Pescadores náufragos de Dautillos: perdidos en la precariedad
lunes, 26 de abril de 2021
Pescadores náufragos de Dautillos: perdidos en la precariedad
 

ESTE REPORTAJE FUE PUBLICADO EN NUESTRA EDICIÓN IMPRESA 309 


Hijos del mar, pero también de la necesidad, de ese campo pesquero asolado por las tormentas y los malos gobiernos que sólo llevan promesas y eximios apoyos, los cuatro pescadores, todos jóvenes, se debaten en la gran encrucijada de sus vidas, mientras en tierra, sus humildes familias rezan, esperan, sueñan con volverlos a ver porque saben que están a contra reloj. Con dos de ellos fallecidos, el margen para las esperanzas se achica.

 

Por Santiago Rentería.

 

Cada que pasa una panga, por un momento, se cree que puedan traer buenas noticias, pero tan pronto como los pescadores atracan, sus rostros cansados delatan que una semana después de perderse en el mar, los cuatro jóvenes que partieron el jueves 8 de abril, no han sido encontrados.

 

De manera inesperada, en las horas del miércoles por la tarde, el margen para las esperanzas se estrechó luego que una embarcación de rescate de la Marina que partió del puerto de Topolobampo, avistó dos cadáveres en el agua.

 

Al principio se intentó creer que no eran de dos de los pescadores dautillenses, pero por la noche familiares acreditaron la identidad a través de la Fiscalía General del Estado.

 

Protección Civil de Sinaloa, a cargo de Francisco Vega Meza, salió a declarar que desafortunadamente los cuerpos eran de Sinuhé Guadalupe y de Francisco. La búsqueda de Miguel Ángel y de Jesús David, el capitán de la panga y el menor de edad, respectivamente, continuaría hasta ser localizados.

 

En Dautillos, la noticia de que los dos cuerpos encontrados flotando frente a la Bahía de Navachiste, del lado de Topolobampo, eran dos de los cuatro jóvenes, cayó como un mazo que hizo trizas la espera de buenas noticias.

 

“Son ellos, son ellos”, señalaron en redes sociales.

 

Nadie se resignaba a no volverlos a ver.

 

Ahora, son otros dos los que viajan a la deriva, entregados a la corriente donde se juntan el Pacífico con el Mar de Cortés, pueden estar en cualquier parte.

 

Este último día de búsqueda, las brigadas otearon en las islas cercanas para ver si la embarcación de los cuatro terminó encallando.

 

Pero nadie los ha visto a los otros dos en ese inmenso mar. Por el momento, de acuerdo con Protección Civil, en la búsqueda de los dos jóvenes, se mantendrá con la Marina y lanchas de pescadores, así como el helicóptero y la avioneta.

 

También están al tanto los radares en Baja California Sur y Sonora, pues con vientos y al garete, las corrientes marinas suelen ser muy traicioneras y lo llevan a uno a cualquier rumbo.

 

Al cierre de esta edición, familiares seguían sin noticias de los dos pescadores que permanecían sin aparecer.

 

Aferrarse a la esperanza

 

Evelia es madre de Miguel Ángel, “El Propelías”. De su padre no sólo heredó el apodo y el nombre, pues a él le llaman “El Propelas”, también heredó el mar que corre por sus venas. A sus 32 años, “El Propelías” es el capitán de la panga que salió para atrapar tiburones y ya no regresó. Con él iban otros tres tripulantes: José Francisco, de 23 años; Sinuhé, de la misma edad y Jesús David, de 17 años.

 

Su familia se aferra a la idea de que Miguel Ángel cuenta con la experiencia suficiente de muchos años para pasar este trago amargo de saberse extraviado en el mar.

 

"Él nació en el mar, lo conoce bien, lo lleva en la sangre, desde los seis meses de nacido ya lo llevábamos en una caja a pescar", cuenta uno de sus tíos, un pescador veterano que no lo ha dejado de buscar.

 

Evelia está sentada bajo un enorme árbol que ha creció frente a la Bahía principal. Dice que le da vuelta a la esperanza, la estira y se aferra a ella, pero no deja que el llanto acumulado de estas noches sin dormir, le brote en los ojos, turbios del desvelo y la preocupación.

 

Cuenta que no se moverá de aquí, hasta no saber noticias de Miguel Ángel, a quien en casa lo esperan dos hijos pequeños, una esposa y la precariedad de una vida entera de pescador mal pagado que tiene que hacerla de otros oficios para salir adelante.

 

 “No me he movido de aquí, y no me voy a mover hasta saber que regresó bien”, dice.

 

Según los testimonios, los cuatro salieron de la pescadería Franjamar en una panga de 27 pues, Iban a aprovechar las últimas semanas de la pesca del tiburón, pues la veda comienza en mayo. Se dirigían a unos 50 ó 70 kilómetros adentrados en las aguas.

 

La panga de ellos era una de las más de 40 que se amontonan en la bahía del Campo Pesquero de Dautillos, y que, en esta época, y hasta mayo próximo, se lanzan al mar abierto en busca de los escualos.

 

En estos meses era la pesca de tiburón, pero lo mismo buscan robalos que pargos; camarón cuando hace buen tiempo. Y si no hay nada que pescar, los hombres marchan a las obras, en Navolato, en Culiacán, en donde puedan entregar su mano de obra a cabo de un salario mínimo.

 

“De aquí se despidieron como a las dos de la tarde del jueves, Miguel Ángel era el capitán, él tiene mucha experiencia, se puede decir que nació en el mar”, cuenta Panchito, dueño de la pescadería que esta mañana recibe un montón de tiburones pequeños.

 

En abandono

 

Todos en el pueblo pesquero saben del caso y mientras esperan buenas noticias, cuentan otras historias. Don Borja, un veterano pescador de 62 años, dice que él naufragó por cuatro días en 2013, y que desde entonces no quiere volver a repetir la experiencia.

 

“Aquí el gobierno nos tiene abandonados, pero eso sí, ahora quieren que votemos por ellos de nuevo”, sentencia, sobre todo porque esta mañana arribó una brigada de un candidato en campaña.

 

Para nadie es tiempo de elecciones. Aquí quieren ver resultados, que los cuatro muchachos estén de vuelta. “No queremos políticos aquí, queremos que los busquen y los hallen”, suelta una de las mujeres que acompaña a Evelia.

 

Evelia muestra una foto del rostro moreno de su hijo.

 

“Yo sé que está vivo y los otros también, él conoce muy bien el mar”, refiere.

 

“El Propelías” ya era pescador desde antes de nacer. Cuando tenía seis meses, su padre y sus tíos se lo llevaban en una caja en la panga. Eso cuenta su tío Jesús Gabriel, quien arribó a la bahía a eso de las 2 de la tarde, sin noticias de su sobrino.

 

Mar indómito

 

“Desde hace tres días he salido a buscarlo”, comenta Jesús Gabriel al bajarse de la panga. Cuenta que han avanzado hasta 70 kilómetros mar adentro y nada, ni un rastro de los muchachos.

 

“No hemos hallado ningún rastro, ninguna tambulaca, ninguna otra cosa, por eso pensamos que deben ir al garete”, precisa.

 

El domingo, unos pescadores localizaron dos bolsas con cobijas y se cree que sean de ellos, sin embargo, para Jesús Gabriel, este indicio no es definitorio.

 

“Yo no sé si es de ellos, a muchos de nosotros se nos caen ese tipo de cosas y las dejamos irse”, explica.

 

Dice que él no dejará de buscar a su sobrino y a los otros jóvenes, porque además de llevar su sangre, el pacto del pescador es irrompible: no dejamos que uno de los nuestros se quede al garete.

 

Jesús Gabriel es quien ha dicho que el motor de la panga pudo averiarse, pues un día antes de zarpar, escuchó un ruidito extraño.

 

“Pasa muy seguido que los motores ya no jalen, a mí me ha pasado, pero llevo mi radio y van en mi apoyo”.

 

Con drones y rápidas

 

“Queremos que el gobierno y la Marina lance los drones, como bien cuando alguien lleva drones rápido los ubican”, señala Jesús Gabriel.

 

Por la tarde del 12 de abril, cuando por fin regresó el helicóptero de la búsqueda infructuosa, familiares y decenas de pobladores de Dautillos acudieron a la Capitanía de Puerto en Altata, a un lado del malecón, y armaron una protesta.

 

Exigieron que la Marina salga con sus lanchas rápidas con radar para peinar toda el área en donde pudieran localizarlos. De acuerdo con algunos pescadores, las personas en una embarcación pueden sobrevivir hasta siete días, por lo que cada hora se complica el panorama para los extraviados.

 

Al día siguiente, el martes 13, partieron quince embarcaciones a búsqueda, pero volvieron por la tarde sin tener noticias de ellos. El miércoles repitieron la operación, sin indicios alentadores, pero la Marina fue la que encontró a Sinuhé y Francisco ya fallecidos.

 

Se extiende a Sonora y BCS

 

Argelia, hermana de uno de los pescadores, indicó que aún continúan con fe y esperanza, ya que en la búsqueda no se ha encontrado rastros de la embarcación, lo que los hace pensar que pudieran estar varados en alguna isla.

 

“Pues nosotros todavía tenemos la esperanza porque no se han encontrado ni las tambulacas flotando ni nada”, expuso.

 

Señaló que han sabido de casos, donde pescadores se han extraviado en altamar y han aparecido después de quince días con vida, y esperan que sus familiares corran con la misma suerte.

 

El director del Instituto Estatal de Protección Civil, Juan Francisco Vega Meza, informó que en la búsqueda están elementos de la Marina con una aeronave, tres embarcaciones, Gobierno del Estado con un helicóptero y pescadores con más diez 10 pangas.

 

“En uno de los recorridos aéreos se visualizaron algunas herramientas, principalmente de tambos de combustible, etcétera, que se pudiera presumir que pudieran ser de ellos, no necesariamente son de ellos, pero es lo único que hemos visto”, añadió.

 

Vega Meza mencionó que la búsqueda se está realizando de las costas de Sinaloa hasta Baja California Sur y Sonora, y que ahora que aparecieron los dos, se enfocarán al área de Guasave y Topolobampo.

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