Entre el jueves 22 y el lunes 26 de abril no fueron días buenos para los alfiles del crimen organizado: una serie de operativos aparentemente casuales concluyeron con detenidos y el aseguramiento de armas, vehículos y equipo táctico, que redundaron en golpes quizá apenas perceptibles en las filas de los grupos criminales. En Escuinapa, las amenazas de muerte a un candidato derivaron en un enfrentamiento; en Culiacán, en una fiesta de “amanecida”, agentes estatales y la Guardia Nacional apañaron a nueve sujetos y por último en la comunidad de Caimanero, Mocorito, un descuido de los halcones llevó a una estampida de matones que hacían su comida en una fonda del lugar. En ninguno de ellos, las autoridades resultaron con bajas oficiales.

Por Santiago Rentería

Ningún puntero los vio pasar, llegaron de manera silenciosa. Era un pequeño convoy de la Guardia Nacional que, de acuerdo con los testimonios recabados, no habían recibido ningún reporte de gente armada, solamente iban pasando por la comunidad de Caimanero, municipio de Mocorito, cuando los gatilleros los vieron y salieron en estampida.

Más por inercia que por otra cosa, algunos de ellos accionaron sus armas al aire para confundir a los elementos de la Guardia Nacional y escapar del cerco militar que se cernía sobre ellos.

“El grupo armado llegó al restaurante de Caimanero, son gente de ahí que seguido va a comer al mismo lugar, pero los punteros se durmieron y no avisaron, cuando menos se lo esperaban ya estaban encima de ellos”, contó un informante sobre el caso.

Caimanero es un pueblo que se localiza en la sindicatura de Pericos, justo en el triángulo donde convergen los municipios de Mocorito, Navolato y Angostura; de hecho, brincando el puente de la autopista, se encuentra Juan Aldama, El Tigre.

El lunes 26 de abril, primero se reportó que había un enfrentamiento en una cocina económica, luego se dijo que los guardias nacionales habían logrado copar a una célula de pistoleros en el interior de un inmueble.

Todo sucedió alrededor de la 1:30 de la tarde, cuando el convoy de la Guardia Nacional incursionó en la comunidad mencionada. De Culiacán se comenzó a movilizar una Base de Operaciones Mixtas Urbanas con la intención de reforzar el operativo. Durante horas, la Guardia Nacional permaneció bloqueando una calle, hasta que llegaron más patrullas militares y de la Policía Estatal Preventiva.

“Como que los tenían rodeados en una casa”, soltó una persona que grabó un video en el lugar.

Sin embargo, la versión más certera es que los pistoleros lograron escapar dejando las armas en las cajas de las camionetas. Se trata de una Dodge Ram y una Toyota Tacoma, de modelo reciente. Arriba hallaron un fusil tipo Barret Calibre 50 mm, ocho fusiles cuerno de chivo, municiones, cargadores y equipos de radiocomunicación.

“Dicen los vecinos que escaparon, que se fueron entre las casas y lograron quitarse los chalecos, capaz y después les pasaron por enfrente a los militares, al final sin que lleves nada ilícito y si no te reconocen, no pueden detenerte”, comentó la misma fuente.

“No quiero ni pensar qué les va a pasar a esos punteros que se quedaron dormidos”, escribió en redes un usuario. Armas y vehículos fueron enviados a la Fiscalía General de la República.

El atorón de Escuinapa

En Escuinapa la Policía Estatal Preventiva arribó al municipio días después de que el candidato a presidente municipal por Movimiento Ciudadano, el ex priista Hugo Enrique Moreno Guzmán, mejor conocido como “Yiyo” Moreno, denunció amenazas de muerte de un grupo armado que le impidió hacer proselitismo en comunidades como Palmillas y La Isla del Bosque.

Según la denuncia, los armados no sólo impidieron hacer campaña en comunidades, sino también señalaron que apoyaban a la candidata de la alianza en común Morena-PAS.

Por eso, el Consejo Municipal de Seguridad, con el secretario de Seguridad Pública del Estado, Cristóbal Castañeda Camarillo al frente, envió los operativos a la zona sur de la entidad.

Pero cinco días después, un convoy de Estatales observó a una camioneta GMC tipo pickup salir por la carretera a Mazatlán cuando comenzaron a perseguirla. Marcaron el alto a sus ocupantes, pero la unidad aceleró y se internó por brechas de las afueras de la cabecera municipal.

Fue cuando se desató un enfrentamiento. Los agentes solicitaron apoyo a sus compañeros de manera desesperada a través de los radios policiales; algunas de estas voces se grabaron en audios y se escucha como exigen “apoyo a la verga, C4”.

Entre gritos de auxilio al Centro de Comando, en los que pedían la presencia de los helicópteros estacionados en Mazatlán, la ayuda no llegó por la sencilla razón de que la Base de Operaciones Mixtas Urbanas más cercana estaba en Villa Unión.

“Vamos en uno, vamos en uno, estamos en Villa Unión”, contestó un comandante en el radio policial.

En la refriega de las brechas, los policías lograron herir a dos presuntos pistoleros, pero dos agentes salieron lesionados, aunque no de gravedad gracias a los chalecos antibalas, según contó después Castañeda Camarillo.

Fue alrededor de las 12:00 horas de ese jueves cuando ingresaron al área de emergencias del Hospital General de Escuinapa los heridos. Tras el ingreso de estos, el nosocomio fue resguardado por unidades de la Policía Estatal y Militares.

Posteriormente, un helicóptero de Seguridad Pública comenzó a sobrevolar los aires de Escuinapa y detectó en una huerta de mango dos camionetas en aparente estado de abandono.

Policías, militares y marinos se dirigieron al punto y aseguraron las unidades, las cuales estaban blindadas. Incluso una de ellas llevaba equipo para empotrar un fusil Barret calibre .50.

Ese mismo día, Cristóbal Castañeda arribó al municipio y aseguró ante los medios que los operativos se mantendrían en la zona de manera permanente, así que días después, un joven que circulaba en un vehículo con reporte de robo fue detenido en un retén de inspección.

En un comunicado, la SSP informó que Policías Estatales recuperaron la unidad motriz como parte de los recorridos de prevención que se implementaban en el municipio del sur de la entidad, los uniformados se trasladaban por la colonia Lázaro Cárdenas, en dicho municipio, cuando notaron que el conductor de una camioneta adoptó una actitud evasiva ante los elementos.

Al aproximarse a la unidad motriz, marca Honda de color negro, procedieron a revisar su estatus en el registro correspondiente, el cual arrojó que cuenta con reporte de robo, motivo por el cual el conductor y la camioneta fueron asegurados.

Amanecida en el Nuevo Culiacán

Calmada la violencia en el sur de Sinaloa, el sábado 24 de abril la Policía Estatal Preventiva recibió un nuevo reporte de gente armada, disparando y amanecida tras una fiesta que se prolongó toda la mañana en una casa de la colonia Nuevo Culiacán.

De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública, los hechos se registraron cuando los agentes atendieron un reporte recibido en el Centro Estatal de Comando, Control, Comunicaciones, Cómputo e Inteligencia (C4i) en relación con la presencia de personas armadas en un domicilio de la colonia mencionada, donde se llevó a cabo un despliegue operativo.

Al momento de arribar a la ubicación, en donde se realizó una fiesta de “amanecida”, los elementos estatales fueron recibidos con disparos de armas de fuego por los civiles.

Los policías repelieron la agresión; en esos momentos, una unidad rompió el cerco policial con personas armadas a bordo, dándose a la fuga con rumbo desconocido, sin ser localizada posteriormente.

Los agentes indicaron que en el lugar fueron asegurados ocho hombres y una mujer, dos de ellos presentaron lesiones por lo que fueron trasladados a un hospital para que recibieran atención médica.

Además de las personas también se aseguraron dos armas de fuego cortas y en el sitio se encontraron varios cascajos. Se dijo que en la camioneta que logró escapar iba una persona de cierto nivel del Cártel de Sinaloa.

A esa colonia del operativo, esta vez el secretario de Seguridad no llegó, incluso se mencionó que los detenidos intentaron negociar con los policías, pero al final todos fueron remitidos a las autoridades competentes para deslindar responsabilidades.