Mini casinos clandestinos en Culiacán: negocio por donde corren las drogas y la muerte
martes, 3 de mayo de 2022
Mini casinos clandestinos en Culiacán: negocio por donde corren las drogas y la muerte
 


Les llaman “Las Jugadas”, pero se trata de pequeños mini casinos clandestinos, con maquinitas tragamonedas de fantasía, por donde corren las drogas y el alcohol. Hace años se les podía encontrar en la zona Centro de la ciudad, pero ahora se han multiplicado como hongos en las colonias populares y en las sindicaturas. Crecen imparables, centros de recreación que nunca cierran, que trabajan a doble o triple turno, en casas particulares que los vecinos conocen, pero que no se atreven a denunciar por la sencilla razón de que gozan de la protección policial. En los últimos meses, tres personas han sido asesinadas en estos establecimientos, uno en Costa Rica y dos en la ciudad de Culiacán, y aunque los casos son evidentes, no merecieron ninguna inspección, ninguna revisión por parte de quienes trabajan para hacer cumplir la ley.

 

 

Por Santiago Rentería.

 

 

La noche del 4 de abril, una llamada al servicio de emergencia 911 reportó el crimen de una persona en la puerta de un domicilio de la colonia Infonavit Barrancos, en el sector sur de Culiacán.

 

Al llegar elementos de la Policía Municipal, los primeros respondientes, encontraron a un hombre de poco más de 40 años tirado boca abajo, con heridas de arma de fuego, por lo que pidieron la asistencia de la Cruz Roja.

 

Pero ya era demasiado tarde: Juan Carlos ya se había echado su última jugada. Los datos de las autoridades indicaron que la víctima se encontraba en ese domicilio localizado por la calle Artículo 115, casi esquina con la avenida De los Empaques.

 

Juan Carlos tenía 43 años, era vecino de la colonia Buenos Aires, y aquella noche había acudido, como era habitual, a esa casa tipo dúplex habilitada como cuarto de maquinitas tragamonedas.

 

Un sórdido lugar que, como otros, pululan por varios sectores de la ciudad y pueblos circunvecinos. Los datos oficiales indican que fue a las 21.50 horas cuando Juan Carlos fue atacado a balazos por otro sujeto en el interior de esta Jugada.

 

Sobre el agresor no hubo datos, solamente que se marchó del sitio sin ser identificado. Los peritos que acudieron al domicilio encontraron varios casquillos para pistola calibre nueve milímetros.

 

Sin embargo, llamó la atención que la Fiscalía General del Estado no procedió a asegurar el establecimiento que opera como sala de maquinitas tragamonedas. Al día siguiente, todo volvió a la normalidad.

 

 

A salto de mata

 

 

El anterior crimen a este, ocurrió el 24 de octubre pasado cuando un joven de 24 años fue perseguido varios metros hasta terminar asesinado justo enfrente de las oficinas de la sindicatura de Costa Rica.

 

De acuerdo con datos de la Policía Municipal, la víctima fue identificada como Jesús Antonio, vecino de la colonia Benito Juárez Sur, El Batarete.

 

Fue durante la madrugada cuando el joven, también habitual de una jugada ubicada a la vuelta, y a pocas cuadras de la comandancia de la Policía Municipal, iba saliendo, pero ya lo estaba esperando un sicario armado.

 

Al verlo, Jesús Antonio corrió por un callejón que pasa por el billar El Toro Manchado, pero fue acribillado en la banqueta de la calle Principal de la comunidad.

 

Acto seguido, el agresor de marchó sin que nadie diera datos de su aspecto o vestimenta. Elementos policiacos arribaron para recabar datos y hacer el parte, sin que de nuevo se enfocaran en que la víctima acababa de salir del centro de juegos clandestino ubicado a unos metros.

 

 

Muerte en la colonia Renato

 

 


Días antes del asesinato de Jesús Antonio en Costa Rica, en la colonia Renato Vega Amador de Culiacán fue muerto a tiros otro joven en el interior de otra jugada ubicada sobre la avenida Los Sauces.

 

Los policías que acudieron al sitio, ubicado a la altura de la calle Tigre de este asentamiento popular, tampoco repararon en el mini casino rodeado de maquinitas tragamonedas.

 

En esta ocasión, la víctima no fue identificada en el lugar de los hechos, se estableció sin embargo que se trataba de un joven de 25 a 30 años, cuyo cuerpo fue encontrado sin vida en la pura entrada de la casa de juego.

 

La víctima viste un pantalón de mezclilla azul, playera negra y tenis del mismo color, y tras que los peritos de la Fiscalía realizaron las diligencias, como recoger casquillos y anotar datos e imágenes, trasladaron los restos al Servicio Médico Forense.

 

Al igual que en los anteriores casos, la Fiscalía no procedió ninguna actuación judicial contra el establecimiento, sin explicación alguna.

 

 

Puntos de la noche


 

 

Ubicados en puntos estratégicos, estas jugadas pasan desapercibidas no sólo cuando se ha cometido un crimen, sino que además su clandestinaje ayuda a no ser ubicadas fácilmente.

 

Hace unos meses, mientras la Guardia Nacional montaba un retén sobre un bulevar céntrico, ninguno de sus elementos vio que de un pequeño negocio entraban personas.

 

Eso sí, los guardias nacionales detenían a los automovilistas que transitaban por la vialidad, tan minuciosamente que no los dejaban partir si no revisaban la cajuela y asientos posteriores.

 

Estas jugadas fueron iniciando hace ya algunos años en Culiacán, sobre todo después de que las maquinitas tragamonedas comenzaron a ser criminalizadas por la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado.

 

 

Los operativos con Malova

 

 


En el año 2015, el gobierno de Mario López Valdez emprendió una batalla por eliminar el uso de estas maquinitas tragamonedas bajo el argumento de que operaban fuera de la legalidad.

 

Quien inició los operativos antimaquinitas fue la Unidad de Inspección y Vigilancia del Ayuntamiento de Culiacán, quien tenía como alcalde a Sergio Torres Félix, El Morrín.

 

Supuestamente los decomisos de estos aparatos, habituales en tienditas de barrio, tortillerías, cantinas y comercios, era para combatir la vagancia y el vicio entre los niños y jóvenes del municipio.

 

En ese momento las autoridades aseguraron que la medida no era un asunto recaudatorio, pues de manera constante se les estuvo informando a los propietarios de negocios que retiraran los aparatos, pero no lo hicieron.


“Aquí no se trata de multar o de andar clausurando por clausurar, sino que ya les avisamos con tiempo para que las retiraran, ya si ellos no hicieron caso, pues ahora sí se va a aplicar el reglamento y se van a decomisar las maquinitas de juegos de azar que están prohibidas, y se van a clausurar las de videojuegos”, señaló Martín Loredo, jefe de la Unidad de Inspección en aquel año.

A las maquinitas tragamonedas se les colocaron sellos de clausura y a los propietarios de éstas se les entregó un oficio donde se explicaba que, si alguna persona rompía el sello, sería objeto de acción penal en su contra.


Dijo que la finalidad de este operativo era poner orden, que este tipo de maquinitas del vicio no operen en abarrotes, farmacias, bares y cantinas, o que se ubiquen cerca de planteles educativos, sino que se instalen en lugares especiales.

Por su parte, el entonces procurador Marco Antonio Higuera Gómez encuadró la posesión de estas maquinitas tragamonedas en el delito de corrupción de menores, no de violación a la ley de juegos y sorteos.

 

Además de Inspección, la Procuraduría enviaba operativos con policías ministeriales que aseguraban las maquinitas y se las llevaban al relleno sanitario, en donde eran destruidas, claro, después de sacarles el dinero de su interior.

 

Sin embargo, los jefes del Cártel de Sinaloa, al darse cuenta que estas maquinitas generaban ganancias, las tomaron como suyas en los centros clandestinos que se han ido multiplicando.

 

Si es negocio, ahí está el Cártel, dijo un policía investigador que aportó información a este trabajo periodístico.


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