemente familiar. Las imágenes, según expuso el medio, fueron encontradas en diversos cateos a domicilios en Santa Rosa de Lima, durante las primeras semanas de la operación “Golpe de Timón”.
En las imágenes se ve a Yépez Ortiz junto a su esposa, posando en lo que parecer ser una palapa, con una playera sin mangas. En la segunda imagen se observa al capo debajo de una sombrilla playera, frente al Pacífico.
Estas fotografías, según se corrigió cuando fueron publicadas, habrían sido tomadas antes de que se convirtiera en uno de los hombres más buscado del Gobierno federal, cuando todavía no era el líder criminal que hoy es.
De hecho, durante la detención y cateos de ranchos y propiedades, han sido encontradas más imágenes de El Marro en un plan casual, lejos de cualquier glamour que aparentemente puede dar la vida criminal.