Guerra por la sucesión en el Cártel Jalisco Nueva Generación
viernes, 5 de febrero de 2021
Guerra por la sucesión en el Cártel Jalisco Nueva Generación
 

 

 

La lucha por la sucesión en el CJNG ha desatado guerras internas, escisión de células que buscan convertirse en organizaciones independientes y un aumento de la violencia entre los distintos liderazgos que buscan la aprobación de El Mencho para convertirse en el principal operador del que es considerado por la DEA como el cártel más grande y violento de México.  

 

 

Por Redacción De Primera Noticias.

 

 

 

Desde hace tiempo los cárteles de las drogas están migrando sus centros de gravedad hacia liderazgos alternos, emergentes o diversos, lo que ha contribuido a que en algunas zonas de México la violencia se recrudezca a los mismos niveles que se registraban en los peores años de la Guerra contra el narco.

 

 

Este proceso, señalan analistas en temas de seguridad, se está percibiendo en todas las organizaciones criminales, incluyendo el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación. En este último, la lucha por la sucesión o por convertirse en el segundo al mando, debajo de Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, ha propiciado enfrentamientos entre facciones y líderes regionales, lo que ha incrementado la violencia en estados como Jalisco, Guanajuato, Michoacán y Colima.

 

 

Desde 2019, cuando comenzó a correrse el rumor de que El Mencho tenía una enfermedad renal que lo había obligado a atrincherarse en la comunidad de El Alcihuatl, municipio de Villa Purificación, donde incluso mando construir su propia clínica particular para que le hicieran las diálisis que necesitaba a diario, las distintas facciones comenzaron a apuntarse para encabezar la sucesión del CJNG.

 

 

Los dos hijos reconocidos de El Mencho han estado involucrados en la operatividad del cártel, tanto en el lavado de dinero como en el tráfico de drogas, pero aunque ellos eran los sucesores naturales, tanto Rubén Oseguera González, El Menchito, como Jéssica Johanna Oseguera González, La Negra, están presos en Estados Unidos y es probable que las sentencias que reciban cada uno supere los 20 años de prisión.

 

 

En ese panorama, El Mencho ha tenido que delegar responsabilidades en dos personajes que se han alzado como sus dos principales operadores, los que a fuerza de ejercer la violencia, el terror y el sometimiento, buscan convertirse en el favorito del capo, en su mano derecha y, eventualmente, si no logra recuperarse para volver a ejercer el mando, en su sucesor.

 

 

Se trata de Hugo Gonzalo Mendoza Gaytán, El Rey Sapo o El Sapo, actual jefe de plaza del CJNG en Puerto Vallarta, y de Juan Carlos Valencia, El 0 30, hijo adoptivo de El Mencho, quien considera que por ser el único y último familiar que queda dentro de la estructura del cártel debe ser el sucesor natural.

 

 

“El Rey Sapo” es un michoacano de 34 años de edad, originario de Apatzingán, Michoacán, incluido por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos en la estructura principal del cártel, por debajo de El Mencho y de Abigael González Valencia, “El Cuini”, actualmente preso en el penal del Altiplano, en el Estado de México.

 

 

“El Sapo” ha sido hombre de todas las confianzas de Oseguera Cervantes. Se le atribuye la creación de las llamadas “Escuelas del terror del CJNG”. Una de sus tareas ha sido el reclutamiento de hombres jóvenes para convertirlos en sicarios, narcomenudistas, extorsionadores o secuestradores.

 

 

A “El Sapo” se le atribuye también la expansión del cartel hacia Michoacán y Guanajuato mediante el sometimiento de las estructuras criminales locales. Las masacres de Uruapan e Irapuato de 2019, que dejaron decenas de muertos en comunidades defendidas por las autodefensas o por los grupos criminales, son de su autoría.

 

Su esposa, Liliana Rosas Camba, de 29 años de edad, fue señalada por el Departamento del Tesoro de administrar los negocios a través de los cuales se lava dinero para el cártel, entre empresas inmobiliarias, restaurantes, hoteles y boutiques.

Además, fue vinculada con el exgobernador de Nayarit, Roberto Sandoval Castañeda, actualmente prófugo de la justicia, y con el magistrado Isidro Avelar Gutiérrez, este último acusado por la Unidad de Inteligencia Financiera de la FGR de lavado de dinero tras recibir depósitos bancarios en sus cuentas por 78.5 millones de pesos, de los cuales 50 millones no pudieron ser acreditados, por lo que se presume son de origen ilícito.

Al igual que lo hicieron Los Zetas en su momento, “El Sapo” ha integrado a las filas del CJNG a colombianos y guatemaltecos que cuentan con preparación militar, lo que se pone de manifiesto en el grado de violencia utilizado contra organizaciones rivales y contra las fuerzas federales.

Uno de esos colombianos a los que “El Sapo” reclutó es Carlos Andrés Rivera Varela, alias “El Morro”, “El Manotas”, “El Colombiano” o, su apodo más conocido, “La Firma”. No se sabe si fue el propio Mencho quien lo mandó traer desde el país sudamericano para que ocupara la plaza que “El Sapo” estaba dejando para enfocarse en los territorios del Bajío, o si  “El Sapo” convenció a Oseguera Cervantes para que lo  designara jefe de plaza de Vallarta. En ese sentido, “La Firma” podría ser más un aliado de “El Sapo” en su estrategia de ascender en el cártel que un subordinado a las órdenes del Mencho.

 

El otro personaje que busca quedarse con el liderazgo del CJNG es Juan Carlos Valencia, alias El Cero Tres, a quien las autoridades federales le atribuyen la ola de asesinatos en estados como Guanajuato y Michoacán, donde le guerreó la plaza al Cártel Santa Rosa de Lima, a la Familia Michoacana y al Cártel de los Viagras, además de los enfrentamientos como defensas comunitarias.

Su nombre empezó a mencionarse a partir de la detención en 2015 de El Menchito. Uno de sus primeros encargos fue el secuestro, el 15 de agosto de 2016, de Los Chapitos, hijos de Joaquín “el Chapo” Guzmán, en el restaurante La Leche, de Puerto Vallarta, aunque tras la mediación de Ismael “el Mayo” Zambada, los tuvo que liberar.

 

Otro de los delitos de los que estaría detrás el 03, es el atentado que sufrió en mayo de 2018 el exfiscal de Jalisco, Luis Carlos Nájera, en ese momento secretario del Trabajo en el gobierno de Aristóteles Sandoval, y quien salió librado del ataque gracias a la reacción de sus escoltas y de la Policía Estatal, lo que permitió que huyera a bordo de su camioneta blindada hasta la Casa de Gobierno donde despacha el gobernador.

 

Aunque presumen que él se presente como hijo del Mencho, las autoridades señalan que es su hijastro, pues su verdadero padre es Armando Valencia Cornelio, alias El Maradona o El Juanito, quien fuera uno de los líderes del desaparecido Cártel del Milenio que opera en Michoacán. El Mencho lo habría adoptado de manera simbólica luego de que su padre fuera detenido en agosto de 2003 en un operativo militar en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga.

 

El Maradona fue sentenciado por los delitos de delincuencia organizada y lavado de dinero, y estuvo preso en el penal federal del Altiplano hasta 2012, cuando fue extraditado a Estados Unidos, donde era requerido por el delito de tráfico de drogas. En 2013 fue sentenciado a casi 20 años de cárcel.

 

Ambos personajes, el Rey Sapo y el 030, compiten en violencia, sadismo y ambición. Ninguno de los dos dejará que se le expulse o se le reste cuota de poder, uno por haber demostrado obediencia fiel al Mencho y el otro por pertenecer a la vieja estirpe de los Valencia que dio origen al CJNG. En cualquier caso, la sucesión está en marcha.

© 2023 DEPRIMERA NOTICIAS
Todos los derechos reservados