Cárteles de Sinaloa y Jalisco: los focos rojos del narco en México
viernes, 9 de abril de 2021
Cárteles de Sinaloa y Jalisco: los focos rojos del narco en México
 

 


El Cártel de Sinaloa
y el Jalisco Nueva Generación de nueva cuenta vuelven a figurar durante 2021 en el panorama nacional como los grupos criminales que mantienen focos rojos encendidos en regiones claves para el narcotráfico trasnacional: el CJNG sigue arrojando muertes en los estados de Michoacán y Zacatecas, mientras que en Sinaloa, aunque los niveles de homicidios y desapariciones no han ido a la alza, Los Chapitos han llevado su guerra a Sonora y Baja California, en donde se sostiene la cacería en contra de “Los Rusos”, los exiliados de Tepuche que fueron expulsados de las filas que comanda Ismael “El Mayo” Zambada, el Señor del Sombrero que todavía da la batalla para que el imperio que ha creado a lo largo de las décadas no se desmorone en medio del holocausto de las interminables narcoguerras.

 

 

Por Redacción Deprimera Noticias

 

 

Ni los refuerzos de la Guardia Nacional que ha enviado el gobierno de Andrés Manuel López Obrador a las regiones donde los Cárteles de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación se debaten en un foso de sangre, ni mucho menos la estrategia fallida de los “abrazos, no balazos” han logrado apagar los focos rojos durante este primer trimestre de 2021, por el contrario, los estados que gravitan en torno a estas dos organizaciones criminales se mantienen con altas cifras de homicidios dolosos y desapariciones forzadas.

 

 

En la zona centro del estado, casa del Cártel de Sinaloa dirigido por los hijos del Chapo Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada, se han presentado connatos de violencia, y nada más al iniciar la segunda semana de marzo, tres hombres relacionados con la guerra de “Los Rusos” y “Los Ninis” fueron despedazados a balazos en la salida norte de la capital del estado, rumbo a la sindicatura de Tepuche.

 

 

Sus cuerpos aparecieron el lunes 8 de marzo a un lado de la carretera a Palos Blancos y Aguacaliente de Los Monzón. Al llegar los primeros policías notificaron que las cabezas de cada una de las tres víctimas estaban destrozadas a ráfagas de fusiles de asalto.

 

 

Pero horas antes de este suceso, en la zona del entronque de Pericos, Mocorito, con la carretera estatal a Badiraguato, dos grupos rivales, uno vinculado con Ismael Zambada Sicarios, El Mayito Flaco, y otro más con Los Ninis, se desconocieron por un momento y se enfrentaron a balazos.

 

 

El cruento enfrentamiento se extendió por al menos tres horas, ya que, aunque hubo órdenes de cese al fuego a través de los radios generales, los gatilleros de uno y otro bando no depusieron las armas. Mientras el tiroteo se prolongó en la larga noche de Pericos, sus habitantes reportaron todo a las autoridades, pero fue hasta la mañana que en arribaron a la zona convoyes del Ejército, Guardia Nacional y Policía Estatal Preventiva, para resguardar los escombros de tres vehículos quemados que quedaron sobre el asfalto.

 

 

De manera oficial no se registraron personas muertas, pero de acuerdo con testimonios de pobladores, después de la refriega fue posible observar que fueron retirados del “campo de batalla” de tres a cuatro cadáveres.

 

 

“Eran de los mismos y entre ellos mismos se tramaron”, comentó un policía investigador que solicitó que su nombre fuera omitido.

 

 

Control violento

 

 

Aunque más que nunca tanto Los Chapitos como Los Mayos tienen el control del territorio sinaloense, con una ligera presencia de la gente de Fausto Isidro Meza Flores, El Chapo Isidro, en el norte de la entidad, sobre todo en el enclave de Sinaloa de Leyva, esto no ha impedido que emerjan “topones” violentos “entre la misma gente”.

 

 

En la sierra de Choix, en las últimas semanas, integrantes de la Guardia Nacional y la Policía Estatal Preventiva se han “dado agarres” a balazos.

 

 

En la sindicatura de Eldorado, luego de la detención de Emma Coronel Aispuro en el aeropuerto de Dulles, Virginia, comandos del Cártel de Sinaloa realizaron una incursión presuntamente con la finalidad de sacar a los últimos familiares relacionados con Dámaso López Núñez, El Licenciado, quien fue el testigo cooperante de calidad para encausar a la esposa del Chapo Guzmán, sujeta hoy en día a proceso en la Corte Federal de Columbia, Washington.

 

 

Mientras que el secretario de Seguridad Pública, Cristóbal Castañeda Camarillo dio el asunto como un rumor, lo cierto es que pobladores del Valle de San Lorenzo indicaron que la incursión de gente armada fue real. Los testimonios abundan.

 

 

De acuerdo con fuentes de seguridad, justo debido a este férreo control que mantienen los liderazgos del Cártel sobre Sinaloa, es que sus guerras fueron exportadas desde el estado a otras plazas como el norte de Sonora, el Valle de Mexicali y Tijuana, en donde las células que dirige “El Nini” luchan por hacerse de más territorio de las rutas de trasiego de drogas hacia los Estados Unidos.

 

 

Reportes del diario Zeta Tijuana señalan que “Los Chapitos” o “Los Menores”, como se les conoce también, buscan exterminar a la célula de “El Ruso”, que salió exiliado de Sinaloa rumbo a la frontera norte, ya sin el apoyo del “Mayo” Zambada.

 

 

La violencia se ha expandido, también relacionado con gente leal a Rafael Caro Quintero, por Agua Prieta, San Luis Río Colorado y Sonoyta.

 

 

Pero mientras el lado más noroeste del país estalla en violencia por el foco rojo del Cártel sinaloense, en Culiacán de nueva cuenta las balas alcanzaron a una persona de bajo perfil. En la sindicatura de Imala, durante la noche del domingo 14 de marzo, fue asesinado Arturo, cuando se encontraba conviviendo con otras personas frente a la plazuela de este Pueblo Mágico culichi.

 

 

Este homicidio sacudió “al bajo mundo” en Culiacán. En Badiraguato, horas antes, sujetos armados se hicieron perseguir por elementos de seguridad, lo que concluyó con un muerto.

 

 

Una base “inútil”

 


 


Eso sí, mientras tanto, el presidente Andrés Manuel López Obrador arribó a Culiacán el viernes 12 de marzo a inaugurar la base de la Guardia Nacional del Complejo de Seguridad, en medio de familias de personas desaparecidas recientemente y que se le atravesaron al paso de la camioneta presidencial.

 

 

Entre las personas que intentaron hacerse escuchar por el presidente de los “abrazos, no balazos” estuvo Bella Pulido, madre de Javier Ernesto, “Neto”, el menor de edad desaparecido el pasado 8 de diciembre a manos presuntamente de agentes de la Policía Municipal de Culiacán.

 

 

Por más que ha luchado por alcanzar la verdad y encontrar a su hijo, Bella Pulido se ha debatido en un mar de incomprensión e ineptitud por parte de los tres niveles de gobierno que no les alcanza para dar justicia a las familias víctimas de la violencia.

 

 

En cuanto a la base, de acuerdo con testimonios de guardias nacionales a los que tuvo acceso DeprimeraNoticias, en Culiacán ya existía un exceso de habitaciones vacías en la base militar de El Sauz, en la sindicatura de Costa Rica, complejo que ahora pasó a la Guardia Nacional y que tiene una capacidad para tres mil elementos.

 

 

En cambio, la base que inauguró López Obrador a espaldas del penal de Aguaruto, se trata de galerones construidos como salones de primaria en los que apenas cabe personal.

 

 

“Más que bases lo que necesitamos es que nos mejoren los sueldos, la verdad uno entra a la Guardia Nacional porque quiere ayudar a la familia, pero está muy duro, yo estoy pensando en salirme e irme a trabajar a Estados Unidos”, comentó un joven guardia de apenas 21 años, originario del sur del país.

 

 

Jalisco, el otro foco

 


 


Jalisco y al menos otros dos estados colindantes han recibido refuerzos de la Guardia Nacional en las últimas semanas para luchar contra la alta violencia provocada por los movimientos del Cártel Jalisco Nueva Generación comandado por Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”.

 

 

Al gobierno de López Obrador, esta organización criminal parece que se le salió de cauce pues desde que tomó posesión en la administración, su nivel de violencia no ha cesado.

 

 

El 27 de febrero pasado, un grupo armado ejecutó a once personas en el municipio de Tonalá, lo que hizo que el estado de Jalisco volviera de nuevo a los reflectores nacionales. Según las primeras investigaciones del multihomicidio, la ejecución se dio cuando las víctimas estaban en un predio tomando cerveza.

 

 

Desde luego, como sucede en estos casos de alto impacto, la masacre fue atribuida a rencillas entre la gente de El Mencho. Al finalizar la primera quincena de marzo, el gobierno federal infirmó que la presencia de la Guardia Nacional y el Ejército se vio reforzada además de Jalisco, los estados de Zacatecas, Michoacán y Guanajuato, entidades que gravitan en el poderío mortal de la organización de Oseguera Cervantes.

 

 

En contraparte con los operativos contra las huestes de “El Mencho”, la federación solamente ha capturado a una de las piezas clave en el trabajo de lavado de dinero. Se trata de Juan Manuel Abouzaid El Bayeh, alias “El Árabe”.

 

 

Además, por el caso de la masacre de Tonalá, también fue arrestado uno de los hombres del Mencho, pero hasta el momento no se le ha podido acreditar el multihomicidio.

 

 

De esta manera, siendo los estados mencionados los focos rojos del CJNG junto con Baja California, pues en estas regiones es donde la violencia por la disputa territorial ha ensanchado las fosas y los panteones con asesinatos a diestra y siniestra.

 

 

Según un conteo realizado por medios de comunicación, es en Jalisco en donde se han registrado más masacres en el primer bimestre de 2021. Al estado gobernado por Enrique Alfaro de Movimiento Ciudadano, se enviaron 600 elementos de la Guardia Nacional, la Marina y el Ejército.

 

 

De hecho, luego del asesinato de las once personas el 27 de febrero, Alfaro salió a reclamar al presidente López Obrador y de paso se lavó las manos en el sentido de que la delincuencia organizada es de competencia federal “y es esa la autoridad que debe dar la cara al problema”.

 

 

Al igual que en Sinaloa, el presidente de la República inauguró una base de la Guardia Nacional en el municipio de Tequila, con un costo aproximado de 25 millones de pesos. Según AMLO, la nueva base es amplia, tiene instalaciones, albergues, sistemas de telecomunicación, aulas, espacios públicos que están equipados.

 

 

Por otra parte, cuando los refuerzos militares arribaron a Jalisco, el capitán Segundo de Infantería, Víctor Chávez Constantino, declaró a medios locales:

 

 

“Vamos a interactuar con la población, con la finalidad de que ellos tengan confianza de las tropas del Ejército Mexicano y de la Guardia Nacional que se despliega, va a ser a través de denuncia ciudadana y obviamente labor de campo donde vaya transitando el personal militar, pues obviamente va a interactuar con la población”.

 

 

Dijo que el objetivo de los nuevos elementos es inhibir los homicidios dolosos. Al menos cesaron los multiasesinatos, pues durante la primera semana del operativo de seguridad, aunque no dejaron de presentarse crímenes diversos en cada día, ya no se advirtió la operación de comandos armados como venía aconteciendo en la Zona Metropolitana de Guadalajara.

 

 

Los 600 elementos de la milicia se agregaron a los mil 200 que ya estaban destacados en Jalisco.

 

 

No cesa la violencia en el occidente

 

 


Entre el cierre del 2020 y el arranque del 2021, hay un hilo discursivo de una violencia que no cesa en las regiones donde el Cártel del Mencho ha impuesto su poderío a sangre y fuego.

 

 

De acuerdo con medios nacionales, desde finales del año pasado se observó un despliegue importante de células del CJNG hacia estados que antes no se tenía presencia criminal destacada, como en el caso de Zacatecas. En Guanajuato, a pesar de la detención de José Antonio Yépez, alias El Marro, se mantiene una lucha contra los remanentes del Cártel de Santa Rosa de Lima y la incursión del Cártel de Sinaloa.

 

 

En números estadísticos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, sólo en Guanajuato se presentó en enero pasado una reducción de los homicidios, al desarticular gran parte de la estructura del grupo criminal de “El Marro”.

 

 

Así, en los estados con presencia del Cártel Jalisco quedaron en cifras de asesinatos de diciembre a enero: Baja California, 42 homicidios más; Jalisco, apenas ocho homicidios más; Michoacán, nueve homicidios menos; Zacatecas aumentó 69 asesinatos más y Guanajuato bajó su cifra 54 menos.

 

 

De acuerdo con reportes de medios informativos, en Jalisco se han presentado lo más fuerte de la guerra intestina del grupo criminal de “El Mencho”. La masacre de la colonia La Jauja de Tonalá reveló que la mayoría de las víctimas eran albañiles que esperaban su pago semanal.

 

 

En Michoacán, por otro lado, cuna de cárteles históricos como La Familia y Los Caballeros Templarios, se han registrado balaceras entre el CJNG y Los Viagras, grupo remanente de los anteriormente mencionados.

 

 

Además, en la tierra caliente se han presentado en el inicio de 2021 enfrentamientos con policías comunitarios y población civil desplazada. Fue en esta zona donde en varios videos subidos a redes sociales, los narcotraficantes que mantienen su pugna muestran “monstruos” (vehículos de gran peso con blindaje artesanal) propios y arrebatados a sus contrarios, desfilando en caminos y comunidades, sin que ninguna autoridad les haga frente.

 

 

Es así como las cruentas batallas del Cártel Jalisco y las de Sinaloa, están convergiendo en territorios donde los “abrazos y no balazos” del gobierno federal no pueden arrebatarle al crimen su base social, por más que se insista en que con los programas federales los jóvenes cambiarán de parecer para salirse de las filas del narco.

 

Por lo pronto, este es el panorama en el que se sostiene el 2021, el segundo año de la pandemia.

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