Narcobloqueos y balaceras: escuela aprendida del crimen organizado
viernes, 8 de noviembre de 2019
 Narcobloqueos y balaceras: escuela aprendida del crimen organizado
 

El narco operativo de rescate que todos los habitantes de Culiacán sintieron en carne viva el pasado jueves 17 de octubre, en donde grupos armados ejecutaron un plan de realizar bloqueos, incendiar vehículos, confrontar a las autoridades y amenazar con matar familias de militares, fue apenas una muestra de la escuela que han dejado otras organizaciones criminales a lo largo de los años de la “guerra contra el narcotráfico”. Desde Los Zetas pasando por el Cártel del Golfo y siguiendo con el Cártel Jalisco Nueva Generación, los grupos criminales en México aprendieron que, si presionaban los botones adecuados para desatar el caos y la violencia, podrían hacer frente al intento del gobierno de disuadirlos a no detenerlos, como el caso reciente de Ovidio Guzmán López, hijo del Chapo Guzmán.

 

 

 

Por  Santiago Rentería.

 

 

 

El 25 de agosto de 2012, cuando el presidente Felipe Calderón estaba a unos meses de dejar el poder, la Secretaría de Marina lanzó uno de sus operativos que intentaba ser quirúrgico en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, para capturar a Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, quien para entonces se había erigido como único líder del naciente Cártel Jalisco Nueva Generación.

 

 

Pero algo salió mal, y los hombres del Mencho fueron avisados de la captura de su jefe, por lo que iniciaron una defensiva que sumió en el caos y el terror a esa ciudad, así como varias carreteras circunvecinas. De acuerdo con las versiones extraoficiales, ya que el Gobierno de Calderón nunca confirmó la noticia, dos horas después de la aprehensión de Oseguera Cervantes, el gobernador en turno Emilio González Márquez, del PAN, solicitó al mandatario federal el retiro de las fuerzas navales, por lo que El Mencho fue liberado.

 

 

Todos aquellos narcobloqueos duraron 24 horas aproximadamente y de acuerdo con recuentos en medios de comunicación, los hombres del Cártel Jalisco realizaron un total de 28 bloqueos con vehículos a los cuales les prendieron fuego.

 

 

Según la Secretaría de Seguridad Pública de Jalisco, el primer bloqueo fue detectado a las 3:10 de la madrugada cuando quemaron un camión cisterna en la carretera Guadalajara-Chapala. Casi al mismo tiempo se registró otro incendio de un camión de carga en la vía Atotonilco con Ayotlán.

 

 

Después, cerca de las cuatro de la mañana del 26 de agosto incendiaron un autobús de pasajeros en la autopista Morelia-Guadalajara, una hora después otro automóvil apareció en Totlán-Atotonilco. Además, se registraron narcobloqueos en la carretera Jamay-La Barca, a casi un kilómetro del 92 batallón de infantería del Ejército Mexicano. Y así sucesivamente fueron apareciendo bloqueos en las carreteras, caminos y autopistas del estado de Jalisco.

 

 

Mientras el pánico se apoderaba de los ciudadanos, en los medios nacionales ya se hablaba de la posible detención de El Mencho, pero más tarde el Gabinete de Seguridad calderonista salió a decir que “todo se trató de un error”.

 

 

En el caso de El Mencho, el Gobierno federal no admitió haberlo detenido y liberado, contrario a la administración de Andrés Manuel López Obrador, la cual estableció como versión oficial la captura y posterior liberación de Ovidio Guzmán López con la finalidad “de no afectar con la violencia a los ciudadanos”.

 

 

El robo del cuerpo de El Lazca

 

 

Pero Calderón no se quería quedar con las manos cruzadas y buscaba de manera urgente salir de la presidencia dando un golpe de timón en alguno de los grandes cárteles. Así, en octubre de 2012, de nueva cuenta la Marina sacó a sus grupos élite para ir contra Heriberto Lazcano mientras disfrutaba de un partido de béisbol amateur en un estadio del municipio de Sabinas, Coahuila.

 

 

Para entonces, se dice, El Lazca estaba perdiendo el liderazgo de Los Zetas, disputado con quien más tarde sería su reemplazo, Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40. Aquella tarde de domingo, El Lazca llegó al estadio a las 13:00 horas en compañía de su escolta de confianza, Mario Alberto Rodríguez, así como otro sujeto que logró escapar del cerco naval.

 

 

Nadie sabe con exactitud por qué Lazcano acudió a ver jugar al equipo local de Sabinas con el del municipio de Juárez, pues un día antes el líder de Los Zetas se enteró que la Marina había revisado una de sus unidades en el municipio de Progreso, situado en la región carbonífera coahuilense.

 

 

Lazcano arribó al estadio a bordo de una Ford Ranger color blanca, doble cabina, y tras ver el duelo de equipos locales, salió a la carretera, en donde ya los marinos lo estaban esperando. Los elementos de Marina detectaron la camioneta al circular por la carretera federal 35 a la altura del campo de beisbol; vieron a Lazcano en actitud sospechosa.

 

 

El Lazca y sus acompañantes se percataron de la presencia del operativo e iniciaron la fuga. Los marinos observaron a los delincuentes huir en un vehículo con características similares a las que utilizan grupos armados y les marcaron el alto. La camioneta pick up había arrancado al ver a los marinos y no se detuvieron, los marinos inician los disparos.

 

 

Ahí fue abatido primero su pistolero Mario Alberto Rodríguez y otro guardaespaldas logró escapar de la balacera. En cambio, El Lazca fue malherido y las autoridades decretaron su fallecimiento a las dos de la mañana del día siguiente. Luego de que la Procuraduría coahuilense se encargara de levantar el cadáver, se le practicaron los exámenes forenses entre las tres y siete de la tarde. Se tomaron fotografías que fueron remitidas a la SEMAR.

 

 

Entre la una y la 1:30 de la madrugada, un grupo armado irrumpió en la funeraria y obligó a un empleado a meter los cuerpos a una carroza y llevarlos a un paraje en las afueras de Sabinas, en donde los sujetos armados se llevaron los restos de su jefe.

 

 

se presentó un grupo de hombres fuertemente armados y encapuchados, el cual sometió al personal y sustrajo los dos cuerpos de las instalaciones.

 

 

Por alguna razón que las autoridades no explicaron, a pesar de las preguntas de los reporteros, el robo se reportó hasta las 8:05 de la mañana, más de seis horas después de ocurrido. Hasta la fecha el caso no está aclarado.

 

 

El Marro la libra con narcobloqueos

 

 

Apenas el pasado 5 de marzo, en Santa Rosa de Lima, Guanajuato, se corrió la versión que el Gobierno federal había lanzado un operativo de captura contra José Antonio Yépez en su propia casa, en el corazón del municipio de Villagrán, región huachicolera que le ha reportado millones de ganancias a este grupo criminal.

 

 

Fue a las doce de la noche cuando elementos de las Fuerzas Navales, Militares y de la Policía Federal tendieron un cerco en Villagrán y Juventino Rosas, pero la reacción de la gente de El Marro no se dejó esperar. De inmediato inició una movilización con el fin de evitar que las autoridades concretaran el operativo de captura.

 

 

En esa ocasión, se contaron 24 vehículos usados para bloquear la carretera Salamanca-Querétaro, a la altura de Juventino Rosas. Las unidades ardieron en la madrugada. Los tramos carreteros cortados además fueron hacia Celaya y hacia Comonfort y Salvatierra.

 

 

En Santa Rosa de Lima por lo menos una decena de unidades fueron quemadas con bombas molotov. No se reportaron enfrentamientos. Al final de la jornada de incendios y bloqueos, las fuerzas armadas lograron entrar a la comunidad y catearon varias propiedades relacionadas con José Antonio Yépez y su gente.

 

 

Debido a estos hechos, las autoridades estatales ordenaron la suspensión de clases. Al final, el caos violento que se generó en esta comunidad sirvió como distractor, pues El Marro no fue encontrado y hasta la fecha permanece en libertad.

 

 

El Marro ha sido uno de los criminales que ha mandado amenazar al presidente López Obrador, al colocar narcomantas en donde se hablaba de ir en su contra al combatir al huachicoleo.

 

 

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