El fentanilo es la base para la producción de las drogas sintéticas. Es 100 veces más poderoso que la morfina y 50 veces más que la heroína. Se consigue en pastillas, en polvo o mezclada con heroína, cristal y cocaína. En los últimos años, en las ciudades de la frontera norte como Tijuana o San Luis Río Colorado, distintas asociaciones civiles han detectado hasta un incremento de 300 por ciento en sobredosis por opioides sintéticos relacionados con el fentanilo. En Estados Unidos, las muertes diarias promedio por sobredosis de opioides alcanza los 183 casos. Para la DEA está claro: la mayor parte de esas muertes las produce el fentanilo, la nueva droga favorita del Cártel de Sinaloa. Y Culiacán es la ciudad con más laboratorios clandestinos en los que se procesa esta sustancia mortal.

Por Redacción Deprimera Noticias.

Bajo el título “Streets of Philadelphia, Kensington Ave Story”, un video de 44 minutos publicado en la plataforma YouTube se ha vuelto viral en redes sociales. Con más de 2.5 millones de reproducciones, en el video aparecen imágenes de hombres y mujeres bajo los efectos del fentanilo en uno de los barrios más marginados de la ciudad de Filadelfia, en la costa este de los Estados Unidos.

En el video aparecen personas tiradas en la calle, otras retorciéndose como zombies en las banquetas, otras más de pie, congeladas, como suspendidas en el tiempo. A lo largo del recorrido que el autor del video hace por el barrio de Kensington aparecen decenas de personas que viven en la calle, otras que se agrupan para pasar el rato drogándose, otras más balanceándose de arriba abajo tiradas en el suelo, vendedores surtiendo de droga a los usuarios y todo ante la indiferencia de otras personas que pasan como si ya estuvieran acostumbrada a ese espectáculo. 

El video ha llamado la atención porque muestra de manera cruda los efectos de la crisis del fentanilo que atraviesa Estados Unidos, donde todos los días mueren un promedio de 183 personas por sobredosis de metanfetaminas.

“Este vecindario de Filadelfia es supuestamente el mercado de narcóticos al aire libre más grande en la costa este, con muchos residentes vecinos que acuden en masa al área en busca de heroína y otros opioides”, dice la descripción del video.

Las drogas sintéticas elaboradas con fentanilo tienen sumergido a Estados Unidos en la peor crisis de consumo de opiáceos de toda su historia y la organización criminal que domina este mercado es el Cártel de Sinaloa, asegura la Administración de Control de Drogas (DEA).

El jefe de la DEA en Arizona, Polo Ruiz, señaló en entrevista con el periodista J. Jesús Esquivel que la organización liderada por Ismael “El Mayo” Zambada y los hijos de Joaquín Guzmán Loera controla la mayor parte del mercado de las mefantetaminas en Estados Unidos.

“Aproximadamente 80 por ciento del mercado es de Sinaloa, el resto se reparte entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y grupos criminales más pequeños”. Sin embargo, asegura que el grupo criminal de Nemesio Oseguera Cervantes está encaminado a aumentar su participación en el negocio de los opioides. “Pronto va a alcanzar al CDS porque están creciendo en volumen. Por el momento lo que tiene el CJNG es el control del movimiento de la cocaína, por eso ha establecido sus puntos de dominio en Tapachula, Veracruz, Manzanillo, Lázaro Cárdenas y Tijuana”.

En entrevista con DeprimeraNoticias, el periodista Jorge Fernández, autor del libro La Nueva Guerra: del Chapo al Fentanilo (Grijalbo, 2020) señala que, de acuerdo con información de inteligencia federal, los principales laboratorios de fentanilo que se han descubierto en México han estado ubicados en Culiacán o en los alrededores de la capital sinaloense, los cuales son dirigidos por los hijos de “El Chapo” Guzmán, sobre todo por Ovidio Guzmán López e Iván Archivaldo Guzmán.

Señala que a partir de 2015 el fentanilo empezó a desplazar a la heroína como la principal droga opiácea que se envía desde México a Estados Unidos. Su auge incluso ha generado una crisis de los cultivos de la adormidera en estados como Guerrero y Jalisco, donde hay comunidades enteras que viven de la siembra de la amapola.

El fentanilo, asegura Fernández, es la droga del presente y del futuro. Actualmente se comercia en el 70 por ciento del territorio estadounidense y se usa tanto en el comercio legal con analgésicos y anestésicos de venta en farmacias con receta médica para controlar el dolor o para pacientes con cáncer en etapa terminal, como en el mercado ilegal con tabletas o en polvo mezclado con otras sustancias como taurina o lactosa, las cuales eliminan su pureza y multiplican las ganancias para los traficantes.

 


Fernández escribe en su libro que apenas dos miligramos de fentanilo representan una dosis letal para una persona de hasta 100 kilos de peso. Es por eso que las tabletas que se producen en los laboratorios clandestinos deben contener entre 0.5 y 1.5 miligramos de la sustancia para no provocar una sobredosis en el usuario. Además, las ganancias para las organizaciones criminales se multiplican: cada kilo de fentanilo puro produce 20 kilos de pastillas. En Estados Unidos se obtiene hasta un millón 920 mil dólares por cada kilo de pastillas. La heroína, en cambio, genera ganancias por hasta 80 mil dólares por kilo.

“Los cárteles están cambiando, como ha ocurrido en otras oportunidades, porque está cambiando el tipo de drogas que se consumen. En ese sentido, las drogas sintéticas, y sobre todo el fentanilo, dejan enormes ganancias a las organizaciones criminales porque son mucho más fáciles de producir y transportar. No se necesitan grandes terrenos como ocurre con la cocaína o la amapola o la marihuana. El fentanilo se produce en laboratorios que se pueden instalar en una cocina con una máquina que haga tabletas. Entonces el margen de utilidad es mucho mayor. Además, los opiáceos en general, y el fentanilo en particular, son las drogas que más se están consumiendo en la Unión Americana. Es mucho más fácil pasarlas por la frontera, no huelen y se pueden pasar en pequeñas cantidades. Son las drogas del futuro y a eso se están adaptando los carteles en la actualidad”, señala Fernández.

El hidrocloruro de fentanilo procede principalmente de China. Del puerto de Qingdao salen todos los días decenas de barcos con destino hacia los puertos de Manzanillo y Lázaro Cárdenas, adonde llegan todos los años millones de contenedores con mercancía legal e ilegal.

“Todos los laboratorios en Culiacán, sus operadores, sus químicos, los manejan dos jóvenes: Iván Archivaldo y Ovidio Guzmán, comandados por el primero. Ellos son los que manejan los laboratorios de fentanilo en Culiacán, lo cual explica cómo llegaron las fuerzas militares a Ovidio en 2019 y la movilización del cártel cuando se intentó detenerlo”, concluye Fernández.