Así fue el secuestro de Jesús Eduardo
lunes, 22 de julio de 2019
Así fue el secuestro de Jesús Eduardo
 

Por Redacción.

 

 

A Jesús Eduardo le ofrecieron trabajar como office boy en el Ayuntamiento de Mazatlán, además de una beca mensual de 2,500 pesos como estudiante, por lo que decidió aceptar la oferta laboral y trasladarse al puerto junto con su falso empleador.

 

La persona que lo contactó se hacía llamar Mario Zazueta Martínez, le dijo que era estudiante de la Facultad de Contabilidad y Administración, y que como parte de su servicio social ayudaba a jóvenes a conseguir esos trabajos.

 

Su nombre verdadero es Jesús Ernesto Lara Cisneros, de 31 años de edad, y, de acuerdo con la Fiscalía General del Estado, tiene antecedentes penales por los delitos de robo cometido en 2010 en Mazatlán, atentados al pudor, cometido en 2006

 

Ambos se trasladaron a Mazatlán en autobús. Al llegar al puerto se hospedaron en el hotel Venados, en las inmediaciones de la Zona Dorada, para luego cambiarse al hotel Celta, en el centro, donde estuvieron dos noches más.

 

De acuerdo con el testimonio de Jesús Eduardo, su falso empleador le daba largas y pretextos con respecto al trabajo prometido, y realizaba o fingía hacer llamadas con la “licenciada” encargada del trabajo.

 

En lo que parece ser un caso de secuestro psicológico, el “enganchador” le recordaba a Jesús Eduardo que conocía su dirección, el lugar de trabajo de su padre y que tenía amigos que con solo una llamada podían hacerle daño a la  gente.

 

“Me recuerda que conoce mi domicilio y el dato del trabajo de mi padre y es ahí donde comienzo a sentirme mal y trato de tranquilizarme. De allí comienzan los días más difíciles para mí. Si bien me iba comía una vez al día. Aunque no estuviera en encierro completo, no conocía yo Mazatlán. Él estaba a un lado de mí como si fuera un escolta mío. Y siempre recordándome lo mismo que les acabo de comentar”, señaló.

 

Varios días después de haber llegado a Mazatlán se quedan sin dinero y el falso empleador empieza a pedir dinero en la calle y, de acuerdo con Jesús Eduardo, “sigue queriendo hacer lo mismo con otras personas, encuentra jóvenes en la calle y los aborda tratando de decirles lo mismo” que a él.

 

“Creo que ninguno de los jóvenes le hizo caso. De ahí ya pasaron los días y seguíamos así, yo sufriendo, le cuestionaba, él no me daba respuestas, me daba pretextos, me seguía chantajeando. Qué podía hacer yo en ese caso. No sabía qué hacer. Me quedaba más que esperar que llegaran a buscarme”, relata.

 

De acuerdo con la información que proporcionó la Fiscalía General del Estado  luego de la localización del joven, este había sido ubicado por agentes de la Policía Municipal durante la revisión de un auto en el centro de Mazatlán.

 

Sin embargo, el relato de Jesús Eduardo señala que la noche de su localización, él y su falso empleador salieron a la calle a hacer una llamada desde un teléfono público, junto a una taquería, adonde llegaron tres patrullas de la Municipal, cuyos agentes se acercaron a los dos hombres.

 

“Eran como las 11 y media de la noche. Esta persona estaba muy enojada y tiró su teléfono contra el suelo como tres veces. Salimos a la calle a un teléfono público cerca del hotel. Él marca al número de emergencias 911 y habla con la operadora, y según pide que lo comuniquen con la licenciada, y me dice que la operadora le dice que esperemos treinta minutos para que lo comuniquen”.

 

“Y esperamos ahí… había una taquería, y ya nos pusimos a un lado, y en ese tiempo nos sentamos un poco en la banqueta, y en eso veo que llegan tres patrullas de la policía municipal, llegan con las torretas apagadas, ni sirenas prendida”, cuenta.

 

Agrega que uno de los agentes municipales lo reconoció, le pidió que abriera la boca para ver si llevaba brackets, y fue entonces que confirman que es el joven que estaba con reporte de desaparición desde el 4 de julio.

 

 

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