A una década de la muerte de “Nacho” Coronel...
lunes, 17 de agosto de 2020
A una década de la muerte de “Nacho” Coronel...
  

El pasado 29 de julio se cumplieron diez años de la muerte de Ignacio Nacho Coronel, considerado en ese momento como el tercer hombre más importante del Cártel de Sinaloa, junto con El Chapo Guzmán y El Mayo Zambada. Encargado de las plazas de Jalisco, Colima y Guanajuato para la organización criminal, su muerte en un operativo del Ejército Mexicano en Guadalajara propició el surgimiento del CJNG y, con ello, inicio de una guerra entre facciones que no ha terminado al día de hoy.

 

Por Redacción De Primera Noticias.

 

Eran las 13 horas del jueves 29 de julio de 2010. En el interior de la casa marcada con el 1464 de la calle Paseo de los Parques, en el residencial Colinas de San Javier, en Guadalajara, se encontraban Nacho Coronel, su asistente Irán Francisco Quiñónez Gastélum y una fisioterapeuta que le daba masajes al capo.

 

De repente, el cielo de esa colonia de Guadalajara donde viven empresarios, políticos, deportistas y narcotraficantes, comenzó a llenarse de helicópteros y en cuestión de segundos, al menos 120 elementos del Ejército Mexicano se adueñaron de la calle y comenzaron a golpear la puerta de la casa.

 

Nacho Coronel y sus dos acompañantes intentaron escapar por el patio, pero justo cuando corrían por el césped ingresaron los soldados y les ordenaron que se detuvieran.  El capo sinaloense regresó al interior de la casa y corrió hacia unas escaleras que daban a una de las recámaras, pero en el camino, teniendo a los militares a unos metros a sus espaldas, giró y comenzó a disparar con un fusil de asalto M-16, calibre 5.56, con el que mató a un teniente e hirió a un soldado.

 

En respuesta, de acuerdo con la versión oficial de los hechos, un militar le disparó un solo tiro con una escopeta Mossberg calibre 12 mm. La bala entró por su costado izquierdo, casi en la espalda, lo que provocó que el líder del Cártel de Sinaloa cayera abatido casi al instante sobre uno de los escalones que conducían a la segunda planta.

 

Imágenes que se dieron a conocer semanas después de su muerte lo muestran tirado bocarriba, con ropa blanca deportiva de la marca Adidas y una mancha de sangre que procede de su costado izquierdo y que se esparce sobre las escaleras.

 

Terminaba de esa manera la vida del capo nacido en Canelas, Durango, en 1954, por quien la DEA ofrecía una recompensa de cinco millones de dólares al ser acusado de enviar decenas de toneladas de drogas al vecino del norte, además de ser señalado como el principal productor de metanfetaminas en laboratorios repartidos por medio Jalisco y con materia prima que llegaba desde Asia a través de Manzanillo, Colima.

 

Es por eso que Nacho Coronel también llegó a ser conocido como El Rey del Cristal: el hombre que consolidó la ruta por el Pacífico para las importaciones de precursores químicos con los que, a inicios de los años dos mil, comenzaron a procesarse las drogas duras, las que empezaban a ponerse de moda entre los consumidores estadounidenses. De esa manera, Sinaloa no solo convirtió a México en almacenador y exportador de cocaína procedente de Sudamérica, sino también en productor de metanfetaminas.

 

Tras la escisión entre el grupo de los Beltrán Leyva y El Chapo Guzmán por la entrega a las autoridades federales de El Mochomo, aquellos ordenaron dos ejecuciones: la de Édgar Guzmán, hijo del capo nacido en La Tuna, y la de Alejandro Coronel Mardueño, de apenas 16 años, hijo de Nacho Coronel.

 

En venganza, el capo ordenó el secuestro de la esposa de Héctor Beltrán Leyva, la ex Miss Sonora, Clara Elena Laborín, quien fue levantada por un grupo armado al salir de su casa en Hermosillo, y abandonada con vida, atada de manos, una semana después, con un mensaje que decía: "Aquí está tu esposa, por la que te negaste a responder, te la entrego sana y salva para que veas y aprendas que para nosotros la familia es sagrada. Nosotros no matamos mujeres, ni niños, únicamente vamos por `El Hache´ y `El Dos Mil´, así como por varios policías".

 

La respuesta de los Beltrán Leyva no alcanzó a llegar. Antes, las Fuerzas Especiales de la SEDENA se encargaron de abatir a Nacho Coronel durante el operativo en Colinas de San Javier. Su cuerpo fue reclamado por una hermana que ordenó su traslado a Culiacán, donde fue velado en la Funeraria San Martín, en medio de un fuerte operativo militar que no evitó que llegaran al recinto decenas de coronas florales que tuvieron que ser trasladadas al panteón Jardines del Humaya en un camión rentado para la ocasión.

 

 

CONSECUENCIAS DE SU MUERTE

 

 

El Cártel Jalisco Nueva Generación nació tras el abatimiento de Coronel. El nuevo grupo criminal estaba conformado por integrantes de la organización de Los Valencia que trabajaban al servicio del Cartel de Sinaloa en Jalisco, señala la periodista María Idalia Gómez, en entrevista con DeprimeraNoticias.

 

 

“En la década de los ochenta nace el grupo de Los Valencia, que en su momento también se conoció como Cártel del Milenio. Su sede principal de operaciones era Michoacán, aunque con extensiones en Jalisco, sobre todo por cuestiones financieras o para que los familiares pudieran vivir tranquilamente. En un momento determinado, Los Valencia son desplazados de Michoacán por sus enemigos Los Zetas y prácticamente fueron eliminados en una suerte de depuración y apoderamiento del territorio”, comenta la periodista, autora del libro Con la muerte en el bolsillo.

 

 

Los Valencia salen huyendo de Michoacán y se establecen naturalmente en Guadalajara, donde ya operaban y tenían inversiones sobre todo inmobiliarias, y donde reciben el apoyo del Cártel de Sinaloa, cuyo jefe de plaza en Jalisco era Nacho Coronel.

 

 

“Este apoyo que se le da y que se mantiene durante varios años es para combatir a los zetas porque se trata de un enemigo común que estaba afectando otras zonas de influencia de las organizaciones. Su objetivo, entonces, era contener y frenar el avance de los zetas e incluso eliminarlos. De ahí nacen Los Matazetas”, señala María Idalia Gómez.

 

 

La periodista agrega que “de manera casi natural”, este grupo paramilitar se fue transformando en un cártel bien formado: “Aun y cuando ellos se autodenominaron CJNG desde un principio, en realidad no eran un cártel sino una suerte de asociación en defensa de territorios, pero no les permitían tener operaciones que significaran tener todo el control del trasiego, almacenamiento, venta, distribución, cobro, lavado de dinero o trafico de armas”.

 

Tras el abatimiento de Coronel, el liderazgo central que representaba el capo oriundo de Canelas se pierde, y el grupo paramilitar que giraba en torno a Los Valencia empieza a sufrir una suerte de fragmentación que se agrava con la extradición en 2011 de Óscar Orlando Nava Valencia, Lobo Valencia, máximo líder de Los Valencia, y entonces nacen dos grupos: La Resistencia y el CJNG.

 

 

Comienza la disputa por Jalisco de ambas facciones. Sin embargo, La Resistencia debe huir hacia Colima a causa de las embestidas del CJNG. Nemesio Oseguera Ramos, El Mencho, asume el mando de Los Matazetas o CJNG.

 

 

El 27 de julio de 2011, Los Matazetas anunciaron su aparición a través de un video difundido en internet y el 6 de octubre de 2011 abandonaron en una calle de Boca del Río, Veracruz, una camioneta con 36 presuntos integrantes de Los Zetas asesinados.

 

 

El CJNG se independizó del Cartel de Sinaloa, por lo que pasó a realizar una ofensiva directa contra las operaciones de sus antiguos aliados en Jalisco que terminó cuando se apoderaron del territorio. Desde entonces, el cártel del Mencho se convirtió en el de más rápido crecimiento durante el sexenio pasado, al grado de volverse la principal organización criminal, imponiendo, a base de fuego y violencia, su dominio en buena parte del territorio nacional.

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