Para disminuir su dependencia de los precursores chinos para elaborar drogas sintéticas, el Cártel de Sinaloa ha decidido reclutar a químicos mexicanos. Estos académicos han realizado distintos experimentos que al parecer han dado resultados, según se revela en los documentos desclasificados por Guacamaya Leaks.
Por David Fuentes M.
El Cártel de Sinaloa está reclutando a profesores universitarios relacionados con el área de la química para hacer pruebas experimentales, ya que busca acabar su dependencia de la importación de fentanilo procedente de China para la elaboración de drogas sintéticas, y de esa manera producir uno completamente mexicano y con la misma calidad.
De acuerdo con un informe de la sección de inteligencia de la Guardia Nacional, el cual estaba incluido dentro de los documentos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) hackeados por el grupo Guacamaya, se indica que la contratación de expertos académicos le ha dado buenos resultados a la organización criminal dirigida por los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán e Ismael El Mayo Zambada.
Se indica que el Cártel de Sinaloa ha suministrados pruebas de esa sustancia a países como “Japón, Australia, Canadá y Estados Unidos, mediante profesionales en el manejo de químicos”, por lo que concluye que esta organización criminal es una de las mayores amenazas a la seguridad nacional de México y Estados Unidos, por su expansión global y la utilización de métodos científicos para abrir el mercado de elaboración de precursores químicos.
“La organización criminal es responsable de que el fentanilo se consuma asociado con heroína, cocaína y metanfetaminas, lo que refuerza su grado de toxicidad elevando el riesgo por sobredosis”, señala el informe de inteligencia.
Otra de sus conclusiones es que el cártel importa grandes cantidades de fentanilo desde China, lo cual es “imposible de detectar en los diferentes puntos de revisión fronterizos y aduaneros porque llega en forma de pastillas y con documentos legales”.
Sobre esa sustancia, la Guardia Nacional detalla que “los gastos para su producción son mínimos y sus ganancias exponenciales y al ser transportado como pastillas existe una amplia variedad de ocultamiento y transporte como los servicios de paquetería, lo cual también reduce sus costos de operación para los traslados”.
El informe agrega que, en 2020, debido a la pandemia de Covid-19, se pasó por una crisis de abasto de fentanilo, por lo que el Cártel de Sinaloa vio paralizada la llegada de ese precursor químico para la producción de drogas sintéticas.
“Lo anterior, derivó en la búsqueda de alternativas de producción para disminuir la dependencia de los químicos procedentes de China. Se tiene conocimiento de que se está suministrando fentanilo a países como Japón, Australia, Canadá y EUA mediante profesionales en el manejo de sustancias químicas”, asevera el reporte.
Otra de las conclusiones es que “el Cártel de Sinaloa pretende innovar en el uso de ingeniería química para obtener los precursores químicos necesarios para la producción de un fentanilo más puro y con la calidad de los laboratorios chinos. Como consecuencia de estas acciones, al parecer reclutan profesores universitarios especializados en química para lograr dicho fin”.
“Un kilo de fentanilo en polvo se puede transformar en un millón de pastillas de un miligramo, que pueden venderse entre 10 y 20 dólares cada una, de modo que ese kilo puede generar ingresos de hasta 20 millones de dólares, a un costo de producción estimado en no más de los dos mil dólares”, revela el documento de la Guardia Nacional.
Los informes de la DEA
De acuerdo con informes de la DEA, tanto el Cártel de Sinaloa como el Cártel Jalisco Nueva Generación son los principales grupos que envían fentanilo a Estados Unidos desde México. Los cargamentos ingresan principalmente por los pasos fronterizos de California y Arizona.
La DEA incluso ha identificado a un grupo que trabaja al servicio del Cártel de Sinaloa en la Ciudad de México que fabrica unas pastillas de colores, que parecen caramelos, conocidas como “fentanilo arcoiris”. El pasado 18 de agosto autoridades estadounidenses reportaron el decomiso de 265 mil pastillas de colores –50 veces más potentes que la heroína y 100 veces más que la morfina– en el paso fronterizo de Nogales, Arizona.
“El Cártel Jalisco fue una de las organizaciones criminales pioneras en el tema del fentanilo, primero en la distribución y luego en la producción. Después los demás cárteles hicieron la transición. Hoy el fentanilo se ha vuelto el principal mercado negro, la droga más rentable para los grupos criminales porque no está sujeta a ciclos agrícolas, no requiere grandes plantaciones, es mucho más fácil de transportar y esconder para hacerlo llegar a Estados Unidos”, señaló José Andrés Sumano, especialista en Políticas Públicas, Seguridad y Violencia, en entrevista con medios nacionales.
Los nombres con que se le conoce a estas pastillas en las calles de Estados unidos son diversos: ‘dance fever’, ‘apache, ‘friend’, ‘goodfellas’, ‘murder’ y ‘tango and cash’. Aunque también reciben los nombres de “muerte gris”, “diablito” o “china blanca”.
Datos de la DEA detallan que 107 mil personas murieron en EU a causa de sobredosis en 2021. En 2017, el fentanilo fue responsable del 59.8 por ciento de las muertes relacionadas con opioides.
Sinaloa, lugar de narcolaboratorios
Informes de inteligencia de la SEDENA han dado a conocer que Sinaloa, y en concreto el municipio de Culiacán, es donde más narcolaboratorios para la producción de fentanilo han sido desmantelados en todo México.
En julio pasado la SEDENA dio a conocer que en 40 días de operativos en Sinaloa se aseguraron 65 laboratorios clandestinos para elaborar metanfetaminas y fentanilo, pero en las operaciones las tropas no reportaron el hallazgo de esas drogas ni detuvieron a nadie, solo decomisaron tambos.
Para el especialista en temas de seguridad, David Saucedo, estas operaciones para desmantelar narcolaboratorios están concentradas en Sinaloa por dos razones.
La primera es la necesidad de cambiar la narrativa de que el presidente Andrés Manuel López Obrador protege al Cártel de Sinaloa, sospecha que se fortaleció a raíz de la liberación de Ovidio Guzmán López, hijo del Chapo Guzmán, durante los hechos del Culiacanazo, y tras la circulación de un video en el que el presidente aparece saludando a la mamá del Chapo durante una gira por el municipio de Badiraguato. La segunda es la presión de Estados Unidos a México ante el incremento de la producción y envío de fentanilo.
“Me parece que es una operación cosmética para demostrar que no tiene ningún pacto con algún cártel. Lo importante no es los narcolaboratorios sino el decomiso de drogas y el congelamiento de cuentas, esa sería algo importante. Un narcolaboratorio es fácil de instalar”, sostiene el especialista.
Para David Saucedo hay un elemento que comparten los aseguramientos de los narcolaboratorios: las pocas detenciones de integrantes del grupo delincuencial. Desde su punto de vista, los aseguramientos habrían sido pactados entre el gobierno y el grupo delincuencial. Sin embargo, asegura, esta no es una práctica exclusiva del sexenio, pues existe desde décadas atrás.