Con el inesperado “destape” de Mario Zamora Gastélum como candidato a gobernador, el Partido Revolucionario Institucional generó la duda de si competirá el 6 de junio para ganar los cargos de elección popular en disputa o participa sabiendo de antemano que va a la derrota. Pero cuando se conocieron los nombres de los aspirantes a las 18 alcaldías, las sospechas se reforzaron. El nuevo PRI no aparece por ningún lado, las que sí están vigentes son las mafias del poder.

Redacción Deprimera Noticias

Cuando Mario Zamora acudió a cumplir el ritual de registrarse en el PRI como precandidato a gobernador lo esperaba un ambiente que tenía de todo, menos alegría o festividad. A diferencia de otros eventos priistas de tal importancia, esta vez la militancia le recriminaba el hecho de haber obtenido la postulación, el liderazgo del partido supuraba resentimiento y los políticos desplazados adelantaban la entrega de la plaza.

“Para qué es la banda. ¿Porque se está enterrando al PRI? Ya está muerto por no tomar en cuenta a los militantes”, le grito a Zamora una priista. “Hay gente de Mochis que viene con billetes y que no nos va a quitar”, exclamó otra. Alrededor de veinte mujeres fueron ubicadas al paso del mochiteco con pancartas en apoyo a Jesús Valdés Palazuelos, a quien se creía favorito para adquirir la candidatura.

Fue entonces que el acto de entronización de Mario Zamora se transformó en el evento que reconoció a Jesús Valdés como campeón sin corona. El senador Miguel Ángel Osorio Chong se refirió al líder estatal del PRI como alguien que tiene altura de miras y ve por el bien de Sinaloa más que por él mismo.

“Es el momento de la unidad con todas sus letras, es el momento de pensar en cómo podemos lograr hacer a un lado a quienes no quieren a Sinaloa, a quienes no piensan en Sinaloa y que solo están pensando en ellos mismos, en sus intereses y haciendo un mal gobierno”, dijo.

La secretaria general del PRI nacional, Carolina Viggiano Austria, también le subió los bonos a Jesús Valdés más que a Mario Zamora, realzando al dirigente priista porque “su energía y su cariño por el partido hará que tengamos el triunfo todos”. “Qué bueno que Chuy Valdés va a tu lado”, le dijo al precandidato a gobernador.

Además, el mismo Mario Zamora le alzó la mano a Jesús Valdés con el cual, remarcó, “venimos caminando juntos desde hace mucho y así vamos a seguir, todos cabemos, todos estamos, todos incluidos”. Siendo él la “estrella” del momento, la parafernalia tricolor se centró prácticamente en pedirle disculpas a quien se pensó sería candidato, pero en una jugada sorpresiva del CEN del PRI fue derribado y eliminada también la creencia de que el gobernador Quirino Ordaz sería el que pondría al candidato.

“Yo estoy con Jesús Valdés”, “Puro Jesús Valdés”, “eres nuestro gallo Chuy” se leyó en las pancartas, con ninguna muestra de adhesión para Mario Zamora. Así fue la extraña ceremonia donde el ungido con la precandidatura a gobernador no brilló sino el que acaparó los reflectores, los elogios y discursos fue el que la militancia quería fuera, pero en las dirigencias nacionales de los partidos PRI, PAN y PRD, que integran la alianza Va por México, se determinó empoderar a otro, lo quieran o no las bases priistas, el dirigente local del tricolor o el gobernador Quirino Ordaz.

El factor Faustino

El viernes 29 de enero el PRI de Sinaloa dejó sentir otro coletazo del viejo dinosaurio tricolor. Con el registro de Faustino Hernández Álvarez como precandidato a la alcaldía de Culiacán, posición que finalmente obtuvo, las bases priistas sintieron la “mano” proveniente del Valle de San Lorenzo, que pudo más que el “dedo” elector de Quirino Ordaz, quien había peleado para que el exdirigente ganadero y hoy cabecilla del movimiento campesino, no fuera por el municipio central.

Lo raro es que seis días antes el empoderado Faustino había acudido a las mismas oficinas del PRI estatal a registrarse como precandidato a diputado federal por el séptimo distrito. Hasta dijo que iba con todo a la Cámara de Diputados a luchar por mayores presupuestos, para dar la cara por la gente que ocupa a todos los sectores productivos de Sinaloa, pero solamente ocupamos una palabra mágica: la unidad.

Desde el despacho del gobernador Quirino Ordaz había recibido la indicación de que sería candidato por la diputación federal pues para la presidencia municipal de Culiacán se tenían los perfiles de Jesús Valdés, Rosa Elena Millán, Aarón Rivas Loaiza y Ricardo Madrid Pérez. Pero hubo cambio de planes y la nueva “decisión” fue tomada en algún otro lugar, ordenándole a Hernández Álvarez que se apuntara para alcalde cualiacanense.

Y también hubo cambio de discursos pues en este segundo registro Faustino consideró que “hoy más que nunca el PRI está preparado para ganar, pero ganar por ganar no se vale, es ganar porque así lo requiere la sociedad de Culiacán”. Y lo secundó Mario Zamora, ocultando el desagrado que ha mostrado en privado por el perfil tan cuestionado de quien buscará la alcaldía de Culiacán por la alianza PRI-PAN-PRD. “Culiacán necesita gente entrona, valiente y esos atributos Faustino Hernández los tiene”, declaró.

Faustino Hernández ha sido señalado como favorecido del Cártel de Sinaloa en la llegada a los puestos públicos o dirigencias en sectores, moviéndose a sus anchas en la región del Valle de San Lorenzo, cuna de la principal organización del narcotráfico que manejó Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera. Aunque no hay acusaciones formales en su contra, las autoridades, ciudadanos y los partidos dan por hecho tal vínculo.

Durante la actual pandemia de coronavirus el hoy precandidato del PRI a alcalde de Culiacán desplegó la entrega de toneladas de alimentos, materiales médicos y otros apoyos para las comunidades de las sindicaturas de Eldorado, Costa Rica, Quilá, y San Lorenzo, área que es considerada como el santuario del Cártel de Sinaloa.

Tal vez por eso llamó la atención que durante el registro de Faustino Hernández se apuntara Mario Zamora dentro de los “dos caballones que sacaremos adelante a Culiacán y a Sinaloa”. O que el precandidato priista a la alcaldía cantara victoria adelantada al exponer que “iniciamos un proyecto que va a culminar el día 6 de junio, vamos a rescatar Culiacán, lo mejor que le puede pasar a Sinaloa, es mantener la gubernatura, pero solos no podemos, lo vamos a lograr en conjunto, unidad y con el trabajo de nuestros amigos los seccionales, vamos juntos por Culiacán y por Sinaloa”.

El desacreditado Pucheta

Para colmo de males, el PRI acudió de nuevo en Mazatlán a Fernando Pucheta Sánchez, quien trae consigo el enorme expediente de corrupción, traiciones y también la pesada carga de la derrota al no poder reelegirse en la presidencia municipal en 2018 y desde entonces coquetear con otros partidos al verse fuera del priismo que lo rechazó y repudió por el estilo de gobernar basado en la simulación y la mentira.

A pesar de que ya tenía un arreglo para que el Partido Sinaloense lo presentara como precandidato a la alcaldía de Mazatlán, anuncio que inclusive hizo el dirigente del PAS, Héctor Melesio Cuén Ojeda, de pronto el controversial exgobernante mazatleco regresó a las filas del PRI.

Al registrarse el 29 de enero como aspirante priista causó el enojo de la militancia porque ese partido ofreció llevar en la boleta electoral a perfiles limpios, libres de acusaciones de delitos cometidos en el desempeño de la función pública, y al contrario de la promesa recurrió al más desprestigiado de los políticos de Mazatlán. “Están sacando del basurero lo peor, como si los que votamos fuéramos tontos”, dijo una líder de colonos.

A Pucheta se le involucra en el desvío de alrededor de 150 millones de pesos que recibió en 2017 como parte recursos públicos extraordinarios otorgados por el Gobierno de Sinaloa y provenientes de fondos federales, los cuales no justificó en el correcto gasto, según la denuncia que el candidato a gobernador por Movimiento Ciudadano, Sergio Torres Félix, prepara para presentarla a la Fiscalía General del Estado.

Tiene acusaciones en contra de diferentes tipos. Siendo alcalde los comerciantes realizaron diferentes manifestaciones por acoso y hostigamiento del entonces gobierno de Mazatlán. La combativa líder de colonos, Francisca Paredes, lo señaló de actos de corrupción como el hecho de cobrarles Pucheta un millón 200 mil pesos a propietarios de cuatro centros nocturnos cada mes, para permitirles operar ilegalmente.

En 2019, el órgano Interno de Control del Ayuntamiento de Mazatlán informó de investigaciones abiertas contra Fernando Pucheta por el incumplimiento de funciones de supervisión y la falta de presentación de la declaración patrimonial y abuso de autoridad. Al menos se habían acumulado 150 denuncias y quejas por actos arbitrarios durante el gobierno del priista.

Pero ni todos esos elementos en contra, ni siquiera la finta que hizo de traicionar al PRI e irse a otro partido, valieron para que el Revolucionario Institucional le cerrara las puertas. Con cinismo y amnesia Pucheta manifestó al registrarse como precandidato del tricolor “la admiración que tengo hacia el mejor gobernador de México que es Quirino Ordaz Coppel, mi interés de querer ir dentro de un juego dentro de la dignidad y el amor propio a una contienda de la mano de un gran sinaloense que será el próximo gobernador de Sinaloa y me refiero a Mario Zamora, que es mi amigo”.

La mascarada continúa. Apoyado hasta la ignominia por el empresario hotelero Ernesto Coppel Kelly, quien insiste en hacer negocios en Mazatlán llevando a sus amigos a los cargos públicos, Fernando Pucheta les ganó la partida a todos, incluyendo al gobernador Quirino Ordaz, al dirigente del PRI, Jesús Valdés y hasta al líder del PAS, Héctor Melesio Cuén Ojeda.

Y de todo se vale en el viejo PRI. El partido renovado, moderno, honesto, de colas limpias y de compromiso social fue echado otra vez al cesto de la basura. Se vale mentir, robar, simular y traicionar. Al 6 de junio el Revolucionario Institucional no sólo irá viejo, sino con los hedores de sus vicios y de sus mafias.