Si hay un territorio en donde la facción del Cártel de Sinaloa que controla “El Mayo” Zambada se enfrascó en una lucha de baja intensidad contra el Cártel Jalisco Nueva Generación que de pronto se volvió un volcán en erupción, ese territorio es Zacatecas, cuna de uno de los cacicazgos transexenales más antiguos de la izquierda rancia representada por los Monreal. El fin de semana del viernes 26 al domingo 28 de agosto, una serie de enfrentamientos y bloqueos con vehículos incendiados reeditaron la violencia de semanas atrás en ciudades como Zapopan, Salamanca, Juárez y Tijuana. En Zacatecas Las Flechas del Mayo se estancaron en contra del avance de las huestes jaliscienses, dejando a la sociedad como rehén de la carnicería.
Por Santiago Rentería.
El municipio de Fresnillo, gobernado por Saúl Monreal Ávila, hermano del presidenciable Ricardo Monreal, fue el epicentro de la violencia que hizo recordar lo vivido hace apenas unas semanas en cuatro ciudades importantes donde el Cártel Jalisco Nueva Generación se lanzó en contra de la población civil en represalias por operativos federales en contra de importantes cabecillas.
De acuerdo con la narrativa de medios, del gobierno federal y estatal zacatecano, que hace maromas para tratar de minimizar con saliva lo que no puede en los hechos, todo comenzó la noche del viernes 26 de agosto pasado, luego de una serie de enfrentamientos entre sicarios leales a Sinaloa y pistoleros de El Mencho, que terminó cuando al parecer estos últimos trataron de cortar las redes de comunicación.
La información fue confusa, se dijo que desde la noche comenzaron a tomar vehículos, sobre todo tráileres, para atravesarlos en las carreteras camino a Fresnillo, y así comenzar un cerco criminal contra este municipio dirigido por uno de los Monreal.
El fuego duró toda la madrugada, sin que existiera una versión oficial por parte del gobernador David Monreal, otro del clan que ahora busca presionar para continuar en el proyecto de Andrés Manuel López Obrador
Al existir un vacío de autoridad, los alcaldes de municipios que circundan Fresnillo fueron quienes en sus cuentas de redes sociales comenzaron a alertar a la población de no usar las carreteras. Pidieron a los ciudadanos de Valparaíso, Sombrerete y Jerez no salir de sus casas ante reportes de tomas de vialidades.
Eleuterio Ramos Leal, alcalde de Valparaíso, recomendó a los habitantes de su municipio “permanecer en sus casas, salir solo en caso muy necesario y evitar transitar por carreteras”. Señaló que se viven “escenas violentas en diversos puntos, con enfrentamientos entre grupos civiles armados”.
A su vez, Alan Murillo Murillo, presidente municipal de Sombrerete, se unió a la petición de no viajar hacia la capital del estado o al municipio de Fresnillo. “...y si lo hacen, extremar precauciones”.
En tanto, el ayuntamiento de Jerez, a través de un comunicado, pidió a sus habitantes “evitar viajar a los municipios que sí se encuentran afectados, ya que las autoridades de los tres órdenes de gobiernos están tomando medidas de seguridad en estos momentos”.
GOBIERNO MANDÓ “ABRAZOS”
Mientras las denuncias se multiplicaban en las redes sociales, el gobierno empezó a decir el sábado a mediodía que la situación estaba controlada y hasta presumió que no había reportes de personas asesinadas.
“Hemos reforzado la seguridad y hasta el momento la situación está controlada. En ninguno de estos hechos se reportaron personas lesionadas o sin vida”, señaló el general Adolfo Marín, el secretario estatal de Seguridad Pública.
El recuento que comenzó el sábado 20 fue que los bloqueos ocurrieron solamente en cinco puntos carreteros, como la carretera federal 54, de Zacatecas a Villanueva, la carretera federal 45, en Fresnillo, y la carretera estatal 23.
El domingo, el alcalde de este último municipio, Saúl Monreal Ávila, exigió a las autoridades federales y a su hermano, David Monreal, mayor seguridad y resguardo para los ciudadanos de la entidad, así como informar sobre la situación, a fin de brindar certeza a la población “que queda secuestrada en la desinformación y en la incertidumbre”.
LA GUERRA DURA DOS AÑOS
La guerra entre el Cártel de Sinaloa y el de Jalisco comenzó en el 2020, poco después de que David Monreal asumiera la gubernatura del estado, concretándose otro sexenio de dominio de esta familia.
De manera histórica, este estado era territorio del Cártel del Golfo, pero después pasó al control de Los Zetas cuando ocurrió la escisión.
Con el tiempo Los Zetas fueron diezmados y comenzó el ingresó del CJNG, pero justo al iniciar el gobierno de Morena, entraron los de Sinaloa a presentar batalla.
Entonces surgió una célula de sicarios que se autoproclamó como Las Flechas del Mayo Zambada, y desde ese momento la violencia escaló a niveles inesperados. Masacres, bloqueos y desapariciones se multiplicaron en la geografía estatal, hasta que al seno de la Mesa de Seguridad del gobierno federal se llegó al análisis de que ambos grupos criminales se peleaban el territorio estratégico.
Al estar en medio de rutas de trasiego y producción, Zacatecas abre una nueva frontera hacia Estados Unidos al colindar con Durango, estado que confluye en el Triángulo Dorado.
También se trata de una entidad que colinda con nueve entidades más y está atravesada por importantes vías, incluido un tramo de la Autopista Panamericana, que conecta a Centroamérica con la frontera con Estados Unidos, y la Carretera Federal 54, nexo de Manzanillo, Colima, el puerto con mayor tráfico de México, y la frontera estadounidense con Tamaulipas.
Es decir, tanto para El Mencho como para los de Sinaloa y sus aliados, se trata de un lugar que se integra a la geografía del narcotráfico. No sólo Zacatecas empezó a convertirse en un sitio de violencia –de hecho, la Sedena contabilizó a mediados de año más de dos mil 500 homicidios desde el inicio del sexenio de López Obrador en este territorio– sino que también han salido afectados otros lugares que antes eran tranquilos, como San Luis Potosí.
Con todo y el plan Zacatecas II, el gobierno federal no ha logrado aplacar la escalada que ya lleva dos años dejando consecuencias funestas en la región.
Tras los bloqueos del fin de semana, en el que solamente se reportó una persona asesinada, las escuelas y universidades se fueron a una especie de toque de queda voluntario al suspender las clases por temor a un rebrote, y el comercio también reportó bajas.
LA DEFENSA DE AMLO
El martes en que el gobierno de Monreal intentó hacer control de daños al afirmar que ya todo estaba superado, sin bajas civiles ni inocentes, el presidente López Obrador aseguró que los hechos violentos en Zacatecas y otros puntos del país, eran propaganda ante las detenciones de capos y operadores.
En el caso de Zacatecas señaló que hay dos grupos que se enfrentan en la región y que cada que hay alguna detención importante, realizan quemas de vehículos y bloqueos, como una estrategia de propaganda, pero nosotros “vamos a seguir garantizando la paz, la tranquilidad, ahí está la Guardia Nacional, es de los estados más atendidos por el Ejército y tenemos un plan en Zacatecas especial por estos enfrentamientos”.
Aseguró que los hechos violentos “se han ido controlando poco a poco” y destacó que “ha habido muchas detenciones” al tiempo que informó que el viernes 9 de septiembre irá a Zacatecas en donde se realizará la reunión de Seguridad.
Al final de la semana, como en la mayoría de los casos donde el crimen organizado toma ciudades y hace bloqueos, lo de Zacatecas comenzó a diluirse en las noticias cotidianas de un país lacerado por la violencia.