¿Reunión de la DEA con Quirino está ligada a la detención de Ovidio?
lunes, 4 de noviembre de 2019
¿Reunión de la DEA con Quirino está ligada a la detención de Ovidio?
 

Tras los hechos ocurridos el Jueves Negro en Culiacán volvieron a surgir las preguntas acerca de cuáles fueron los verdaderos motivos por los que el director de la DEA se reunió en privado, a mediados de septiembre, con el gobernador Quirino Ordaz Coppel y su equipo de seguridad. La pregunta persiste en el aire: ¿tuvo algo que ver esa reunión con el operativo fallido para detener a Ovidio Guzmán?

 

 

 

Por Redacción De Primera Noticias.

 

 

 

El pasado 16 de septiembre, el gobernador Quirino Ordaz Coppel se reunió en Culiacán con el director interino de la DEA, Uttam Dhillon, y con el ministro consejero de la Embajada de Estados Unidos en México, John S. Creamer.

 

 

La reunión se dio a puertas cerradas y contó con la participación del secretario de Seguridad Pública Estatal, Cristóbal Castañeda Camarillo, y del comandante de la Novena Zona Militar, Maximiliano Cruz Ramos, entre otros funcionarios relacionados con el área de seguridad.

 

 

El encuentro tuvo lugar en las instalaciones del Centro de Comando, Control, Comunicaciones, Cómputo e Inteligencia (C4) donde Castañeda Camarillo les expuso a los agentes de la DEA datos sobre la disminución de homicidios en Sinaloa, además de los operativos realizados con drones gracias a los cuales se habrían logrado detectar al menos 26 laboratorios de drogas sintéticas en los últimos meses en distintos municipios de la entidad.

 

 

Durante el encuentro, el gobernador le pidió tres cosas a los agentes de la DEA y al consejero de la Embajada: la primera fue que intercedieran ante el Departamento de Estado para que se borre a Sinaloa de la lista de Alerta de Viaje que publica cada año el gobierno de Estados Unidos para que los turistas estadounidenses eviten viajar a determinadas ciudades o países considerados peligrosos.

 

 

La segunda fue entablar un convenio de colaboración para capacitar a los agentes mexicanos en el combate al crimen organizado. Y la tercera fue una petición abierta de dinero para comprar tecnología que permita a los cuerpos de seguridad investigar y detener a los delincuentes, adquirir equipo táctico para las policías estatales y aparatos para mejorar la seguridad en los distintos penales de Sinaloa, sobre todo en el de Aguaruto.

 

 

Un día después de la reunión, el 17 de septiembre, la Secretaría de Seguridad Pública Estatal publicó en sus redes sociales algunas fotos de dicho encuentro pero sin la presencia del gobernador Quirino Ordaz Coppel, ni del director de la DEA ni del ministro consejero de la Embajada.

 

 

Autoridades de Estados Unidos visitaron la capital del estado y sostuvieron una reunión con el secretario de Seguridad Pública de Sinaloa, Cristóbal Castañeda Camarillo, en la que se les informó sobre los logros en materia de seguridad […] Las actividades dieron inicio con un encuentro en las instalaciones del C4 con la presencia del vicealmirante Cuerpo General Diplomado de Estado Mayor Rafael López Martínez, comandante de la Cuarta Zona Naval”, señala el comunicado.

 

 

No fue sino hasta el 20 de septiembre que se publicaron las fotos de dicho encuentro en las que ahora sí aparece el gobernador Quirino Ordaz Coppel, el director de la DEA, el comandante de la Novena Zona Militar, el responsable de la Tercera Región Militar, traductores y otros agentes. Como en el comunicado anterior, se señala  que autoridades de Estados Unidos acudieron a Culiacán en donde fueron informados sobre “los logros en materia de seguridad que Sinaloa ha tenido en beneficio de todos”.

 

 

Ante los medios de comunicación, una vez que se publicó en la prensa que dicho encuentro había ocurrido de manera privada, el gobernador reconoció que había pedido dinero (apoyo en recursos) para mejorar la seguridad en el estado a través de la adquisición de tecnología.

 

 

“Mi planteamiento fue precisamente de apoyo de recursos para equipos… penales y todo lo que ayuda a ir fortaleciendo los sistemas de seguridad, pero hay que entender que serán muy limitados, pero es algo que no tenemos y lo que venga va a ser muy bueno”, dijo Ordaz Coppel. “Yo lo que aprecio y veo, sobre todo en tema de cursos, de capacitación, y bueno, el que vengan, pues… nunca había venido a Sinaloa, entonces creo que fue una buena base de reconocimiento al trabajo”.

 

Un mes después de dicha reunión, el jueves 17 de octubre, la capital sinaloense se llenó de balas con el operativo para detener a uno o varios de los hijos de Joaquín Guzmán Loera en el sector Tres Ríos. Las balaceras que se registraron en la ciudad, grabadas por civiles que subieron los videos a redes sociales, duraron toda la tarde y noche de ese jueves, e incluso, por la madrugada se volvieron a registrar tiroteos aislados.

 

Ante lo sucedido la pregunta que empezó a plantearse fue si existía alguna conexión entre la reunión que Quirino Ordaz Coppel y su equipo de seguridad habían sostenido con agentes de la DEA semanas antes: ¿A qué vino en realidad la DEA a Culiacán? ¿Qué le pidieron al gobernador a cambio del dinero que solicitó para la compra de tecnología? ¿Dónde quedó la soberanía de un gobierno que le da explicaciones a una agencia de otro país sobre lo que está haciendo en materia de combate al crimen?

 

La versión sobre la participación de la DEA en el intento de captura de Ovidio Guzmán se sustenta en el hecho de que detrás de la detención de todos los capos en México siempre ha estado presente la agencia antidrogas estadounidense. En la captura de Joaquín Guzmán Loera en los condominios Miramar, en Mazatlán, el 22 de febrero de 2014, fueron los agentes de Estados Unidos quienes ingresaron al departamento y detuvieron al capo para luego bajarlo al estacionamiento y entregárselo a los militares mexicanos.

 

Víctor J. Vázquez, el agente de la DEA que participó en la detención, se tomó incluso fotos con “El Chapo” en el momento en que fue detenido y esposado en el baño de dicho condominio. Otro agente escribió el libro “Cazando al Chapo” bajo el seudónimo de Cole Merrell en el que narra cómo se dio el operativo para la captura del líder del Cártel de Sinaloa.

 

Sin embargo, funcionarios del Departamento de Justicia de Estados Unidos entrevistados por el periodista J. Jesús Esquivel para la revista Proceso, negaron que la agencia antidrogas hubiera participado en el fallido operativo en Culiacán que dejó un saldo oficial de 13 muertos, una docena de heridos, 14 enfrentamientos, 19 bloqueos y 51 internos prófugos del penal de Aguaruto.

 

“Nos enteramos cuando comenzó la refriega de los sicarios del Cártel de Sinaloa contra las autoridades mexicanas que acudieron a la casa donde se encontraba el delincuente. La cooperación que tenemos con el nuevo gobierno no es igual a la que había en el pasado”, comentó el funcionario.  “Hay una confusión. La prensa mexicana comenzó a decir que se intentó capturar a Ovidio por exigencia nuestra. Falso. De haber ocurrido eso, hubiéramos pedido la intervención de la Marina mexicana, que está mejor preparada para operativos de alto riesgo”.

 

El presidente López Obrador, en la conferencia matutina del martes 22 de octubre, reconoció que él no estaba informado del operativo y que cuando el Gabinete de Seguridad le comunicó lo que estaba ocurriendo en Culiacán, con el sometimiento de decenas de soldados a manos de los sicarios del Cártel de Sinaloa, él ordenó que se suspendieran las acciones para salvar la vida de los militares.

 

De acuerdo con la versión del propio secretario de la Defensa Nacional, habría sido el grupo responsable del operativo, integrado por elementos de la Policía Ministerial Militar y de la División Antidrogas de la Policía Federal, el responsable del fallido operativo por haberse precipitado a la detención de Ovidio Guzmán cuando no contaban con la orden de cateo para ingresar al domicilio, lo que le habría dado tiempo al cártel de movilizar a cientos de sicarios procedentes de varios municipios. 

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