Por Redacción De Primera Noticias.

Habitantes de distintas comunidades del municipio de Aguililla, Michoacán, comenzaron a reportar desde la semana pasada que hombres armados estaban arribando al poblado en avionetas procedentes de Jalisco.

Se trataba de sicarios enviados por Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, desde Ciudad Guzmán, Jalisco, con el propósito de liquidar a integrantes de Los Viagras, o Cárteles Unidos como ahora se hacen llamar, apostados en distintas zonas de Aguililla.

El líder del Cártel Jalisco Nueva Generación busca desde el año pasado regresar al municipio en el que nació hace 53 años con la intención de crear una especie de fortaleza en su tierra natal, donde, enfermo de una insuficiencia renal que le impide desplazarse con la misma libertad de antes, pretende pasar el resto de su vida.

Los primeros enfrentamientos del fin de semana pasado fueron reportados por los pobladores al número de emergencias desde la madrugada del sábado. Pero ninguna autoridad hizo caso. Los enfrentamientos habrían durado al menos 6 horas y continuaron, de manera más espaciada, a lo largo del sábado y domingo.

Una vez que las cosas se calmaron, elementos federales acudieron a la comunidad de La Huerta, a las afueras de Aguililla, donde en un campamento encontraron 12 muertos, armas de grueso calibre (entre ellos un fusil Barret calibre 50) y dos autos blindados, de los conocidos como “Monstruos”.

Presuntamente se trataba de sicarios de Los Viagras, quienes habrían sido abatidos por integrantes del CJNG que los sorprendieron de madrugada mientras dormían en dicho campamento.

Esa misma mañana, los soldados encontraron otros seis cuerpos al fondo de una barranca, a los que habrían rociado con gasolina para luego quemarlos, con lo que la cifra de muertos se incrementó a 18 hombres, los cuales, de acuerdo con testimonios recogidos por medios locales, horas antes habrían estado saqueando negocios y viviendas de la comunidad para abastecerse de provisiones.

Este fue el más reciente enfrentamiento entre células del CJNG y Los Viagras, dos organizaciones criminales que no siempre fueron enemigas, por el contrario, durante un tiempo las segundas trabajaron al servicio del cártel de Jalisco, hasta que el asesinato de uno de los integrantes de la familia Sierra Santana, presuntamente ordenado por El Mencho, detonó la guerra que ha llenado de sangre y violenta la parte norte de Michoacán.

Los hermanos Viagra

Originarios del ejido Pinzandaro, en el municipio de Buenavista, la organización criminal empezó como un grupo de autodefensas en 2013, integrado por los ocho hermanos Sierra Santana (seis hombres y dos mujeres) que antes de empezar a traficar con metanfetaminas se dedicaban a la engorda de ganado y a la cría de gallos.

Gracias a esta última actividad conocieron a narcotraficantes aficionados a las peleas de gallos, entre ellos, Servando Gómez Martínez, alias La Tuta, quien de ser uno de los líderes de la Familia Michoacana se convirtió en el jefe máximo de Los Caballeros Templarios.

La organización criminal debe su nombre al apodo de uno de los hermanos. A Carlos Sierra Santana, el menor de toda la familia, le llamaban El Viagras porque cuando iba en la secundaria le gustaba peinarse con mucha gel para mantener los cabellos en forma de picos. El apodo se extendió en el pueblo a todos los hermanos, los Viagra, por lo que al conformarse como autodefensas ese fue el nombre con que se referían a ellos. 

Para 2014, cuando se formaron las autodefensas en Michoacán que en un principio luchaban contra las extorsiones y secuestros del cártel comandado por La Tuta, los hermanos Sierra Santana se conformaron en una célula armada bajo el mando de Estanislao Beltrán, conocido como Papá Pitufo.

Fue gracias al comisionado para la paz en Michoacán, Alfredo Castillo, que los hermanos lograron empoderarse al conseguir el estatus de Policía Rural, y más tarde, recibieron la encomienda especial por parte del ex procurador del Estado de México de atrapar a La Tuta, para lo cual los hermanos se aliaron con otros capos como el propio Nemesio Oseguera Cervantes.

De los ocho hermanos solo se conoce la identidad de siete: Francisco, alias “Panchito”; Mariano, “El Negro”; Gabino, “El Teto, detenido por el ejército en marzo de 2019; Carlos, “El Viagras”, “El Greñas”, abatido en 2017 durante un enfrentamiento; Rodolfo, “El Rodo” o “El Barbón”; Beatriz, y Nicolás “El Gordo”, a quien las autoridades identifican como el líder del grupo criminal.

Para cazar a La Tuta, conformaron un grupo de sicarios bajo el nombre G-250, integrado exactamente por 250 hombres armados que, en alianza con el CJNG, intentaron abatir al líder de Los Caballeros Templarios.

En un video publicado en redes en septiembre de 2014, Nicolás Sierra Santana negó ser narcotraficante, secuestrador o asesino, y, por el contrario, dijo estar en la lucha contra el crimen organizado, sin embargo, aceptó haberse reunido con La Tuta en varias ocasiones.

Pelea por la plaza

Existen distintas versiones sobre el verdadero origen de la rivalidad entre el CJNG y  Los Viagras. Algunos medios señalan que se debió a la inconformidad de “El Gordo” al ver que el gobierno amparaba las actividades de "El Mencho", líder del CJNG, el cual amenazó a este cártel con obedecer sus órdenes o “esperar lo peor”.

Otros lo atribuyen a que en 2017 su relación recrudeció cuando uno de los hermanos, Carlos Sierra Santana, fue asesinado por órdenes de "El Mencho". Adicional a los enfrentamientos con dicho cártel, los Sierra Santana también han destacado por efectuar narcobloqueos en las carreteras de Tierra Caliente, Uruapan, Zamora y Morelia, en donde además del bloqueo, suelen recurrir a la quema de vehículos para evitar que las fuerzas  federales ingresen a determinados pueblos o como medida de presión mediática para ejercer el terror entre la población y las autoridades.

La base de operaciones de los hermanos Sierra Santana se encuentra en Buenavista. En 2018, Nicolás Sierra Santana acusó a través de un video al gobernador, Silvano Aureoles, de haberle ofrecido dinero durante su campaña electoral (2015), para garantizarle votos. Nicolás sostuvo su acusación a partir de las capturas que sufrieron varios miembros de su cártel. “El Gordo” insinuó que los operativos contra sus pistoleros eran en represalia por no cooperar con el gobierno estatal.

“Tú, Silvano, eres el que tiene en desmadre al estado. [...] Hay muchas cosas que en su momento les voy a contar”, señaló el capo, quien ahora es señalado por el gobernador como el criminal más peligroso del estado.