Algunos genes tendrían un papel importante en la intensidad del contagio y en las complicaciones que los enfermos de Covid 19 desarrollan, e incluso, el género puede incidir en estos aspectos, aseguró la doctora Claudia Palafox Sánchez, especialista en inmunología de la Universidad de Guadalajara.
Durante su conferencia “Respuesta inmune humoral en vacunas”, dijo que uno de los genes humanos que podrían influir en la intensidad de la enfermedad está relacionado con el receptor de los interferones, un grupo de proteínas que son segregadas ante la presencia del virus y podrían aumentar la infección por SARS-CoV 2.
Es por ello que en algunos países hay estudios para combatir la enfermedad en los que se utilizan fármacos que bloqueen estas vías receptoras, y que son tratamientos comunes para enfermedades como la artritis reumatoide.
Algunos genes en mujeres serían determinantes para que este sector de la población no desarrolle la enfermedad, o la curse de manera menos grave, detalló la especialista miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
“Las mujeres tienen una menor probabilidad de contraer la enfermedad y se debe a algunos genes del cromosoma X, como es el receptor de la respuesta innata conocido como TLR7, que es importante para la producción de interferones. En el momento de establecimiento de esta infección, las mujeres tienen mayor expresión de este receptor y del gen CD40, también ligado al cromosoma X y que es una molécula coestimuladora para la respuesta inmune”, explicó.
Además, las mujeres generan una mayor cantidad de linfocitos CD4 (glóbulos blancos que combaten infecciones) y una menor cantidad de interleucina 6 (una proteína con actividad anti-inflamatoria), lo que hipotéticamente favorece que presenten una menor severidad del COVID-19.
La doctora detalló que para que el organismo humano responda de manera adecuada a la vacunación que ha iniciado en Reino Unido y Estados Unidos es fundamental una adecuada inmunidad humoral, que es la producción de anticuerpos que realizan las células de nuestro sistema inmunológico adaptativo, conocidos como linfocitos B.
Cuando estos linfocitos se activan y reconocen a los antígenos van a poder diferenciarse en células plasmáticas que son productoras de las proteínas denominadas anticuerpos, y que tienen diversas funciones en el organismo, entre ellas, neutralizar a los patógenos evitando que infecten al organismo.
Este proceso es fundamental para combatir al SARS-CoV 2 que se adhiere a las células del sistema respiratorio, aunque hay una mejor respuesta en jóvenes entre 22 y 26 años, independientemente del medicamento o tratamiento, pues la respuesta de anticuerpos es mucho mejor que en personas de más de 60 años.