Narco Covid: Los capos bajo asedio del Covid-19
miércoles, 10 de febrero de 2021
Narco Covid: Los capos bajo asedio del Covid-19
 

 

 

El Covid-19 alcanza a “todo mundo”, y los integrantes del crimen organizado, no son la excepción. En Sinaloa ya suman por lo menos tres personajes de alto perfil que han fallecido debido a las complicaciones que genera el virus en el organismo. Se trata de Jesús René Rodríguez Madueñas, alias El Rino, así como Mauricio Gastélum y Juan José Esparragoza Monzón, El Negro. Estos son los casos más notables, pero de acuerdo con informes de seguridad, más miembros del Cártel de Sinaloa y sus familias se han enfermado y repuesto de este virus que lleva casi un año asediando al mundo y que, según las cifras oficiales, ha provocado alrededor de 160 mil muertes en nuestro país. De hecho, en la organización criminal se señala que personajes como Rafael Caro Quintero e Ismael El Mayo Zambada García han reforzado su cinturón de seguridad con medidas de aislamiento para evitar contagiarse, debido a que su edad los sitúa en los grupos vulnerables del coronavirus.

 

 

 

Por Redacción Deprimera Noticias

 

 

 

Justo a las 12 de la noche del martes 19 de enero, Juan José Esparragoza Monzón, alias El Negro o El Azulito, habría festejado sus 49 años de vida, si no hubiera sido porque el Covid-19 le venció durante la madrugada del domingo 17, cuando se encontraba hospitalizado en una clínica particular de la colonia Chapultepec.

 

 

Juan José había permanecido internado varias semanas en este hospital privado, bajo cuidados intensivos debido a que, a su edad, aunque no pertenecía al grupo de las personas sumamente vulnerable, se le complicó la salud.

 

 

Durante todo el domingo la noticia fue guardada con sigilo, el personal de la clínica lo tenía registrado con un nombre falso, por eso pasó desapercibido para las autoridades. Para nadie era ajeno que Esparragoza Monzón era buscado por la Fiscalía General de la República y que estaba en la lista de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos, la cual vio frustrada su intención de extraditarlo a la Corte Federal del Distrito Central de California cuando se fugó de la prisión de Aguaruto en marzo de 2017, luego de realizar una fiesta ostentosa y obsequiosa a los reos de su módulo con los que convivió apenas mes y medio tras su captura.

 

 

Pero la noticia de su muerte “tronó” en las redes sociales cuando su cuerpo llegó a la funeraria Moreh, y ahí sí se reveló su verdadera identidad: Juan José Esparragoza Monzón, 48 años. Muerto de Covid-19 en la clínica CEMSI tras semanas de luchar contra el virus mortal.

 

 


Al regarse esta información, los medios digitales comenzaron a hacer eco de su deceso por la noche, y fue cuando agentes de la Fiscalía General de la República (FGR), delegación Sinaloa, acudieron a la funeraria para acreditar que fuera en verdad Esparragoza Monzón, uno de la “lista de los más buscados”, quien estaba tendido en su féretro. Según personal, se le tomaron huellas dactilográficas al cadáver e imágenes del rostro con los cuidados del caso debido a que falleció de Covid-19.

 

 

Durante la madrugada del lunes 18, familiares decidieron cambiar el cuerpo a la funeraria San Martín de Montebello, ubicada en una zona exclusiva de la ciudad, para tener más comodidad y espacio para quienes acudieron al velatorio.

 

 

De hecho, desde la noche comenzaron a llegar las suntuosas coronas de entre 500 y mil rosas de parte de sus amigos y capos del narcotráfico.

 

 

SU PADRINO CARO

 

 

Fueron tantas coronas que no se tuvo el espacio para tenerlas adentro de la funeraria. Uno de los suntuosos arreglos que más llamó la atención fue la que envió Rafael Caro Quintero, alias “Narco de Narcos”, quien además era padrino de Juanjo, como le decían de cariño a El Negro.

 

 

“De tu padrino Rafael C. Q.”, decía el listón en color negro que rodeaba el gran arreglo floral.

 

 

Caro Quintero fue amigo personal de Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, padre de El Negro. Tanto los Caro como los Esparragoza son originarios de Badiraguato, siendo los primeros de la comunidad de La Noria y Babunica, y los segundos de Huixiopa, camino hacia La Palma y La Tuna.

 

 

El estacionamiento de la casa funeraria fue abarrotado por decenas de coronas dedicadas por varios capos que se encuentran en la lista de los más buscados, entre ellos los hermanos Alfonso y René Arzate García, mejor conocidos como El Aquiles y La Rana, ambos oriundos de Tijuana y socios de Juan José.

 

 

Aunque no fue fotografiada por los asistentes, también se mencionó que se vieron coronas enviadas por Ismael El Mayo Zambada García. De hecho, cuando las imágenes comenzaron a circular en las redes sociales, empleados de la funeraria donde era velado comenzaron a retirar las cintas donde se leían los nombres y las dedicatorias a Juan José.

 

 

 

DETENCIÓN Y FUGA

 

 

Conocido también como El Azulito, Esparragoza Monzón fue detenido a fines de enero de 2017 en un domicilio de la colonia Las Quintas, luego de festejarse sus primeros 45 años de vida.



 

 

La operación fue por parte de la División Antidrogas de la Policía Federal, y se realizó en el más absoluto sigilo. Tanto así, que la detención pasó desapercibida en Culiacán y fue hasta que la entonces PGR dio a conocer el arresto en que los medios nacionales informaron el caso.

 

 

Debido a un amparo que interpuso de manera inmediata, El Azulito logró que no fuera enviado a un penal de máxima seguridad y se quedó en la penitenciaria local de Culiacán.

 

 

Recluido en el penal de Aguaruto, se fugó semanas más tarde, en marzo, junto con otros reos de alto nivel del Cártel de Sinaloa, en medio de la guerra sangrienta que se disputaban los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán con Dámaso López Núñez, El Licenciado.

 

 

Junto con Esparragoza escapó Rafael Guadalupe Félix Núñez, el Changuito Ántrax; Francisco Javier Zazueta Rosales, Pancho Chimal y Alfonso Limón Sánchez, El Poncho Limón. De los cinco fugados, Pancho Chimal fue abatido por personal de la Marina a los meses en un punto de Tepuche y Badiraguato, en un operativo poco claro que solamente se boletinó por parte de la Armada de México.

 

 

Además, la Fiscalía General de la República nunca esclareció cómo se fugaron los cinco reos de alto perfil de la organización sinaloense. No hubo personal penitenciario sancionado. Y es que se estableció que Juan José y sus amigos realizaron una fiesta que incluyó botellas finas de alcohol y prostitutas que pasaron gracias al poder del dinero que se repartió entre los jefes de custodios.

 

 

Desde su fuga, se sabía que El Azulito se había integrado de nueva cuenta a sus actividades que venía realizando, y que por ello tenía una ficha de captura de la DEA para ser trasladado por lo menos a la Corte Federal del Distrito de Texas y al Distrito Central de California.

 

 

Su padre, Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, murió en condiciones por demás misteriosas en mayo de 2014, luego de sufrir un accidente y permanecer convaleciente en un hospital privado de Guadalajara, Jalisco. Hasta la fecha, su deceso tampoco fue confirmado cien por ciento por las autoridades federales.

 

 

LA MUERTE DE MAURICIO

 

 

Una de las muertes de un integrante de alto perfil de la mafia sinaloense que pasó desapercibida fue la de Mauricio Gastélum, un hombre de bajo perfil que acumuló riqueza y poder en el mundo del lavado de dinero.

 

 

Fue el 4 de diciembre de 2020 cuando Gastélum murió de Covid-19 y su cuerpo fue velado también en la funeraria San Martín de Montebello, en una ceremonia luctuosa llena de discreción.

 

 

Al igual que Juan José, Mauricio estuvo hospitalizado por las complicaciones que provoca el Covid-19, hasta que su organismo no resistió. De acuerdo con personal de la funeraria, la familia compró el ataúd chapeado en oro que reserva la empresa para los personajes más ilustres, pues tiene un costo de mercado cercano al millón de pesos.

 

 

De él poco se sabe. A lo sumo siempre se le relacionó con los hermanos Gastélum Serrano de la sindicatura de Eldorado, sobre todo con César, a quien según la PGR le apodan La Señora. Sin embargo, desde la detención de un Mauricio Gastélum en Mazatlán en junio de 2015, este apelativo se convirtió en un misterio.

 

 

En cambio, de los Gastélum Serrano se tiene información pública pues desde hace años fueron fichados por el Departamento del Tesoro estadounidense.

 

 

Según los datos de la ficha, el 23 de diciembre de 2014 esta dependencia gringa a través de su Oficina para el Control de Bienes Extranjeros (OFAC), emitió su lista negra situando a los cinco hermanos como personajes de alto nivel en el cártel de Sinaloa de la facción de Ismael El Mayo Zambada.

 

 

Se trata de los hermanos: Alfredo, Jaime, Guadalupe Candelario, Francisco Javier, y el líder: César Gastélum Serrano, quien era el blanco principal de la Agencia Antidrogas.

 

 

La información que entonces dio a conocer la agencia de seguridad gringa fue que César tenía 47 años de edad, era semicalvo y además se le atribuía que manejaba un nivel alto de violencia.

 

 

En aquel momento César Gastélum mantenía el control del narco en Centroamérica, principalmente en Honduras, por donde “pasaba más de 100 toneladas de cocaína al año”. Con la mira puesta en su cabeza, la Secretaría de Marina y la Policía Federal realizaron un operativo en la ciudad de Cancún, Quintana Roo, en abril de 2015, logrando detener a La Señora.

 

 

Posteriormente tras años de litigio fue extraditado a los Estados Unidos, en donde se encuentra en prisión. Se estableció que fue uno de los que aportaron datos en el juicio del Chapo Guzmán, aunque no fue uno de los testigos cooperantes del Departamento de Justicia.

 

 

EL FULMINANTE DECESO DE “EL RINO”

 

 

Uno de los primeros integrantes del crimen organizado que falleció por Covid-19 fue Jesús René Rodríguez Madueñas, alias El Rino, quien, de acuerdo con la Fiscalía General de la República, fue uno de los jefes de pistoleros involucrados en la emboscada al Ejército ocurrida en septiembre de 2016 en la salida norte de Culiacán.

 

 

Capturado unos meses más tarde por la Marina en un domicilio del sector Barrancos, fue recluido en el penal de Aguaruto. De hecho, aunque las autoridades federales y locales pugnen siempre por enviar a estos personajes de alto perfil a penales de máxima seguridad, el sistema penal acusatorio lo impide debido a que por ley un imputado debe llevar su proceso en la ciudad donde fue arrestado y solamente por orden de un juez puede ser movido de penal.

 

 

El Rino comenzó a presentar síntomas de coronavirus mientras se encontraba recluido en el penal. Cuando su estado de salud se agravó, su familia directa comenzó a gestionar su salida de este para ser internado en un hospital, pero en un principio las autoridades penitenciarias se lo negaron.

 

 

Fue hasta que la familia empezó a protestar, en que los medios hicieron eco de la situación de gravedad del ex jefe de pistoleros de Los Chapitos, por lo que fue sacado en una ambulancia del penal directo al Hospital General de Culiacán.

 

 

Allí permaneció unos días hasta que fue trasladado a una clínica privada. Con los días su situación no mejoró hasta que los médicos se vieron en la necesidad de intubarlo. Fue a principios de septiembre de 2020, tras un mes de permanecer hospitalizado, que Jesús René falleció. No resistió más el paso brutal del virus por su organismo.

 

 

El Rino fue identificado por la Fiscalía General como uno de los líderes de la emboscada a un convoy militar que transportaba a un herido, identificado como Kevin “N”, de Badiraguato, en el cual perdieron la vida seis elementos del ejército.

 

 

Elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Agencia de Investigación Criminal detuvieron a Jesús René “R” en junio de 2017. Fue identificado como una pieza importante en la estructura del cártel liderado por Joaquín El Chapo Guzmán, específicamente de la fracción encabezada por los hijos de éste.

 

 

De 43 años, fue capturado el 9 de junio de 2017 en Culiacán, Sinaloa, junto con otras dos personas. Se les decomisó un arma larga, dos kilogramos y 15 dosis de la droga conocida como cristal, 20 dosis de metanfetaminas, y 30 de cocaína.

 

 

CUIDADOS MAYORES

 

 


Según datos que se han filtrado de integrantes del crimen organizado, los capos más viejos del Cártel han extremado cuidados en torno a su persona debido a la pandemia de Covid-19.

 

 

Entre ellos están Rafael Caro Quintero e Ismael Zambada García, quienes, aunque por su perfil siempre se rodean de poca gente, se habla de que han reforzado su círculo para evitar que, además de que se les filtre la ubicación de su paradero, también buscan no contagiarse del mortal coronavirus.

 

 

Ambos capos son de los más antiguos en Sinaloa. Si sus fichas son correctas, el Señor del Sombrero nació en el año 1948, es decir, este 2021 está por arribar a los 73 años.

 

 

En cambio, Caro Quintero tiene 68 años, siendo más joven que El Mayo Zambada por lo menos 4 años, ya que es del año 1952. La diferencia entre ambos capos es que Rafael comenzó muy joven en el negocio del narco e hizo una carrera meteórica al lado de Ernesto Fonseca Carrillo y Miguel Félix Gallardo.

 

 

Por su lado, El Mayo Zambada comenzó a operar de bajo perfil casi en la misma época de los 70, pero bajo el liderazgo de su cuñado Antonio Cruz, “Niko”, quien era un cubano que se convirtió en esposo de su hermana Modesta Zambada.

 

 

De esta manera, en la cumbre de sus carreras en el crimen, ambos capos extreman cuidados no solamente para evitar ser arrestados, sino para evadir el SARS-CoV-2 que no ha perdonado a nadie sobre la tierra.

 

 

 

 

 

 

 

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