Historias de poder y muerte: El final trágico de uno de los Andrade
sábado, 14 de noviembre de 2020
Historias de poder y muerte: El final trágico de uno de los Andrade
 

 

Aunque la desaparición de los tres jóvenes de Las Quintas, en Culiacán, quedó impune y sus restos nunca aparecieron por ningún lado, veinticuatro años después, uno de los hijos menores del otrora poderoso empresario Rolando Andrade decidió “ponerse a salvo” de los designios de la vida, y la mañana del pasado 28 de octubre, mientras que por la capital del estado pasaba el primer frente frío de la temporada, decidió pegarse un balazo en el pecho que le segó la vida. Su muerte en la vieja mansión familiar, silenciosa la mayoría de las veces, provocó un tumulto de botas de policías, peritos y reflectores de los medios, los cuales horas más tarde informaron que el más joven de los Andrade, el único que llevaba el nombre del padre, se había suicidado.

 

 

 

Por Redacción De Primera Noticias.

 

 

 

Mientras Culiacán despertaba con el frescor que trajo el primer frente frío de la temporada, en la antigua residencia del extinto empresario sinaloense, Rolando Andrade, uno de sus hijos menores, del mismo nombre, tomaba una pistola del calibre .380 y se pegaba justo en la caja torácica, poniendo fin a sus 38 años de vida.

 

 

De acuerdo con personal forense, el joven presentó solamente un orificio de entrada y el arma de fuego fue encontrada a un lado del cuerpo, en una de las recámaras de la amplia mansión ubicada por el bulevar El Dorado, en la colonia Las Quintas.

 

 

De inmediato, la muerte violenta de Rolando volvió a remitir a una vieja herida que no desaparece, como sí lo hicieron tres jóvenes en el año de 1996, minutos después de abandonar la casona de los Andrade, tras tener un altercado con el hijo mayor de Rolando Andrade, Rommel.

 

 

Durante la mañana del pasado 28 de octubre, se difundió en las redes sociales la muerte del medio hermano de Yolanda Andrade, una conductora de televisión que se ha dedicado a explotar el sensacionalismo del espectáculo.

 

 

Se estableció que el cuerpo del menor de los Andrade fue encontrado por personal de servicio, de las pocas personas que habitaba de manera permanente la mansión silenciosa.

 

 

Fue a las nueve de la mañana del Día de San Judas Tadeo. Al llegar al sitio los policías confirmaron el deceso, por lo que llamaron al ministerio público. Familiares no informaron demasiado sobre el hecho. En los pasillos de la Fiscalía se llegó a comentar que el joven tenía problemas con las adicciones, y que es posible que una depresión lo llevara al suicidio.

 

 

Otra versión señala que en realidad la muerte del joven fue un accidente, puesto que durante esa mañana se encontraba limpiando la pistola cuando se le salió un tiro; sin embargo, el examen forense no sostuvo esta versión debido a la precisión del disparo en el pecho, cerca del corazón.

 

 

UN CASO QUE NO SE OLVIDA

 

 

En los años noventa, fue tanto el poder económico y empresarial que ostentaba Rolando Andrade padre, que hasta se sabía de manera pública que había financiado en parte la campaña del priista Renato Vega Alvarado a la gubernatura de Sinaloa.

 

 

Fue en la cúspide de ese poderío que las malas lenguas lo vinculaban con la familia, en que sucedió el caso de los primos, quienes 24 años después siguen desaparecidos.

 

 

Los tres jóvenes desaparecidos, primos entre ellos, eran Juan Emerio Hernández Argüelles, Abraham Hernández Picos y Jorge Cabada Hernández.

 

 

Los tres fueron desaparecidos un 30 de junio de 1996 luego de retirarse de la casa de los Andrade cuando tuvieron un altercado con Rommel Andrade, el mayor de los hijos del empresario.

 

 

Según los testimonios de la época, uno de los primos tenía de amiga a una de las chicas cercanas al clan Andrade, por lo que, al enterarse Rommel, figura de junior adinerado y prepotente, los echó de la fiesta en el estrépito de un pleito.

 

 

En la mansión la cosa no pasó a mayores. Los tres primos se retiraron y se enfilaron hacia la colonia La Campiña, pero en el camino, en una de esas calles del sector residencial, fueron interceptados por policías de custodia de la familia Andrade.

 

 

Las investigaciones oficiales señalaron que fueron agentes de protección quienes se los llevaron para nunca volver.

 

 

INVESTIGACIÓN BLOQUEADA

 

 

Cuando las familias de los tres primos comenzaron a tener indicios de la participación directa de los policías y de Rommel Andrade, organizaciones y medios comenzaron a presionar para que se abriera una verdadera investigación.

 

 

Plantones y protesta de los familiares incidieron en el ánimo de la sociedad, lo que obligó al gobierno de Renato Vega Alvarado a crear una Fiscalía especial para el caso de Las Quintas.

 

 

Desde un principio había testigos del altercado en esa casa de los Andrade, testigos que ningún ministerio público quería interrogar por involucrar a esta poderosa familia. Pero la investigación se hizo y cuando la historia impune comenzó a salir a flote, el gobernador Vega Alvarado presionó para dar carpetazo.

 

 

Un fiscal valiente encaró al procurador de la época y hasta el mismo gobernador, pues desentrañó, aunque con pocas evidencias, que los policías de protección se llevaron a los jóvenes en una patrulla de servicio para el rumbo de la presa El Varejonal.

 

 

Aunque nunca hubo pruebas concretas, se supo bajo trascendidos que los agentes habrían arrojado a la presa a los tres jóvenes. Sus restos nunca fueron encontrados y la verdad nunca ha sido revelada.

 

 

Lo cierto es que tanto Rommel como su padre, cuando la presión obligó a Renato Vega a concluir el caso, compraron un boleto para marchar a Estados Unidos, país que los acogió en los meses en que se libraron órdenes de aprehensión por la desaparición de los jóvenes.

 

 

Sin embargo, el poder económico de Rommel logró dar la batalla en los tribunales y nunca pisó la cárcel, por el contrario, permaneció lejos de los reflectores y de los juzgados.

 

 

Rolando Andrade padre fallecería años después de un infarto fulminante. Su hijo Rommel, hasta la fecha, no se le conoce paradero, pero continua con vida. Aunque la justicia no llegó y el crimen no fue esclarecido, el caso consumió tanto la energía de la familia que al final esta desaparición forzada se encadenó a la tragedia.

 

 

Ahí sobre el camellón del bulevar El Dorado, familiares de los tres primos desaparecidos cada año hacían protesta e incluso pedían a Yolanda Andrade, quien también migró a Ciudad de México y se hizo conductora, que los apoyara en esclarecer el caso. Sin embargo, la ayuda de la famosa conductora nunca llegó, ni una palabra de aliento.

 

 

De hecho, la ayuda no ha llegado de ningún lado y, por el contrario, la enfermedad y la muerte cerca a las familias de los tres chicos desaparecidos.

 

 

El pasado domingo 3 de agosto, la madre de Abraham, doña Norma Picos, falleció debido a una enfermedad terminal. También se recordó su incansable lucha que no abandonó hasta el último momento, sobre todo cada aniversario de cada año, hasta contar los últimas dos décadas y cuatro años más.

 

 

En diciembre de 2015, fue encontrado asesinado Luis Abraham Cabada, hermano de Jorge Cabada, otro de los jóvenes desaparecidos. Durante el sepelio, los padres de ambos recordaron toda la lucha que habían emprendido por encontrar al joven Cabada y tener un poco de justicia, tras quedar destrozados por el dolor de la pérdida.

 

 

A 24 años de este caso, la vieja mansión de los Andrade vuelve a ser una dramática noticia. Ahora por el dramático fin de uno de los Andrade, un apellido que todavía pesa en Sinaloa.

 

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